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Las razones por las que el vertedero de basura de la zona 3 se convertirá en un relleno sanitario
A este espacio ingresan diariamente unas dos mil 500 toneladas de basura provenientes de 15 municipios y la ampliación permitirá un mejor manejo de los desechos.
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El vertedero actual sigue con vida y las autoridades municipales esperan ampliarlo por más tiempo para que pueda guardar los desechos de varios municipios del departamento de Guatemala. De hecho, la mitad de los desechos que ahí se depositan corresponden a la capital. Pero el plan es más ambicioso, ya que la Municipalidad de Guatemala busca convertir el lugar en un relleno sanitario, razón por la cual contempla una ampliación que abarque 33 hectáreas adicionales. El vertedero ubicado en la zona 3 es considerado el más grande del país.
Funciona desde hace 68 años y, en la actualidad, ingresan cada día 775 camiones cargados de basura; 575 corresponden a los amarillos y 200 a los municipales y de otros servicios. En total, aportan unas dos mil 500 toneladas de residuos. El sitio, que es administrado por la Municipalidad de Guatemala, no cobra por el servicio de disposición de desechos y se calcula que actualmente tiene una vida útil operativa de 11 años, por lo que ya se inició un plan de ampliación que contempla alcanzar unas cien hectáreas al finalizar el proyecto. Óscar García, director de Desechos Sólidos de la Municipalidad de Guatemala, sostiene que hay unas 66 hectáreas en operación y han mejorado en el manejo de la basura.
Agrega que el plan que contemplan está aprobado por el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales y consiste en la impermeabilización del suelo y una captación de lixiviados —sustancias líquidas que circulan entre los desechos—, así como el manejo de estos, para evitar la filtración al manto freático. El terreno en el que se plantea la ampliación se encuentra en la misma quebrada, entre las zonas 3 y 7, y es propiedad del Estado. En marzo del 2022, el entonces presidente, Alejandro Giammattei, firmó el acuerdo gubernativo 67-2022, mediante el cual se otorgó en usufructo dicho terreno a la Municipalidad.
Se trata de un área adicional de 510 mil metros cuadrados, lo que triplica el tamaño actual del basurero y casi triplica también la extensión original, que era de 187 mil 491 metros cuadrados. “Una ampliación que tenemos hacia el norte es de unas 33 hectáreas, y si se suman las 66, estaríamos hablando de las 99 o cien hectáreas donde vamos a trabajar un relleno sanitario”, destaca García. Para la ejecución del proyecto, el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) aprobó en el 2022 un fondo de US$650 mil —unos Q5 millones—, destinado a los estudios de factibilidad e impacto ambiental para la ampliación, pero no para la construcción, para lo cual deben buscarse los recursos más adelante.
El manejo de los desechos sólidos puede hacerse de distintas maneras. García señala que este depende del lugar a donde van, ya que un sitio de disposición final se ocupa de recibir la basura, se procede a su compactación y luego se cubre, para evitar la emanación de gases a gran escala. Al tratarse de un basurero, este solo recibe los desechos, pero no recibe el procedimiento mencionado. Quince municipios disponen sus desechos en el vertedero de la zona 3. El 51.46% de la basura proviene de Guatemala, y un 48.54%, de los otros 14 municipios, entre los cuales se incluyen tres de Sacatepéquez.
Para dimensionar la magnitud de la situación, las autoridades de la comuna capitalina aseguran que, cada mes, los habitantes de estos municipios generan 53 mil cien toneladas de desechos. Esta cantidad sería suficiente para llenar por completo, desde sus cimientos hasta la parte superior, el estadio Doroteo Guamuch Flores. El Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales informó que la expansión del basurero de la zona 3 aún no cuenta con licencia ambiental y que el proyecto se encuentra únicamente en fase de estudios. La única autorización vigente para la Municipalidad de Guatemala es la licencia para el cierre técnico del sitio de disposición final actual, pues no puede permitirse la operación de un vertedero a cielo abierto en medio de la ciudad, debido a los graves riesgos que representa para la salud pública.
