Devaluación artificial

Devaluación artificial

[email protected]     Desde el 16 de mayo de este año, el Banco de Guatemala comenzó, otra vez, a intervenir discrecionalmente en el mercado cambiario, por medio del mecanismo de acumulación de reservas, para frenar la apreciación del quetzal frente al dólar.  A la fecha, el Banco Central ha comprado más de 359 millones de […]

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Resumen Automático

25/06/2025 09:00
Fuente: La Hora 

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Desde el 16 de mayo de este año, el Banco de Guatemala comenzó, otra vez, a intervenir discrecionalmente en el mercado cambiario, por medio del mecanismo de acumulación de reservas, para frenar la apreciación del quetzal frente al dólar. A la fecha, el Banco Central ha comprado más de 359 millones de dólares únicamente bajo el citado mecanismo y en total ha adquirido 2,147 millones de dólares, sólo en lo que va del año 2025.

Recordemos que, de momento, existen dos formas que permiten al Banco de Guatemala intervenir en el mercado de divisas. La primera forma de intervención es la regla de participación, en la que, a partir de su modificación a finales de 2024, si existe un margen de fluctuación de 1% en el tipo de cambio, el banco puede realizar hasta cinco subastas diarias por un monto de 20 millones de dólares cada una, permitiendo intervenir por hasta 100 millones de dólares diarios. Esta modificación a la regla ya duplicaba la participación permitida al Banco desde 2020 hasta 2024, con un margen de fluctuación de 85% se podían realizar hasta cinco subastas diarias por 10 millones de dólares cada una, permitiendo una intervención de hasta 50 millones de dólares diarios. La segunda forma de intervención es el mecanismo de acumulación de reservas, en el que, si no funciona la regla, el Banco Central ingresa al mercado a comprar discrecionalmente la cantidad de dólares que estimen conveniente para frenar, en este caso, la apreciación de la moneda guatemalteca.

Este mecanismo de flotación sucia (o administrada), como se le conoce al mercado de divisas guatemalteco, porque opera bajo las leyes de oferta y demanda, pero con intervención ocasional o periódica, en nuestro caso es casi diaria, de la banca central para influir en el valor de las divisas, no es más que una intromisión estatal muy relevante en la economía que distorsiona los precios y favorece a un sector de la economía en detrimento del resto. Aquello que los libertarios dicen detestar.

En lo que va de 2025, el Banco Central ha comprado dólares (creando una demanda artificial) por más del 82% de lo que compró en todo el año 2024, y si continúa la tendencia, este año podría llegar a duplicar el monto comprado el año pasado, con tal de mantener “estable” el tipo de cambio.

Cuando uno ve regímenes cambiarios flotantes (verdaderamente libres o sin intervención directa del Banco Central), como es el caso de Brasil, de Chile y de México, como ejemplos latinoamericanos, o de Japón y Estados Unidos, como ejemplos de países desarrollados, entiende uno que la competitividad de una nación no puede pasar nunca por devaluar su moneda para hacer más baratos sus productos y servicios frente a otros países.

La competitividad de un país la determina la gobernabilidad, el respeto a las instituciones, el Estado de Derecho, la calidad de servicios públicos, como la salud, educación y salubridad que goza la población, así como su nivel educativo, la cantidad y calidad de la infraestructura del país, entre otros factores. No la devaluación permanente de la moneda.