La combinación de drogas para el consumo es una amenaza para los jóvenes de Guatemala

La combinación de drogas para el consumo es una amenaza para los jóvenes de Guatemala

Entidades nacionales reportan que mezcla de estupefacientes tradicionales con fentanilo es cada vez más común, con efectos más perniciosos para la salud.
23/03/2025 15:00
Fuente: Prensa Libre 

Noche de viernes, fin de una semana con trabajo, presiones, tránsito. Compartir un momento de esparcimiento es algo normal en los jóvenes. Reuniones con charla, música, baile, comida y bebida… pero la tensión crece… se necesitan nuevas experiencias, ocasión ideal para experimentar con algo que puede ser fatal. Así puede iniciar la experiencia de entrar en el controversial y delicado tema del consumo de drogas. Una prueba o experimento, en principio inofensivos, conducen a ingresar en un mundo delicado, que puede llevar a la dependencia, dolor e incluso muerte, principalmente, entre los jóvenes.

Los productos que son ofrecidos en el mercado guatemalteco son variados. En los últimos años, este consumo genera un proceso de oferta y demanda en función del costo de la droga que se adquiera. A fin de facilitar este consumo, los productores combinan químicos para producir efectos similares y, en teoría, a un menor costo. La mezcla de cocaína y fentanilo es la que registra mayor consumo en nuestro país. Según estadísticas de la Secretaría Ejecutiva de la Comisión contra las Adicciones y el Tráfico Ilícito de Drogas (Seccatid), en Guatemala, durante el 2024, esta combinación registró un 40.76% del consumo total a escala nacional.

El fentanilo, procesado en forma ilegal, es comercializado en el mercado nacional en líquido o polvo; de ahí su facilidad para ser mezclado con otras sustancias. Si bien el consumo comienza por la cocaína, el fentanilo es utilizado como alternativa, que en principio es más económica tanto en producción como en distribución y adquisición, aunque sus componentes representan un mayor peligro para la persona que lo utiliza.

De conformidad con las estadísticas del Observatorio de la Secretaría, no todas las personas que utilizaron una combinación de drogas como la que se apunta buscaron ayuda en el primer semestre del 2024. Los casos atendidos que reconocen el consumo combinado de cocaína y fentanilo se ubicaron entre 1.10% y 1.70%. Seccatid tiene una unidad que se ocupa de las personas que adquieren una dependencia de consumo, para ayudarlas a superarla.

Entretanto, en septiembre del 2024 Seccatid reportó que 68.66% de personas que solicitaron apoyo lo hizo debido al consumo de la mezcla de ambas drogas. De acuerdo con las mismas estadísticas de la Seccatid, el segundo mayor reporte de consumo de sustancias es el de marihuana —y, en el 2024, febrero y abril fueron los meses en que más se consumió—. El estudio concluye que la presencia de otras sustancias como cocaína, inhalantes y tranquilizantes sin prescripción apunta a una diversificación en el consumo, especialmente en entornos urbanos. Las presentaciones del producto son variadas, pero es la adquisición en tableta el que reporta más casos.

Empaques atractivos

Los mercados de droga han evolucionado y la presentación de sus productos es cada vez más atractiva. En mercados más desarrollados, como Estados Unidos y Europa, se utiliza éxtasis para mezclas u otras combinaciones que los distribuidores diseñan. Por tener un menor costo y un efecto similar, el fentanilo se convierte en un producto más rentable para los productores. Sin embargo, la alteración química de la droga conlleva riesgo para la salud.


Los datos que maneja el Centro de Tratamiento Ambulatorio de la Seccatid dan cuenta de que en el 2024 se atendió a seis mil 84 personas por adicción . En estos casos, los afectados reportaron una combinación más tradicional, como la de alcohol, tabaco y marihuana. El tema se vuelve más delicado cuando, según la Seccatid, el consumo de drogas ha llegado a la venta en los establecimientos educativos. Las pandillas ofrecen estas drogas a los alumnos y también los obligan a venderlas a sus propios compañeros.

Según la Policía Nacional Civil (PNC), este año fueron designados 200 agentes al programa Escuela Segura. La presencia de las pandillas en las escuelas se identificó principalmente en planteles educativos de las zonas 24, 21, 18 y 6, además de Mixco y Chimaltenango. Por aparte, los registros del Ministerio Público para el año 2024 indicaron que un 50.85% de la droga incautada fue marihuana; un 21.02%, cocaína, y crack, un 0.51%.

La metanfetamina registra un 0.17%, mientras que un 27.45% de decomisos corresponde a sustancias que están por determinarse. El MP sostiene que el departamento que más incidencia registró fue Guatemala, seguido de Quetzaltenango y Suchitepéquez, y donde menos decomisos se efectuaron fue en Totonicapán, Jalapa y El Progreso. En la Ciudad de Guatemala, la zona con más decomisos ejecutados fue la 1, y de estos, 16.05% fue de marihuana.

Cambios en el mercado

Como funciona con muchos productos, el mercado de los estupefacientes es dinámico y cambiante, tanto por aspectos globales como locales. De conformidad con el informe Cambios en el mercado de drogas ilícitas, elaborado por el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), después de la pandemia del covid-19, el mercado de la droga registró un colapso en Colombia, lo que abrió paso al comercio ilícito del fentanilo.

Para los productores de droga, la combinación de cocaína con fentanilo reduce costos y aumenta las ganancias, pero este producto es más dañino para la salud del consumidor. Con el argumento de que se genera una mejor sensación entre quien consume esta droga, el mercado aumentó la oferta con graves consecuencias para los consumidores. Guatemala enfrenta un escenario en el que conviven tanto narcóticos tradicionales como emergentes, lo cual exige una vigilancia constante para identificar nuevas dinámicas y riesgos, especialmente, entre los adolescentes y jóvenes, quienes son la población más vulnerable.

Para Walter Menchú, investigador del Cien, uno de los aspectos que influye en el consumo en los últimos años obedece a la disponibilidad de las drogas. Varios expendedores se han acercado a los centros educativos, obsequian las primeras muestras para que los estudiantes adquieran la adicción. Ya cuando se necesita más del producto, los costos se elevan. La psicóloga clínica Cindy Rivera ahonda sobre el problema individual y social que este consumo representa. Estima que las adicciones son un problema de salud y ponen en riesgo la salud emocional de las sociedades.

Agrega que la diversión para muchos jóvenes se ha volcado al consumo de drogas. “Ni siquiera podemos hablar solo de Guatemala; es algo ya a nivel global. Los jóvenes, por lo regular, se involucran en un consumo inicial en la adolescencia; yo diría que ya existe un porcentaje muy alto que da paso al consumo de drogas desde mucho antes”, afirma. Desde la perspectiva del sociólogo y docente universitario Adrián Fernández, el problema social que causa estas adicciones es la necesidad urgente de conseguir dinero para adquirirlas, lo que repercute en un incremento en asaltos y violencia.

En el largo plazo, supone problemas de salud que muy probablemente el Estado deberá asumir en costos, tanto para tratar las adicciones como las consecuencias del consumo, en el ámbito mental y en el físico. El fácil acceso a los estupefacientes, la baja de costos con el riesgo de mayores daños a la salud, la diversificación de mercados y lugares de distribución, los factores sociales que generan tensión y necesidad de alivio a esa sensación, la presión social de amigos y compañeros… todo se convierte en un caldo de cultivo que facilita el acceso a un mundo tan oscuro como dañino y peligroso, que puede implicar adicción, peligros, problemas de salud e incluso la muerte.

El complicado mundo del consumo de drogas crece y engancha cada vez más a la juventud guatemalteca.

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