“La Municipalidad tiene una licencia aprobada, pero es de cierre. Lo que se espera ahora es saber si es factible o no la ampliación proyectada. Si ese estudio indica que no es factible porque está muy cerca de un área urbana o porque está cerca de un cuerpo de agua, entonces la misma consultoría debería buscar un nuevo sitio”, señala Edwin Castellanos, viceministro de Recursos Naturales y Cambio Climático del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales. Añadió: “Existe una licencia de cierre actual, aunque no se tiene una fecha específica de caducidad, pero esa licencia debe cerrar en el momento en el que se termine de determinar si es factible o no la presión del vertedero o si hay que moverlo a otro lugar”.
Tecnología para modernizar
Lisbeth Caal, encargada de educación ambiental del vertedero, asegura que uno de los proyectos de modernización es la báscula electrónica. “El sofware fue diseñado específicamente para la Municipalidad de Guatemala, es única en Centroamérica y se tarda entre 15 y 20 segundos en el pesaje de cada camión”, refiere. Además, explica que en las áreas donde ya se efectuó el cierre técnico, el panorama es muy diferente al que se observa cuesta abajo, donde cada camión descarga unas 4.3 toneladas de residuos provenientes del área metropolitana. Sin embargo, hay algo en común en todo el terreno: está cubierto de basura.
Aun así, el paisaje en las celdas ya cerradas se asemeja al de un bosque. “El área intervenida ha sido ya forestada, tenemos más de dos mil 500 árboles plantados, de 27 diferentes especies. Bajo los árboles y plantas hay basura compactada, es una celda que ya tuvo su cierre técnico y ahorita se da otra oportunidad a los suelos”, destaca Caal. Agrega que cierre técnico significa cerrar para dejar de botar basura y darle otro uso al suelo, no es clausurarlo totalmente, sino darle un uso diferente a una disposición de desechos.

Beneficios adicionales como energía eléctrica
En el vertedero existe un área en la que se produce energía eléctrica a partir de la descomposición de la basura. La empresa industrias de Biogás, S. A., genera energía con la que se abastece a unas 380 viviendas. En la zona del botadero puede observarse un laberinto de tubos negros que sobresalen de las celdas que ya fueron cerradas. Estos conducen el biogás hacia la planta, donde se transforma en energía eléctrica.
En este lugar también se ha logrado la construcción de 14 piletas que sirven para la recepción de desechos biodegradables, como la basura de los mercados, para, con ello, crear compost, un abono natural que es utilizado en las plantas y árboles, así como en el vivero e incluso en el huerto, con el que hacen estudios para determinar la adaptabilidad de las plantas, considerando que bajo sus raíces hay basura. Janeth Aldana, también del Departamento de Educación Ambiental de la comuna, aseguró: “Aquí se lleva a cabo toda la descomposición de residuos orgánicos: fruta, verdura y restos de podas de jardines.
Es un proceso natural de descomposición a través de oxígeno, cuyo proceso dura tres meses para obtener un producto maduro, un abono orgánico de alta calidad”. El abono que “nosotros producimos, nos ayuda a mejorar la retención de agua, es un fertilizante orgánico que genera muchos nutrientes a las plantas que tenemos y nos permite la mejor absorción de todos los nutrientes en las áreas en las que vamos interviniendo”, destaca Aldana.
Un colector inconcluso
Otro de los problemas que la comuna busca solucionar mediante un proyecto ya aprobado, pero entrampado por la burocracia desde hace dos años y medio, es la salida de agua del colector RMR (Roosevelt, Mariscal y Reforma), cuyo nombre proviene de los lugares de donde conduce el agua. Sin embargo, al descargar al pie de las plataformas llenas de basura, este canal termina arrastrando desechos hacia el río Las Vacas.
Según la Municipalidad de Guatemala, el mencionado proyecto está estancado desde hace tres años, por un análisis que realiza el Ministerio de Cultura y Deportes, debido a que el reencauzamiento del agua debe extenderse por una tubería que pasaría debajo del Cementerio General, que es patrimonio cultural, tanto por su valor arquitectónico y urbanístico como por su significado histórico y cultural. Este cementerio alberga montículos prehispánicos del sitio arqueológico Kaminaljuyú, y sus construcciones arquitectónicas son consideradas patrimonio, lo que pone en riesgo cualquier trabajo que se pueda ejecutar, por lo que el Ministerio aún analiza la factibilidad del proyecto.