Tapicerías de carros “made in Guatemala”: México ve oportunidad para textiles nacionales

Tapicerías de carros “made in Guatemala”: México ve oportunidad para textiles nacionales

La industria mexicana de autopartes ve potencial en Guatemala, pero advierte que el reto está en conectividad, certificaciones y visión empresarial. “La integración está a la puerta”, afirma el presidente de la Industria Nacional de Autopartes de México.

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08/12/2025 06:00
Fuente: Prensa Libre 

Francisco González, presidente de la Industria Nacional de Autopartes (INA) de México, aseguró que Guatemala debería centrarse en el área de textiles para abastecer el cluster de autopartes y generar un encadenamiento con la industria mexicana.

Durante el Enade 2025, realizado el 10 de octubre del mismo año, González destacó que Guatemala cuenta con una ubicación estratégica para integrarse en cadenas globales de valor, especialmente en el sector automotriz. Además, mencionó que el país puede aprovechar las oportunidades que ofrece el nearshoring.

¿Cuáles son las oportunidades que tiene Guatemala para encadenarse con el sector de autopartes México?
Primero, es un sector, el de autopartes en México, que, junto con el automotriz, representa cerca del 5% del PIB mexicano. Genera, como autopartes nada más, US$106 mil millones en divisas, lo que significa el 20% de las divisas que entran a México. Tenemos cerca de 2 mil empresas y unos 880 mil empleados. Esto se traduce también en que somos el principal proveedor de Estados Unidos: alrededor del 44% de lo que compra Estados Unidos viene de México.

Aunque juntemos a los seis siguientes países, no alcanzan lo que México vende en Estados Unidos. Pero, por otro lado, la dependencia de México a Estados Unidos es muy grande: cerca del 87% de lo que vendemos en el mundo, en general, incluyendo México, se va a Estados Unidos.

Esta cadena de valor es muy buena, muy amplia, muy sólida, pero tenemos grandes huecos. Hoy podríamos decir que es una cadena de valor de tipo triangular: después de tres tier 1 vienen diez tier 2, veinte tier 3 y así en adelante; el tier entendiéndose como el eslabón de la siguiente cadena. En el caso de México, tenemos muchas oportunidades porque es un “diamante”: tenemos pocos tier 2, pocos tier 3, pocos tier 4.

Eso quiere decir que hay oportunidades para integrar: empresas textiles, empresas mineras y empresas de materiales. Empresas que se integren y cumplan con las certificaciones y con la capacitación necesaria para seguir vendiendo. Hoy en día importamos de muchos lados del mundo: por supuesto de Asia, también de Latinoamérica, pero las oportunidades, como he mencionado, están ahí.

Me comentaba que hay pocos tier 2, 3 y 4, entre los que están mineras y textiles. Entre todos esos tiers, ¿cuál considera que es el punto exacto en el que podría centrarse Guatemala para involucrarse más en este cluster?

Definitivamente, en la parte textilera, donde Guatemala tiene una gran tradición. También en la parte de materiales especiales. Materiales especiales van desde productos maderables, otros productos que se pudieran empezar a producir en Guatemala, hasta algunos plásticos que hoy en día importamos de Asia. La parte electrónica es sólida en México.

La recomendación viene siendo hacer un mapa de ruta: investigar dónde están esas posibilidades de sustitución, dónde están esas posibilidades de integración a la cadena.

Actualmente, ¿cómo evalúa la vocación industrial de Guatemala y qué podría cambiar para centrarse en esos tiersen los que México necesita apoyo?

Precisamente, el camino es el mapa de ruta: definir exactamente qué textil es el que se requiere y qué otros materiales son los que se requieren. La vocación empresarial en Guatemala es amplia, sólida, y es cuestión de acercarse a México, de venir a eventos donde entendemos qué piezas se requieren, inclusive de metalmecánica, que no hay que descartar.

Guatemala tiene muchas posibilidades para integrarse en ese sentido a la cadena porque el mercado sigue creciendo, y esperamos que, con estas medidas de la administración Trump, crezca el mercado que se requiere para integrar, con la posibilidad de sustituir de Asia algunos productos.

¿Cuáles son esos desafíos principales y cómo podría Guatemala solucionarlos?

El más grande es la infraestructura. El más grande es poder poner el producto en la planta del comprador en el momento adecuado, con la cantidad y precio adecuados.

La calidad, supongo yo, que con las certificaciones y capacitaciones podría conseguirse. La infraestructura tarda un poco más. Infraestructura es tanto portuaria, carreteras y también la capacidad de hacer llegar por México el producto que estamos comprando o necesitando.

No es imposible; simplemente hay que enfocarse en la infraestructura: no nada más carreteras, también parques industriales, energía y, lo más importante de todo, talento, la capacitación.

Nosotros, en INA, estamos desarrollando una serie de microcredenciales. La idea es capacitar al siguiente colaborador en la empresa, que no tenga que estar cuatro o cinco años esperando en un instituto para que se le dé un certificado, sino que certifique capacidades importantes en la producción, de acuerdo con lo que se va necesitando y va cambiando.

Es un momento en la industria donde muchos más se pueden integrar, porque está cambiando radicalmente, no nada más de inyección de combustible o combustión interna a eléctrica, sino toda la parte de nuevos materiales: nuevos materiales en cabina, textiles, maderables y plásticos también.

