Zamora: “Es preferible morir de pie que vivir arrodillado y aplastado por el poder abusivo”
El periodista José Rubén Zamora narró cómo fue su estadía en prisión, con noches sin dormir, una infestación de insectos en su celda y constantes allanamientos. Ahora, enfrentando procesos desde su hogar, pero lejos de su familia y con problemas de salud, reitera su dignidad y la convicción de continuar defendiéndose de “quienes lo persiguen”.
El periodista José Rubén Zamora, fundador del extinto diario el Periódico, brindó una entrevista este lunes 11 de noviembre al programa A Primera Hora, de Emisoras Unidas, en la cual habló de la situación que ha enfrentado en los últimos dos años, marcada por el inicio de procesos penales en su contra, su ingreso a prisión, donde permaneció por más de 800 días, y su reciente salida de ese lugar para continuar desde su hogar la lucha ante los tribunales por tres casos que promueve el Ministerio Público (MP) donde lo sindica, entre otros cargos, de lavado de dinero.
Zamora fue capturado en julio de 2022, momento desde el cual fue ingresado a la cárcel Mariscal Zavala, ubicada en la zona 17 de la Ciudad de Guatemala, donde vivió lo que él ha descrito como una “tortura”.
“Esta (tortura) tuvo muchos matices. Por ejemplo, pasé 12 noches sin dormir en esa pequeña bartolina. La primera noche tuve siete allanamientos, de estos dos eran de policía antinarcótica, entonces llegaron con perros. Cerraban y volvían a entrar, eran grupos de 10 a 12 personas, registraban lo que ya habían registrado”, relató.
“Más tarde, antes de mi primera audiencia, construyeron ‘un gallinero’ que rodeaba mi bartolina, de 7 de la noche a 5 de la mañana, entonces fue imposible dormir. Y, mientras fui a la audiencia entraron a mi bartolina y metieron una bolsa con insectos. Algunos que ni siquiera había visto en la vida”, añadió.
De acuerdo con Zamora, las especies eran diversas, desde gusanos que le “abrían carreteras subcutáneas”, hasta niguas, chinches y pulgas. También los que describió como ciertos bichos que actuaban como sanguijuelas. Aunque logró obtener insecticidas de dos clases, indicó que al aplicárselos aparentemente “les daba más hambre”, así que él se convirtió “como un aperitivo” para ellos.
Después de cinco meses, logró ingresar un insecticida que describió como muy poderoso, el cual se usaba en el tomate, pero ya está prohibido. Esa fue la manera de poder erradicar esa población “enorme de bichos extraños”; sin embargo, le trajo consecuencias personales, ya que se intoxicó.
“Todos los seres humanos tenemos mielina, una sustancia que recubre el sistema nervioso, pero se me cayó y no se puede recuperar. Me duelen los pies, no tengo circulación buena en las dos piernas, me duele la columna. Además, este último invierno fue muy severo, se llenó de agua todas las hileras de blocks y se me llenó de hongos. Tendré que ver mis pulmones, respiro mal, mis cuerdas vocales están afectadas”, expuso.