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Hubo errores en manejo del caso de cura acusado de abusos
El arzobispo argentino Víctor Manuel Fernández, elegido por el papa Francisco para dirigir una poderosa oficina del Vaticano, admitió el domingo que cometió errores en la forma en que manejó en 2019 el caso de un sacerdote denunciado por abusos sexuales a menores, lo que todavía le acarrea críticas por supuestamente haber protegido al clérigo.
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El arzobispo también fue nombrado cardenal el domingo por el papa junto a una veintena de sacerdotes.
BishopAccountability.org, una organización de Estados Unidos que mantiene un archivo en línea sobre abusos en la Iglesia católica, cuestionó recientemente el nombramiento del arzobispo al frente del Dicasterio al afirmar que se negó a creer las denuncias de los menores que acusaron a Eduardo Lorenzo, sacerdote de la arquidiócesis de La Plata, de haber abusado de ellos.
A fines de 2019, horas después de enterarse de que una jueza argentina había ordenado su detención por el presunto abuso sexual de cinco niños, Lorenzo fue hallado sin vida en instalaciones de Cáritas de La Plata, en lo que se consideró un suicidio, impidiendo la celebración de un eventual juicio para dilucidar su responsabilidad.
En respuesta a las críticas de la organización estadounidense, Fernández afirmó a la AP días atrás en un comunicado que “nunca” dijo no haber creído dichas denuncias y que tomó medidas para alejar al sacerdote de las supuestas víctimas.
Pero el domingo, durante la entrevista, se mostró más autocrítico con su proceder, que atribuyó a que llegó en 2018 al Arzobispado de La Plata “sin ninguna experiencia en otra diócesis”, y a que en aquel momento los procedimientos para lidiar con las denuncias de abusos cometidos por clérigos “eran menos claros”.
Las denuncias en contra Lorenzo habían comenzado en 2008, cuando los padrinos de un menor le acusaron de abusos, pero la justicia argentina archivó el caso al entender que no había suficientes pruebas incriminatorias.
Once años después, el abogado Juan Pablo Gallego logró que se reabriera la causa penal y comenzó a representar a otros denunciantes mientras la justicia canónica hacía sus pesquisas, siendo Fernández arzobispo de La Plata.
Anne Barrett Doyle, codirector de BishopAccountability.org, no creyó en las palabras del arzobispo.
“Se declara desconcertado, pero es un hombre sofisticado y educado. Cuando llegó a La Plata en 2018, la crisis de abuso sexual del clero había sido noticia de primera plana durante décadas. Sus alegatos de ignorancia no son creíbles”, afirmó Barrett Doyle.
La activista cuestionó que después de que resurgió el escándalo sobre la figura de Lorenzo, Fernández lo dejó en el ministerio parroquial durante largos meses y demostró “repetidamente” su apoyo al sacerdote.
Un abogado indicó que el Tribunal Eclesiástico Interdiocesiano de La Plata bajo el mando del Fernández aportó elementos que buscaron proteger al cura denunciado, lo que es negado por el arzobispo.
Fernández fue cuestionado además por haber dado protección al sacerdote en las instalaciones de Cáritas, haberse mostrado junto a él en fotografías que se encuentran en la página web del Arzobispado y haber celebrado una misa en su nombre después de su suicidio, en la que afirmó que el sacerdote había pasado por un gran momento de estrés.
Fernández dijo que había hablado con el Papa de las críticas recibidas sobre el caso de Lorenzo. “Me dijo: ‘vos explicá la realidad tal como fue”.
Por otro lado, con respecto a las versiones sobre las futuras funciones que tendrá en la oficina de vigilancia de la ortodoxia doctrinal, el arzobispo señaló que el papa le comunicó que se dedique a la sección doctrinal o teológica y confíe lo referido a abusos de menores a la sección disciplinaria que tiene profesionales especializados.
Dijo que se asegurará de que esa última área “tenga todo lo que necesita, el apoyo, y los recursos para su trabajo”.
Fuente: VOA