Escuelas Normales Superiores, peor de lo mismo

Escuelas Normales Superiores, peor de lo mismo

Sin cambiar el sistema de reclutamiento del docente, cualquier reforma de formación será un parche sin impacto real.
10/03/2025 00:03
Fuente: Prensa Libre 

La creación de Escuelas Normales Superiores en Guatemala ha sido presentada por un grupo de diputados como solución a la crisis de la formación docente (iniciativa 5770). Se argumenta que este nuevo modelo garantizará más y mejores maestros. Sin embargo, lo que determinará la calidad educativa del país no depende solo del lugar donde se formen los docentes, sino de cómo se les recluta, evalúa y desarrolla profesionalmente.


En las últimas décadas, las normales del sector público han mostrado serias deficiencias en la formación docente. En 2006-2007 se reformó el sistema con un año adicional en la carrera, cambios en el currículo y capacitaciones intensivas para los formadores. Sin embargo, la oposición política limitó su alcance, aunque se conservó el currículo, este se impartió en doble jornada. Luego, el siguiente gobierno (2008-2012) derogó el acuerdo sin proponer una alternativa viable. En 2013, se intentó sustituir el sistema de formación con un modelo universitario bajo la promesa de mejorar la calidad. La realidad fue otra: menos aspirantes, mayor costo y más años de estudio sin garantía de empleo.


El reclutamiento de maestros en Guatemala está marcado por la subjetividad y la influencia política. Las plazas no se asignan con base en pruebas rigurosas de conocimiento o evaluaciones de desempeño, sino por referencias y criterios administrativos sin relación con la idoneidad. En muchos casos, los docentes son seleccionados sin pasar por un proceso de oposición real, deteriorando la calidad del sistema educativo. Mientras siga siendo un trámite burocrático sin estándares claros, la formación inicial, sea en universidades o en Normales Superiores, será irrelevante.

Las Escuelas Normales Superiores traerán más burocracia y costos, y ningún beneficio real.


Es urgente contar con un sistema de reclutamiento transparente y efectivo. La formación inicial debe complementarse con un esquema de desarrollo profesional continuo, donde los maestros reciban capacitaciones periódicas y sean evaluados de manera objetiva. Para premiar el mérito es imperante limitar los pactos colectivos, ya que contemplan aumentos salariales masivos, sin importar el desempeño del maestro. ¡No hay incentivos para la excelencia!


El éxito de modelos educativos en otros países no radica solo en la formación docente, sino en la solidez de sus sistemas de selección y desarrollo profesional. Finlandia, Singapur y Corea han demostrado que los docentes mejor capacitados son los que han pasado por procesos de reclutamiento exigentes, tienen vocación y han sido evaluados constantemente en su ejercicio.


Cada año, el sector público demanda aproximadamente siete mil docentes entre la preprimaria y primaria. Sin embargo, el sistema sigue contratando por referencia en lugar de priorizar a más de cuatro mil becados del programa de Formación Inicial Docente (FID) de la Usac. La cantidad de recursos económicos que el Mineduc ha transferido a la universidad estatal no tiene sentido. Si se desea mantener la formación inicial a nivel universitario, al igual que la formación en servicio, debe ser un sistema competitivo, abierto a distintas universidades. El Mineduc debe asegurarse de que realmente se cumpla con el perfil de egreso del docente del siglo XXI y darle prioridad en la selección. El costo debería traducirse en becas para estudiantes con vocación y capacidad, con un monitoreo constante del aprendizaje. Las Normales Superiores requieren de mucho dinero que no se tiene y además no solucionarán el problema, razón por la que la iniciativa de ley debiera regresar a la Comisión de Educación del Congreso y trabajar algo más sustancioso y efectivo con el Mineduc.


En Guatemala, mientras no se transformen los criterios para asignar plazas, reclutar docentes y contar con una verdadera carrera, cualquier esfuerzo por mejorar la formación inicial será solo un espejismo que no tendrá impacto en el aula ni en la calidad del aprendizaje de los estudiantes.