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Adoptado, abatido o perdido: paradero del jaguar melánico fugado en San Juan Sacatepéquez sigue en la incertidumbre
Un jaguar melánico escapó de una colección privada en San Juan Sacatepéquez y aún no ha sido localizado. El experto Francisco Asturias plantea tres posibles destinos para el felino: fue adoptado, lo mataron o deambula hambriento.
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Francisco Asturias, director del Parque Nacional Mirador Río Azul y Biotopo Dos Lagunas en Petén, plantea tres escenarios sobre el jaguar melánico que escapó de una colección privada en San Miguel Pachalí, San Juan Sacatepéquez.
A más de una semana de la fuga de un jaguar melánico en San Juan Sacatepéquez, departamento de Guatemala, las autoridades aún no han logrado su localización, a pesar de los operativos y llamados de alerta. Según el experto Francisco Asturias, director de dos reservas ubicadas en el norte de Petén, la situación del felino solo puede explicarse en tres posibles escenarios: fue adoptado por alguna familia, fue abatido o deambula débil hambriento.
“Si alguien se lo encontró y no le tenía miedo, pudo haberlo alimentado y lo tiene como un gato doméstico”, opinó Asturias, quien cuenta con décadas de experiencia en el estudio de jaguares y pumas.
Agregó que otra posibilidad es que alguien lo mató al verlo como una amenaza, o bien sigue deambulando por la zona, aunque eso lo ve poco probable, debido a que esa especie es capaza de caminar hasta 80 kilómetros por día, y la zona boscosa dónde se presume que se perdió no es tan extensa.
El felino, de unos nueve meses de edad, no habría desarrollado las habilidades necesarias para cazar en estado silvestre, lo que limita sus probabilidades de sobrevivencia. Además, la zona de su escape está rodeada de comunidades, casas y fincas, con poca cobertura boscosa y sin presas del tamaño adecuado, agregó Asturias.
Una especie no nativa en Guatemala
Asturias asegura que el jaguar melánico no es una especie registrada en libertad dentro del territorio nacional. “En seis años con 80 cámaras trampa dentro del parque que dirijo, jamás se ha detectado uno. He visto jaguares con pelaje más oscuro, pero no completamente melánicos”, explicó.
Los ejemplares de este tipo —también conocidos como panteras negras— presentan una mutación genética en la pigmentación que vuelve negro su pelaje. Según el experto, estas variaciones suelen hallarse en el sur de Costa Rica y en Sudamérica, particularmente en bosques nubosos ubicados a más de 1,800 metros sobre el nivel del mar.
“En Guatemala no hay hábitat natural para este tipo de jaguar. El que escapó, sin duda, fue traído de otro lugar”, señaló.
Asturias sostiene que el tráfico ilegal de animales exóticos en el país es una práctica más común de lo que se admite. “En Izabal, por ejemplo, hay fincas que funcionan como zoológicos privados. Hay leones, hipopótamos. Esto nos recuerda lo que ocurrió en Colombia con los hipopótamos de Pablo Escobar”.
Comportamiento y alimentación del jaguar
El jaguar, aún en libertad, evita el contacto con los humanos. Según Asturias, los registros de ataques a personas son prácticamente nulos, salvo algunos casos excepcionales en Brasil. En Guatemala, recalca, no se han documentado incidentes de este tipo. “Yo me he encontrado con jaguares salvajes en la selva y huyen en cuanto te ven”, relató.
En cuanto a su dieta, este felino se alimenta de una gran variedad de presas. Estudios recientes realizados en Guatemala revelaron restos de aves carroñeras como zopilotes en su dieta. “Un jaguar se come lo que encuentra, mientras no sea otro felino”, indicó. En una ocasión, relató, una cámara trampa captó a un jaguar cazando un ocelote, aunque no se lo comió.
También resaltó que los jaguares pueden recorrer hasta 100 kilómetros en un solo día, lo que refuerza la posibilidad de que el felino haya salido del área urbana tras su fuga.
Recomendaciones a la población
Asturias hace un llamado a la población para que, en caso de un avistamiento, no entre en pánico ni reaccione violentamente. “Ese animal no representa ningún peligro. Está acostumbrado a convivir con humanos. Si alguien lo encuentra, que le dé de comer y avise a las autoridades”, recomendó.
Sin embargo, lamentó que la cultura de conservación en el país aún sea limitada. “En Guatemala es común que la gente mate animales por miedo o desconocimiento. Este jaguar pudo haber sido víctima de esa mentalidad”, advirtió.
El especialista reitera que el caso no debe tomarse como un hecho aislado. Para él, se trata de una muestra más de la necesidad de regular con mayor rigor la tenencia de especies silvestres en propiedades privadas.
“Lo más importante es proteger el último gran corredor biológico de Mesoamérica, que está en la Selva Maya”, concluyó. “Si perdemos esa selva, perdemos la posibilidad de conservar a estas especies”.