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Reafirmar el sueño guatemalteco
¿Cómo puedo dejar este país mejor de como lo encontré?
Meta Humanos

Permítanme comenzar con una analogía inspirada en los Juegos Olímpicos. En estos eventos, mientras los atletas individuales demuestran una admirable determinación, el éxito en los deportes de equipo se basa en la cohesión y la colaboración. Aunque la individualidad tiene su mérito, es evidente que no podemos alcanzar nuestras metas solo con esfuerzos personales. Es esencial construir un equipo con objetivos comunes, donde cada miembro aporte sus habilidades y talentos, permitiendo así el crecimiento colectivo.
Formar un equipo significa unir personalidades y habilidades complementarias, creando una sinergia que facilita la comprensión mutua durante el juego. De esta manera, cada integrante cumple su rol con determinación, contribuyendo al éxito del grupo y trabajando hacia una victoria compartida. Esta misma lógica aplica a la democracia y a la construcción de un mejor país. Este año, como nación, nos hemos hecho la pregunta: ¿Qué necesitamos para crear un país diferente? La respuesta radica en la unidad y en la capacidad de superar nuestras diferencias para jugar en equipo, especialmente en un contexto donde la democracia ha enfrentado grandes desafíos.
Para hacer historia, debemos reconocer que el apoyo mutuo es crucial para lograr avances significativos. En la construcción de un país democrático es fundamental alinear esfuerzos para generar un cambio real. Esto incluye valorar las contribuciones de diversos actores, desde aquellos que promueven leyes y reformas hasta quienes trabajan incansablemente para que algo positivo ocurra. Nuestro ecosistema ha estado dañado durante mucho tiempo, y solo con esfuerzo conjunto y un propósito compartido podremos avanzar y transformar a Guatemala en el país que todos soñamos. El sueño guatemalteco sí existe, y es esencial que nos demos cuenta de que somos nosotros quienes lo mantenemos vivo. Hoy, más que nunca, debemos ser conscientes de que no podemos dar ni un paso atrás.
De la misma manera en que los atletas despiertan cada día con la intención de trabajar por su sueño de llegar a las Olimpiadas, hoy invito a los guatemaltecos a que nos despertemos cada día con la intención de trabajar por un mejor país.
Nuestra tarea es nutrir nuestros pensamientos diariamente y reafirmar que, si queremos un país verdaderamente democrático, debemos ser parte activa de este cambio. Debemos mantenernos involucrados, con la certeza de que seremos nosotros quienes tracemos el camino hacia el país que aspiramos a ser.
Es momento de que tomemos las riendas y nos convirtamos en los verdaderos agentes de cambio. Debemos reafirmar que valorar nuestras raíces es fundamental, pues sin ese sentido de pertenencia y propósito no tendremos una causa sólida. Para lograr cambios y mejoras trascendentes, los guatemaltecos debemos reconocer que tenemos mucho que aportar y construir. No podemos avanzar en solitario; necesitamos formar un equipo cohesionado que se complemente y actúe con decisión y firmeza. Solo así podremos construir una nueva narrativa para Guatemala y asegurar un futuro más prometedor para todos.
De la misma manera en que los atletas despiertan cada día con la intención de trabajar por su sueño de llegar a las Olimpiadas, hoy invito a los guatemaltecos a que nos despertemos cada día con la intención de trabajar por un mejor país. Todo logro en la vida requiere de esfuerzo y dedicación, y los guatemaltecos hoy tenemos la oportunidad de trabajar para que las siguientes generaciones hereden una Guatemala próspera, con mejores indicadores humanos y una rica biodiversidad. Esta es una invitación a que la ciudadanía guatemalteca trabaje bajo objetivos comunes y esté a la altura del desafío. ¿Qué puedo hacer yo para aportarle a la transformación de Guatemala? ¿Cómo puedo dejar este país mejor de como lo encontré? Te dejo con estás estas dos preguntas.