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El día 23 de mayo, el director de La Hora realizó una entrevista muy interesante al señor Adriel McConnell del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE. UU., en la cual el funcionario estadounidense habló sobre las reuniones que habían tenido con las autoridades de Puerto Quetzal, el rol que jugaría el Cuerpo de Ingenieros, el alcance y los estándares de contratación y de transparencia de la obra que realizarían y fechas aproximadas en las que estarían iniciando las obras. Esta entrevista se realizó en el marco de la firma de la carta de aceptación para la modernización de Puerto Quetzal entre Guatemala y Estados Unidos.

Considero que este es, sin duda alguna y de lejos, el mayor acierto de la gestión del gobierno del presidente Arévalo. Debemos recordar que la planificación y construcción de este puerto fue iniciada en el gobierno del general Romeo Lucas García a finales de los 70’s del siglo pasado e inició operaciones formalmente en 1985 y, desde ese entonces, no se ha realizado ninguna inversión para aumentar su capacidad de descarga (léase atracaderos, mantenimiento y aumento del calado y equipamiento de maquinarias para descarga). La infraestructura de dicho puerto quedó en total abandono debido a la desidia de todas las autoridades, desde 1985 a la fecha.

Es por ello que se recibe como una muy buena noticia la firma de este acuerdo y la confianza que el gobierno de Guatemala deposita en el Cuerpo de Ingenieros de EE. UU. para realizar la obra de infraestructura más trascendental de este gobierno, sin lugar a duda. Aunado a lo anterior, el gobierno recién presentó al gobierno la “iniciativa de ley general del sistema portuario”, como indicó el gobernante en una de sus desabridas conferencias de prensa. Dicha iniciativa, según afirmó el mandatario, fue elaborada por el Ejecutivo con un enfoque “técnico y participativo”, colaboraron organizaciones internacionales y autoridades portuarias de otros países, como la Comisión Interamericana de Puertos de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comisión Centroamericana de Transporte Marítimo, así como los “aportes técnicos” de instituciones portuarias de Latinoamérica y España. Los pequeños y medianos importadores, usuarios del puerto, quedaron fuera, como siempre, y el texto de la iniciativa de marras, tampoco fue dado a conocer.

A pesar de la mala comunicación del gobierno y de su comprobada impericia, creo que por fin dan en la tecla al permitir que un ente especializado en ingeniería, con los más altos estándares de transparencia y de calidad mundial, sea quien dirija la obra y las contrataciones.

Queda pendiente de resolver, o por lo menos paliar, la problemática actual de falta de grúas, deficiencia en las descargas, falta de dragado y más de 30 días de espera en fondeo, para que, en el lustro que estimo podría concluir su trabajo del Cuerpo de Ingenieros, los exportadores, importadores y la economía en general del país, no se exacerbe la ya caótica situación del puerto.