Los próximos corredores industriales: Ciudades que avanzan y otras que se estancan en Guatemala

Los próximos corredores industriales: Ciudades que avanzan y otras que se estancan en Guatemala

Investigador Jorge Benavides, quien desarrolla índice de competitividad local, señala que mientras algunas áreas del país como Alta Verapaz y el eje CA-9 Norte logran avances, otros municipios con buen historial comienzan a perder competitividad.

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15/12/2025 06:00
Fuente: Prensa Libre 

Esto lo dio a conocer Jorge Benavides, investigador asociado a Fundesa, quien menciona en la entrevista los distintos municipios que avanzaron, se estancaron o retrocedieron en competitividad para el 2025, a partir de los datos expuestos en el Índice de Competitividad Local (ICL) 2025.

El ICL 2025 fue publicado a finales de noviembre por Fundesa. Esta herramienta evalúa la competitividad de cada municipio del país para identificar ventajas y brechas en doce pilares que contribuyen al aumento de la productividad nacional: instituciones, infraestructura, adopción de TIC, entorno económico, salud, habilidades, inversión productiva, mercado laboral, sistema financiero, tamaño del mercado, dinamismo de los negocios y capacidad de innovación.

¿Cuáles son los municipios con avances más notables que se identificaron en este índice?

Es importante ver que hay dos tipos de municipios que mejoran. Primero, aquellos que ya estaban relativamente bien y logran construir sobre esa base. Yo le diría que hay cuatro municipios que vale la pena mencionar: Huehuetenango, cabecera departamental de Huehuetenango; Concepción, en Sololá; Fray Bartolomé de las Casas, en Alta Verapaz;y San Bartolomé Jocotenango.

No están entre los punteros en ninguno de los pilares ni indicadores que medimos, pero sí son de los que muestran mayores avances porque han venido construyendo capacidades poco a poco.

Luego tenemos una segunda categoría de municipios que avanzan mucho, aunque no tienen todavía bases sólidas que les permitan mantener ese avance hasta llegar a rangos de 70 u 80 puntos. Aun así, es importante mencionarlos. En Alta Verapaz, por ejemplo, destacaría Lanquín, La Tinta y Senahú: municipios con puntajes muy bajos, pero que después de la pandemia han crecido alrededor de nueve puntos en el índice completo, lo cual es lógico porque partían de una base muy baja.

También vale la pena mencionar algunos municipios de Petén, como La Libertad, Las Cruces y San Andrés, que muestran crecimientos significativos.

Y algo cada vez más interesante es lo que ocurre en el centro de Huehuetenango: alrededor de Huehuetenango y Chinautla tenemos varios municipios que están creciendo, como Ahuachapán, Petatán, San Pedro Necta, la misma cabecera departamental de Huehuetenango y Unión Cantinil, que está muy cerca.

Quisiera profundizar en los municipios que tienen mejoras notables, pero que siguen con puntajes globales bajos. ¿Qué otros ejemplos hay y cómo podrían estos municipios seguir subiendo sus puntajes?

Entre los cinco municipios que más han mejorado, tres están en Alta Verapaz. ¿Por qué mejoran? Porque están invirtiendo en dos pilares clave: instituciones y el sistema financiero.

¿Qué les limita seguir creciendo? Que para consolidar su competitividad deben invertir también en los otros tres pilares básicos del ambiente competitivo: infraestructura, entorno favorable a la inversión y adopción de tecnología para la producción.

Si no hay mejoras en esos tres pilares, lo que vemos es que los municipios tienden a llegar a un techo: alrededor de 45 puntos, y de ahí ya no se mueven. Eso lo hemos visto en otros casos que han llegado a ese nivel, pero que, al no trabajar en infraestructura, entorno económico y tecnología, dejan de avanzar.

¿Hay otros municipios que hayan presentado mejoras y qué tipo de inversiones podrían atraer a partir del aumento en su puntaje?

Hay una relación muy interesante entre mejora en competitividad y atracción de inversión, y funciona en ambas direcciones: municipios que mejoran su competitividad atraen inversión, y esa inversión, a su vez, genera más competitividad.

Normalmente hablamos del departamento de Guatemala y su conexión hacia el sur con Escuintla. Pero hay otros casos muy interesantes. Uno es el de los municipios sobre la CA-9 Norte, donde vemos mejor infraestructura y más inversión. Podemos mencionar a Guastatoya y Sanarate, en El Progreso; en el área de Zacapa está la cabecera de Zacapa, Teculután, Río Hondo y Estanzuela. Y, aunque no está directamente sobre la CA-9 Norte, pero sí muy cerca, el caso de Chiquimula.

