Regreso al futuro

Regreso al futuro

Japón y Guatemala comparten los mismos valores de libertad, democracia y Estado de derecho, lo que mejora el clima para atraer inversiones de aquel país.

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Resumen Automático

22/06/2025 00:01
Fuente: Prensa Libre 

Viajar a Japón es como ir al futuro. Es un archipiélago compuesto por más de 14 mil islas y que casi 125 millones de personas llaman hogar. Se ubica en los primeros lugares de educación, tecnología y economía, a la vez que combina todos los beneficios de la modernidad con sus tradiciones milenarias, una dualidad que sigue impresionando al mundo, como lo hizo con nuestro Enrique Gómez Carrillo hace ya más de un siglo (El Japón heroico y galante, 1912).


En la segunda mitad del siglo XX, Japón experimentó un desarrollo económico notable que permitió reconstruir al país a niveles de crecimiento y desarrollo superiores al período previo a la Segunda Guerra Mundial. Entre 1955 y 1973, adoptó un modelo económico calificado como milagroso. Este se caracterizó por una industrialización orientada a la exportación, altas tasas de ahorro, inversión en la productividad y una de sus principales características, hasta la fecha, la absorción y adaptación de tecnología extranjera que, en otras palabras, es la capacidad de los japoneses de copiar cosas de fuera y reconstruirlas con su propio estilo que refleja esa dualidad de modernidad con tradición, pero con su particular toque de perfección o, como ellos lo llaman, shokunin.


A pesar de los retos económicos y sociales que actualmente enfrenta Japón, el país sigue siendo un referente asiático del cual otros países como China han adoptado su modelo de desarrollo económico y tecnológico y los saltos cualitativos que este experimentó. Pero Japón es también un referente político para el Lejano Oriente. Sin asumir un liderazgo explícito, el desarrollo político de la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad y la estabilidad de su democracia parlamentaria son el estándar a seguir para los países de esa región.

Guatemala debe volver a retomar una agenda de diversificar comercio y buscar inversiones con países afines.


Por estas y otras razones, la reciente visita del presidente Arévalo a Japón es importante para Guatemala. Entre las otras razones debemos destacar que, en los últimos 15 años, el mundo está experimentando un desplazamiento de poder político y económico del Atlántico al Pacífico que ubica a los países del Lejano Oriente en una posición de gran importancia frente al resto del mundo, y los países de América Latina, en especial Guatemala, gracias a su ubicación, debemos aprovechar. La otra razón es la excelente relación bilateral que tenemos con Japón. El gobierno japonés, de acuerdo con sus comunicados oficiales, ve en el de Guatemala una administración confiable que promueve los mismos principios y valores que Japón considera fundamentales, como la libertad, la democracia y el Estado de derecho.


Ante la incertidumbre que se vive a nivel internacional, con los diferentes conflictos en Europa y en Oriente Próximo, es importante que países afines como Japón y Guatemala fortalezcan sus relaciones, y nosotros debemos aprovechar el creciente interés del sector empresarial japonés en nuestro país, no solo por nuestra ubicación geográfica, sino por las condiciones que actualmente atravesamos, como un punto estratégico para inversiones internacionales (bono demográfico, calificación de riesgo país, estabilidad macroeconómica); esto, sumado al reconocimiento de Japón de valores y principios compartidos, está directamente relacionado con la mejora y consolidación de un entorno para atraer nuevas inversiones. Es por eso que Guatemala debe retomar una agenda de diversificar comercio y buscar inversiones con países afines, y Japón es, sin duda, la clave para un futuro que hoy se encuentra en Asia. Es hora de que las intenciones de nuestra relación bilateral se materialicen. ¡Feliz domingo!