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Güizachesca revocatoria de libertad a J. R. Zamora
Entidades nacionales e internacionales de prensa deploran la nueva e innecesaria encarcelación de Zamora.
Si un proceso judicial denota inquina contra un procesado y también una sintomática tardanza para demostrar los supuestos delitos imputados es la acusación del Ministerio Público en contra de Jose Rubén Zamora, fundador del extinto elPeriódico. En minutos, ayer dio la vuelta al mundo, en muchos idiomas y con reacciones de repudio, el anuncio de la anulación innecesaria de la medida sustitutiva otorgada el 21 de octubre al periodista después de haber pasado 813 días en prisión “preventiva”. El primer juicio contra Zamora, en el cual el MP no logró la condena de 40 años que pretendía, fue finalmente anulado por vicios procesales, entre ellos barreras a la defensa. El MP, además, persiguió penalmente a periodistas y columnistas de ese medio por ejercer su derecho de libre emisión del pensamiento.
Regresar al periodista Jose Rubén Zamora a la cárcel será contraproducente para los fines represivos detrás de la apelación planteada por la fiscalía tras la libertad condicional, pues les otorga más resonancia a las investigaciones periodísticas acerca de indicios de corrupción en el gobierno de Alejandro Giammattei Falla, sobre los cuales el MP no tiene mayores resultados; por ejemplo, las vacunas rusas, abusos de allegados o el fraude del hospital de Chimaltenango.
Se creen muy listos los integrantes de la Sala Tercera de Apelaciones que suprimieron la medida sustitutiva. La apelación fue presentada por el MP y un querellante que ni siquiera llega a las audiencias. Sin embargo, el peligro de fuga se descarta, pues Zamora ha cumplido con registrar la asistencia y ha declarado en repetidas ocasiones que enfrentará el proceso en el país. Los magistrados de la Sala Tercera no resolvieron la apelación, sino que arguyen haber detectado de oficio una supuesta actividad procesal defectuosa, aludiendo a una recusación del juez, para revertir la medida.
Los magistrados Alejandro Prado, Mario Federico Hernández e Íngrid García, firmantes de la revocatoria, parecen no darse cuenta de que están colocando en pleno foco de la opinión pública nacional e internacional sus nexos y afinidades con pretéritas actuaciones como abogados. Y lo hacen por segunda vez, al enmendar la plana al mismo juez, que también había resuelto en el caso contra magistrados del Tribunal Supremo Electoral, otro proceso en el cual no hay resultados tangibles a pesar del tiempo transcurrido.
Por otra parte, son preocupantes las declaraciones del juez Érick García, a cargo del caso, al denunciar repetidas amenazas e intimidaciones en su contra por haber otorgado la medida sustitutiva. El juzgador declaró que daba cumplimiento a la orden de la Sala Tercera al enviar de nuevo a Zamora a prisión. El periodista, a su vez, señaló que el juez no tenía otra opción, so pena de incurrir en ilegalidad, pero que esperaba poder enfrentar juicio para dilucidar la verdad, aunque hasta ahora no existe una fecha para la repetición del juicio. De hecho, el proceso ha estado sujeto a múltiples dilaciones por incomparecencias que parecen adrede.
Entidades nacionales e internacionales de prensa deploran la nueva e innecesaria encarcelación de Zamora. Existen recursos de amparo de la defensa del periodista pendientes en la Corte Suprema de Justicia y en la Corte de Constitucionalidad. Dichos entes tienen su espada de Damocles, aunque no lo crean. La agilidad o la dilación en resolverlos cada vez hablará más de las prioridades de los magistrados a cargo de tales fallos. “Nada hay oculto que no llegue a saberse”, dijo el maestro de Galilea. El tiempo sigue contando, las polaridades políticas cambian, los nexos llegan a saberse y, a estas alturas del 2026, estará en marcha la designación de nuevos titulares de la CC y del MP.