Estos municipios no solo están mejorando, sino que están atrayendo inversiones, y esa inversión también se refleja en una mejora de su competitividad.

El otro caso es la frontera de Tecún Umán, en el área de San Marcos. Ahí no solo tenemos Ayutla, sino también Pajapita, la cabecera de San Marcos y La Blanca. Vemos un cluster de servicios alrededor de las inversiones originadas por la planta de arneses de la empresa Yazaki. En los últimos tres años no solo recibieron esa inversión, sino que esta se tradujo en mejoras de competitividad.

¿Existen municipios que aparentemente mejoran en algunos pilares, pero siguen mostrando retrocesos o poco avance en otros?

Sí. Cuando vemos no solo el lado positivo de la competitividad, sino también el lado negativo, encontramos varios ejemplos. Hay municipios que tradicionalmente estaban en posiciones altas. Podemos mencionar a Salcajá, en Quetzaltenango; La Democracia, en Escuintla; y Villa Canales, en Guatemala.

Son municipios que incluso hoy tienen puntuaciones altas y figuran en los primeros lugares a nivel nacional. Sin embargo, han comenzado a retroceder de forma continua. ¿En qué aspectos retroceden? En instituciones, sobre todo en seguridad; en dinamismo de negocios, es decir, la facilidad para abrir empresas; y en habilidades, que es fundamental.

Cuando hablamos de habilidades, no es solo cobertura escolar, sino que incluye inversión en los estudiantes, capacitación técnica y resultados en las pruebas de matemática y lectura de los graduandos.

Estos municipios, que han tenido buenos puntajes y en años anteriores han destacado, hoy empiezan a retroceder porque esos pilares muestran deterioro.

Con respecto a estas municipalidades que están retrocediendo, ¿cuál es el costo social y económico para las poblaciones? ¿Y qué pueden hacer estos municipios para no seguir perdiendo competitividad?

Aquí se mezclan dos conceptos importantes. Primero, cuando hablamos de competitividad no hablamos de coyuntura, sino de decisiones de largo plazo que buscan mejorar el desarrollo sostenible, incluir a la mayor parte de la población y generar mayores ingresos en el tiempo.

Cuando hay deterioros continuos en la competitividad, lo que nos preocupa no es solo la reducción en el puntaje, sino que las bases que permiten generar mejores ingresos y condiciones de desarrollo se ven amenazadas.

Segundo, cuando la competitividad disminuye, el municipio empieza a dejar de ser atractivo para permanecer en él. Una de las cosas más recientes que hemos analizado es cómo el deterioro en la competitividad acelera la migración hacia lugares más competitivos cercanos, sobre todo ciudades intermedias en Guatemala o, incluso, hacia fuera del país.

Eso implica una erosión de las condiciones sociales: se desintegra el tejido comunitario, se pierde talento y se debilitan las posibilidades de desarrollo local.

¿Qué tan descentralizado está el desarrollo según el índice? Es decir, ¿cuántos municipios fuera del área metropolitana muestran mejoras reales y cuáles siguen estancados o retrocediendo?

Una de las lecciones más importantes después de tantos años de medir el índice es que, para que haya crecimiento y desarrollo, necesitamos escala. Esa escala se mide no solo en cuánta gente vive en un lugar, sino en el tamaño de la economía.

Llevamos nueve años midiendo y hemos visto que lo que hoy llamamos el sistema de ciudades intermedias —nueve ciudades intermedias más el área metropolitana— concentra ya el 63% de la producción nacional. Hace nueve años, esas ciudades intermedias concentraban solo el 45%.

Esto es clave porque indica que, en estas áreas donde hay servicios, donde la gente puede vivir y donde pueden llegar nuevas inversiones, se genera rápidamente un mejor mercado laboral y más oportunidades.

Si vemos no solo los niveles, sino también el crecimiento, el país crece en promedio entre 3.5% y 4% anual. Mientras tanto, las ciudades intermedias crecen alrededor del 8% anual. Ahí es donde se está apalancando el crecimiento del país. No solo en el área metropolitana, sino con señales de descentralización muy claras. Por ejemplo, hacia Escuintla, hacia el Oriente y en el corredor que va desde Mazatenango, pasando por Retalhuleu y conectando con Coatepeque. Además, cada vez se observan más noticias positivas en Huehuetenango y San Marcos.