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Suelos saturados en varios departamentos reciben una onda del Este y se eleva el riesgo de desastres
A partir de este jueves 26 de junio se prevén lluvias que persistirán hasta el fin de semana, lo que podría afectar áreas del país donde los suelos ya presentan saturación de agua.
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En Guatemala, la temporada lluviosa del 2025 comenzó en mayo con un comportamiento irregular, que se normalizó en junio y ha presentado mayor intensidad en las áreas de la Boca Costa, Suroccidente, Occidente, Quiché, parte de Alta Verapaz, Baja Verapaz, Chiquimula y Zacapa.
Las precipitaciones han caído con menos fuerza en Petén, cuyo acumulado de agua oscila entre 120 y 180 milímetros; mientras que en zonas como la Boca Costa y el Suroccidente, el parámetro varía entre 450 y 700 milímetros.
César George, pronosticador del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), refiere que desde abril se preveía que junio sería un mes lluvioso. En las mesas agroclimáticas que se realizan con el Ministerio de Agricultura se advirtió de este comportamiento para que los agricultores pudieran almacenar agua de lluvia para el riego de cultivos durante julio, cuando se espera que la canícula se presente entre los días 10 y 20 de ese mes.
Por lo pronto, a partir de este jueves 26 de junio se prevé el incremento de lluvia y durará hasta el fin de semana. Este temporal está asociado al acercamiento de una onda del Este y un área de baja presión con probabilidad media de intensificarse a ciclón tropical que se monitorean en la parte del Pacífico, según George.
En la perspectiva climática de junio y julio se indica la influencia directa o indirecta de uno o dos sistemas tropicales. Uno de ellos fue la depresión tropical Cinco-E, que se formó en el Pacífico y que, en su trayectoria hacia México se fortaleció hasta convertirse en la tormenta tropical Érick. No afectó directamente a Guatemala, pero provocó lluvias intensas entre el 15 y el 18 de junio.
George indica que, si las condiciones neutras se mantienen en el país, la temporada lluviosa podría finalizar entre el 15 y el 25 de octubre. Sin embargo, si se gestara un fenómeno de La Niña, hay probabilidades de que se extienda hasta noviembre.
CÁPSULA INFORMATIVA #11-2025
— INSIVUMEH (@insivumehgt) June 25, 2025
25 DE JUNIO DE 2025, 07:30 HORA LOCAL#SomosINSIVUMEH#PasiónPorLaCiencia#ElPuebloDignoEsPrimero#CIVpic.twitter.com/P2MSNqC8TJ
Suelos saturados
La abundancia de lluvia genera un efecto de acumulación de agua en los suelos, lo que puede causar crecidas de ríos, deslizamientos y derrumbes. Por esa razón, las zonas con mayor saturación son las mismas donde las precipitaciones han sido más intensas: la Boca Costa, suroccidente, occidente, parte de Alta Verapaz, Baja Verapaz, Izabal, Chiquimula y Zacapa.
Giovanna Pérez, del Departamento de Hidrología del Insivumeh, señala que, cuando hay lluvias muy fuertes o estas se prolongan durante varios días, no da tiempo a que el agua se filtre en el suelo o que este la absorba. Dicho comportamiento está ligado directamente a las crecidas de ríos.
MAPAS DE PORCENTAJE DE SATURACIÓN DEL SUELO PARA LA CAPA INFERIOR
— INSIVUMEH (@insivumehgt) June 25, 2025
Profundidad de 30 cm hasta 1-3 mt. dependiendo de la zona.
25 de junio de 2025.#SomosINSIVUMEH#PasiónPorLaCiencia#ElPuebloDignoEsPrimero#CIVpic.twitter.com/Ub3OFiskKJ
La saturación se mide en la capa inferior, que corresponde a los primeros 30 centímetros del suelo, y luego en la capa superior, que va de esos 30 centímetros hasta 1 metro o 3 metros de profundidad. Lo primero que se observa en los mapas que publica el Insivumeh al día siguiente de una lluvia es la saturación en la primera capa. Si las precipitaciones persisten por más tiempo, entonces el agua comienza a percolarse y pasar a las capas más profundas.
“Cuando estas capas están saturadas o cuando tenemos un porcentaje muy elevado de saturación, vienen los problemas de crecidas repentinas en los ríos, porque el suelo ya no tiene capacidad de absorción y el agua prácticamente escurre”.
Giovanna Pérez, del Departamento de Hidrología del Insivumeh
Añade que dependerá del tipo de suelo que el agua se filtre con mayor facilidad. Por ejemplo, en la costa, donde el terreno es arenoso, esta es absorbida más rápidamente; mientras que, en Alta Verapaz, la capacidad de filtración es más lenta, por lo que allí se registran con mayor frecuencia crecidas de ríos. En el caso del área del Polochic, los suelos son inestables, lo que da paso a derrumbes.
Pero también influye la topografía. Pérez refiere que en la zona del Pacífico hay pendientes más pronunciadas; entonces, cuando llueve, el agua se desplaza con mayor velocidad hacia las partes bajas y hay riesgo de crecidas repentinas de los ríos. Ocurre lo contrario en el área de Petén, donde el terreno es más plano, por lo que el agua no fluye con la misma rapidez. En este último caso, puede pasar un día entero sin que haya una respuesta en la parte más baja del afluente.
No hay un nivel estándar de saturación de suelos, pues esto depende de cada tipo de terreno. Sin embargo, cuando el suelo está seco también representa un riesgo, ya que puede haber movimientos en masa. Por ello, se necesita de cierto nivel de humedad para que el terreno se mantenga estable.
Cuando el suelo presenta un 90% de saturación, el Insivumeh publica los mapas con los lugares más afectados del país, pues una lluvia intensa o prolongada puede completar la parte aún no saturada. Si no hay capacidad de absorción, los ríos pueden desbordarse o registrarse derrumbes.
Pérez indica que las precipitaciones previstas a partir de este jueves hasta el fin de semana pueden saturar los suelos de la Boca Costa, suroccidente, Occidente, parte de Alta Verapaz, Baja Verapaz, Izabal, Chiquimula y Zacapa, que ya presentan un nivel alto de saturación.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) señala que es impredecible establecer qué ríos están más propensos al desbordamiento y que, cuando las lluvias se establecen en el país, todos los afluentes están en riesgo. En lo que va de la temporada, al menos 10 ríos se han desbordado, principalmente los que se ubican en la Bocacosta y la región de las Verapaces.
Acciones de respuesta
Las personas que viven cerca de los ríos deben estar atentas a las crecidas en las partes altas y autoevacuarse ante cualquier señal de peligro, para prevenir accidentes. La recomendación también aplica para quienes habitan en terrenos propensos a derrumbes y deslizamientos, según Pérez.
Por otro lado, la Conred señala que muchas personas han construido en cercanías de los ríos, y obligarlas a evacuar se complica, pues esta situación no está dentro de las funciones de la institución.
“La institución realiza estudios de suelo, luego entrega informes a las autoridades municipales, y son estas las encargadas de tomar las acciones pertinentes. Pero obligar a la gente a retirarse de una zona que ya ha sido tomada como área residencial no es una vía”, señala la Conred, que asegura mantener constante comunicación con las Coordinadoras Municipales (Comred) y las Coordinadoras Locales (Colred), que ejercen la función principal de apoyo ante cualquier eventualidad en las comunidades.