Energía es desarrollo

Energía es desarrollo

Contar con energía disponible requiere mejorar la inversión. 

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Resumen Automático

15/09/2025 00:04
Fuente: Prensa Libre 

Guatemala cuenta con un potencial renovable impresionante: se ha identificado la posibilidad de incorporar hasta 3,700 MW de capacidad limpia entre 2024 y 2040. Esta cifra refleja la riqueza de nuestros recursos hidroeléctricos, eólicos, solares y geotérmicos, que nos posicionan como líderes regionales en generación sostenible.


El mercado eléctrico guatemalteco está creciendo a un ritmo constante y ofrece un abanico cada vez más amplio de opciones para inversionistas nacionales y extranjeros. Para este año, está en proceso la licitación PEG-5-2025, que prevé contratar 1,400 MW para abastecer a las principales distribuidoras del país mediante contratos de hasta 15 años. Este proceso no solo garantiza el suministro eléctrico, sino que también dinamizará la economía con inversiones estimadas en más de US$5 mil millones, generando empleo en construcción, operación y financiamiento de proyectos.


Además, el Plan de Expansión del Sistema de Transporte (PET) 2024-2054 establece una hoja de ruta clara para fortalecer y modernizar la infraestructura de transmisión eléctrica, asegurando que la energía renovable pueda integrarse eficientemente al sistema y llegar a todos los rincones del país.


Estos avances se dan en un contexto donde la inversión extranjera directa en Guatemala proyecta crecer un 6% en 2025, superando los US$1 mil 800 millones, con un enfoque creciente en energías limpias. Guatemala se está posicionando como un destino atractivo para capitales que buscan proyectos con alto impacto ambiental positivo y rentabilidad sostenible.


El marco regulatorio es estable y favorable, con nuevas resoluciones que otorgan certeza jurídica para la participación de tecnologías innovadoras, incluyendo almacenamiento de energía, lo que abre la puerta a una matriz más flexible y resiliente.

La electricidad y la riqueza de Guatemala


Por supuesto, los retos persisten: la conflictividad social, la burocracia, la falta de autorizaciones de licencias de construcción por parte de algunos alcaldes y la necesidad de mejorar infraestructura complementaria, como puertos y carreteras.


Sin embargo, estos desafíos son oportunidades para fortalecer la colaboración público-privada, simplificar trámites y acelerar procesos, creando un ambiente aún más competitivo y seguro para los inversionistas.


El crecimiento de la demanda eléctrica, que en 2024 alcanzó un máximo de 2,121 MW con un crecimiento anual de 7.7%, confirma la urgencia de estas inversiones. Sin embargo, también es una señal clara del dinamismo económico y la modernización del país.


Con voluntad política, diálogo abierto y compromiso multisectorial, Guatemala puede no solo revertir sus desafíos energéticos, sino convertirse en un referente regional en energías limpias y desarrollo sostenible. Ya lo menciona bien Robert Bryce en su libro Una cuestión de poder: la electricidad y la riqueza de las naciones. La energía es un elemento central en las relaciones internacionales, influyendo en conflictos, alianzas y negociaciones diplomáticas; la clave para un futuro energético sostenible y seguro radica en la innovación tecnológica y en la diversificación de fuentes de energía.


Guatemala debe apostarle al desarrollo de más inversiones en energía y fomentar un clima de negocios que ayude a la facilitación de procesos de más proyectos de generación y transmisión eléctrica. Esto nos ayudará a contar con un país más robusto y un desarrollo más inclusivo que siga generando una fuerza hacia la urbanización y el emprendimiento. En esto, el Gobierno ahora juega un papel importante de apoyar a la inversión en energía.

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