Todo esto es nuevo, y vienen proveedores que nunca habían existido en la cadena tradicional y que se pueden integrar fácilmente a esta nueva industria.

¿En qué rutas o conexiones debería centrarse Guatemala para mejorar ese desafío logístico?

Es ver dónde están los centros de producción en México y los centros posibles en Guatemala, y ver cómo conectan. Mucho puede ser por barco, porque es bastante eficiente enviar la producción por barco, pero tiene que cruzar por carreteras para llegar al puerto, y para salir del puerto hay que desarrollar puertos, desarrollar carreteras y no olvidar la parte de trenes.

Sabemos que el Tren Maya puede tener conectividades importantes en el caso de Guatemala hacia México. Pero, mientras tanto, las carreteras y la posibilidad real de transitar en ellas de forma eficiente son fundamentales. Y sobre el puerto: la idea de tener cabotajes, movimientos más ágiles que los grandes barcos, que puedan moverse de puertos guatemaltecos a mexicanos, es fundamental.

¿Se ha visto alguna exploración de empresas en Guatemala o probabilidad de nuevos negocios para conectar formalmente a Guatemala con México en este cluster?

Ha habido cercanías. La palabra “superficial” no pretende ser negativa: ha sido de primer contacto. Yo creo que es importante que sea de segundo y tercer impacto.

Aunque ya hay empresas que han evolucionado y se han movido a Guatemala, han invertido en Guatemala, creo que es muy importante que, aparte de esas que ya están entrando, más empresas de Guatemala vengan a México. Por eso esta parte de eventos con B2B es importante.

Estamos en la parte inicial, no hay algo que se pueda cerrar en los siguientes seis meses, pero yo creo que, con la capacitación y certificaciones, no estamos lejos de hacer buenos negocios.

Hablando sobre la coyuntura internacional y la administración Trump: ¿cómo podría beneficiar esto a México y Guatemala, o podría convertirse en un desafío para integrarse a este cluster?

Yo creo que, con los tratados que tenemos —México con Guatemala y Estados Unidos con Guatemala—, la integración está a la puerta, es muy posible. Hay que tener, definitivamente, algunas negociaciones con la administración Trump, con la administración Sheinbaum y, obviamente, también en Guatemala, para ver de qué forma queda en papel la posible integración.

Lo importante es ir trabajando hoy, porque, a final de cuentas, los aranceles a Guatemala han sido establecidos y, en México, se están revisando. Yo creo que esta integración puede darse de una forma muy rápida, muy ágil. Pero el punto empresarial es fundamental.

Si usted fuera el encargado de construir este cluster en Guatemala, ¿cuáles serían los primeros tres pasos que haría?

Yo los vería así:

Primero, un mapa de ruta. Voy a poner un ejemplo que hicimos en México hace un par de años en la industria aeroespacial. México tenía seis empresas aeroespaciales. Se hizo este mapa de ruta y se vio qué se necesitaba para tener una diferencia mayor en el negocio de aviones y, en general, aeroespacial. Al llevar a cabo esta investigación profunda vía mapa de ruta, se definió: en qué podemos ser buenos, qué se necesita y quiénes son los que requieren algo.

Segundo, investigaciones de mercado. El mapa de ruta dice: “Somos buenos para esto, podemos ser buenos para lo otro y ellos son los que necesitan algo”. Entrando ya al detalle, la investigación de mercado permite aproximaciones más claras y acercar una oferta concreta.

Tercero, reuniones B2B. Teniendo ya este mapa, mi recomendación son las negociaciones B2B: acercamientos a las empresas que se dan frecuentemente. Acabo de venir de una de ellas: en la mañana tuvimos una reunión con cerca de 70 empresas que están viendo proveer a una de las tres grandes de Detroit. ¿Cómo hacen esto? Presentando calidad, productos y entendiendo qué necesita la armadora.

¿Desde México cómo esperan cerrar las cifras de exportaciones de autopartes?

Voy a hablar un poco de historia. Hace 15 años teníamos una participación en Estados Unidos del 20% y hoy tenemos 44%. Vendemos cada vez más. La parte de la producción en sí ha crecido 140%. Pocas industrias han crecido a esa velocidad.

Este año no es el año para presumir; este año es el año para sobrevivir a todos los cambios.

No va a caer la industria, por supuesto, pero tampoco es un año para decir: “Disparamos otro porcentaje como el de años anteriores”.

No. Este año es un año de mantenerse donde uno está. Está ocurriendo en todo el mundo, y mantenerse ya es muy bueno. Hay áreas completas en muchos países que han caído de forma impresionante. Nosotros nos estamos manteniendo; no buscamos este año un crecimiento grande, nos estamos consolidando y creemos que podemos seguir creciendo en los siguientes años.

¿Cómo podría Guatemala ayudarlos a potenciar y sobresalir en los próximos años en esta industria?

Proveyendo productos que estamos importando de Asia. Desde el punto de vista costo: nada más imaginar el cruce del Pacífico; desde el punto de vista calidad: seguramente se puede conseguir en Guatemala; desde el punto de vista de eficiencia: tener al proveedor cerca es mucho más fácil que pedir, a 15 días de distancia, algún cambio o alguna situación.

Definitivamente, la cercanía y la calidad de los productos que ya elabora Guatemala —que es bien conocida— son claves. Es cuestión de integrarse a lo que necesita la industria. Necesitamos un conocimiento mayor para que haya una potencialización.