El Real Madrid inició su andadura en el Mundial de Clubes 2025 con un empate tan polémico como preocupante ante el Al-Hilal (1-1), en un encuentro celebrado en Miami que dejó muchas más dudas que certezas sobre el proyecto de Xabi Alonso, quien debutaba como técnico blanco en competición oficial.

Lejos del favoritismo habitual, el conjunto blanco ofreció una imagen pálida y carente de ritmo, carácter y frescura. A pesar de tener la oportunidad de llevarse la victoria en el último suspiro, el penalti ejecutado por Federico Valverde en el minuto 91 fue detenido por Yassine Bounou, figura clave para el conjunto saudí. La jugada del penalti, además, generó controversia y fue duramente cuestionada por la prensa internacional.

El debut de Simone Inzaghi en el banquillo del Al-Hilal fue mucho más prometedor. Su equipo dominó durante buena parte del encuentro, mostró orden táctico y neutralizó casi todos los intentos ofensivos del conjunto español, que echó de menos la presencia de jugadores clave como Kylian Mbappé, baja de última hora.

Primer tiempo flojo, segundo insuficiente

El primer tiempo del Madrid fue para el olvido. Superado en posesión, intensidad y ocasiones, el equipo fue incapaz de presionar la salida rival ni generar peligro real. El penalti del empate, anotado por Al-Hilal poco antes del descanso, fue solo una muestra de lo mucho que costó a los blancos imponer condiciones.

Tras el descanso, el dominio territorial del Madrid fue evidente, pero estéril. Apenas generó ocasiones claras, y la poca contundencia ofensiva se combinó con una defensa poco convincente. El Al-Hilal, por su parte, remató más a puerta, tuvo mayor posesión, cometió menos faltas y ejecutó más tiros de esquina, en una actuación muy superior a lo que se esperaba de un teórico “invitado” al torneo.

Mucho por construir para Xabi Alonso

Las numerosas ausencias por lesión, el desgaste acumulado y la presión del debut no pueden justificar del todo lo mostrado por el Real Madrid, que fue superado futbolísticamente por un rival que partía como “cenicienta” pero terminó sacando los colores al gigante europeo.

Este empate obliga al conjunto blanco a mejorar de forma urgente si quiere aspirar a levantar el trofeo. El camino recién empieza, pero el margen de error ya es mínimo. Para Xabi Alonso, el reto es mayúsculo: levantar a un equipo tocado en lo anímico y desdibujado en lo futbolístico.