El 2 de agosto que no debemos olvidar

El 2 de agosto que no debemos olvidar

Los héroes de aquella gesta tenían 15 años. Dieron el ejemplo; pero desde entonces, también el Ejército se jodió.

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Resumen Automático

16/08/2025 00:01
Fuente: Prensa Libre 

Para quienes cargamos tres cuartos de siglo y sabemos lo que fue la operación PBSUCCESS, que la oligarquía insiste en aplaudir, tenemos claro que Guatemala se jodió con el derrocamiento del segundo gobierno de la Primavera Democrática. El contexto político internacional en aquel 1954 lo definió la Guerra Fría.

Los héroes de aquella gesta tenían 15 años. Dieron el ejemplo; pero desde entonces, también el Ejército se jodió.

Hoy pongo algunos hechos sobre la mesa y juego piezas de historia, escrita pero no contada, que fue negada con el objeto de dividir para reinar.

La colonia española estableció un proceso cultural sustentado por la lengua castellana y la religión católica que fue burlado por quienes promovieron la independencia. Así, Guatemala pasó a ser la finca que hoy siguen manejando a su antojo. Para eso siempre hubo caudillos dispuestos a hacer el trabajo sucio a cambio de poder y dinero. El último, Jorge Ubico Castañeda, tuvo la sensatez de renunciar ante la presión popular y la opinión de sus amigos. Dejó el cargo en manos de Federico Ponce Vaides quien quiso prolongar la dictadura, pretensión que provocó la Revolución de Oct1944, que abrió el espectro político a la democracia, dejando atrás el obsoleto feudalismo finquero en que convirtieron al país.

Con una nueva Constitución política, el 15Mzo1945 asumió la presidencia Juan José Arévalo Bermejo, hasta el 15Mzo1951. Lo sustituyó Jacobo Árbenz Guzmán hasta el 27Jun1954 cuando renunció al cargo, ante el golpe de Estado dirigido por el gobierno de EE. UU. con el patrocinio de la United Fruit Company (UFCO) y ejecutado por la CIA. La operación contó con la simpatía de la oligarquía que se sintió amenazada por la decretada reforma agraria. La participación de Carlos Castillo Armas, la traición del Ejército Nacional a su comandante general y presidente de la República y la complicidad de Honduras, territorio de la UFCO, desde donde incursionó el ejército de liberación nacional, fueron determinantes.

El papel del Ejército en el proceso revolucionario del 44 fue importante y reconocido por el pueblo, maestros, trabajadores y estudiantes. Su imagen hizo sentir orgullosos a los jóvenes cadetes de la escuela militar.

El 17Jun1954, volantes lanzados desde el aire invitaban al pueblo a rebelarse contra el gobierno del presidente Árbenz. Al día siguiente, se supo de la invasión desde Chiquimula y Zacapa. Los estudiantes dirigieron al director de la Escuela Politécnica el histórico gesto heroico de la compañía de caballeros cadetes de 1954: “Solicitamos del alto mando autorización para que seamos enviados al frente a combatir la invasión…”. El presidente Árbenz conoció la solicitud y comentó que no era necesario el sacrificio de los jóvenes cadetes, pues el ejército sabría responder con honor a su compromiso. La realidad fue otra.

El vergonzoso papel de Castillo Armas y la franca traición del alto mando desconcertó a los cadetes que no asimilaron la notoria contradicción entre honor, deber y gloria proclamados y el actuar de la oficialidad. En las semanas siguientes a la renuncia de Árbenz, hubo actos protocolarios de bienvenida al caudillo Armas. Obligaron a los cadetes a rendir honores, ofensa que no pudieron repudiar por respeto a la disciplina militar. Para el 1 de agosto se anunció la celebración de un desfile para “agradecer a los libertadores”; eso desbordó su frustración. En la madrugada del 2Ag1954 decidieron levantarse en armas en contra del ejército de liberación acampado en el hospital Roosevelt, en construcción. Los coparon y, de un pacto con los cadetes, Castillo Armas ordenó su rendición.

Los héroes de aquella gesta tenían 15 años. Dieron el ejemplo. Desde entonces, también el ejército se jodió.