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Tiempo de calidad: cómo la vitamina T actúa como terapia para fortalecer vínculos personales y familiares
En una época en la que el tiempo escasea, compartir espacios de calidad fortalece los vínculos familiares y aporta al bienestar emocional; esa es la esencia de la vitamina T.
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En una etapa dominada por el trabajo, el tráfico y las redes sociales, compartir tiempo de calidad con la familia o los amigos resulta fundamental para el bienestar emocional. Psicólogos coinciden en que crear espacios de interacción positiva, con atención plena y conexión afectiva, favorece tanto la salud individual como la dinámica familiar.
Aunque suele creerse que fortalecer los lazos afectivos con hijos, pareja o amigos requiere mucho tiempo, Gabriela Escobar, psicóloga clínica, aclara que no se trata de cantidad, sino de calidad, ya que “brindar vitamina T implica dar atención consciente e intencionada a los seres queridos y a uno mismo”.
Para ello, se deben crear espacios donde se priorice la conexión emocional, la atención plena y las actividades que fortalezcan los vínculos y el bienestar mutuo, explica la psicóloga clínica Ximena Fuentes.
“No es solo estar juntos, sino estar presentes y conectados, procurando crear memorias positivas y fortalecer la relación”, señala Fuentes. Aunque ambos padres trabajen y el tiempo compartido sea escaso, es esencial atender necesidades humanas básicas como la afiliación, que, según la pirámide de Maslow, implica pertenencia y conexión afectiva.
Escobar añade que no se requieren actividades extensas ni costosas, ya que compartir los alimentos, jugar en familia, acompañar en tareas escolares o disfrutar de una afición conjunta puede ser suficiente para brindar esta “vitamina”.
Para que la vitamina T sea efectiva, debe practicarse con conciencia plena, sin distracciones y con foco en la actividad compartida. “La calidad surge de la interacción significativa con quienes valoramos. Es un esfuerzo por estar presentes, acompañar y dialogar”, concluye Luisa Ruano, psicóloga clínica.
La importancia de la vitamina T
La relevancia del tiempo de calidad radica en su impacto emocional y mental. Este tipo de conexión no solo fortalece los lazos afectivos, sino que también contribuye a reducir el estrés y la ansiedad, mejora la comunicación entre padres e hijos y, sobre todo, permite que los niños se sientan amados, valorados e importantes, resalta Escobar.
El tiempo de calidad es vital en todas las etapas del desarrollo, ya que responde a la necesidad humana básica de sentirse acompañado, validado y visto: elementos fundamentales para la supervivencia emocional.
“Cuando se habla de su relevancia en la niñez, se destaca especialmente en los primeros seis años de vida, periodo en el que se forma el primer vínculo emocional con el cuidador primario, conocido como apego. Este vínculo es la base para aprender a relacionarnos, establecer confianza y definir cómo nos vincularemos en el futuro”, explica Ruano.
El apego puede verse afectado por la negligencia parental, pero también puede fortalecerse cuando los padres dedican tiempo genuino a sus hijos, haciéndoles sentir que su valor no es condicional, sino que serán amados y protegidos sin importar las circunstancias.
Durante la niñez también se desarrollan las llamadas redes neuronales, rutas de aprendizaje y conocimiento. El cerebro de un niño puede generar hasta seis mil conexiones neuronales por minuto, las cuales se estimulan mediante el juego, la comunicación y el interés genuino de los adultos. Estos estímulos no solo favorecen el desarrollo cognitivo, sino que también facilitan el aprendizaje integral, indica Ruano.

El tiempo de calidad con los hijos desarrolla habilidades sociales y cognitivas en juegos, conversaciones y actividades compartidas porque da el ejemplo de cómo deben llevarse las relaciones sanas.. (Foto: Prensa Libre Shutterstock)
Beneficios por etapa
La psicóloga Ximena Fuentes enumera los beneficios que se obtienen a toda edad.
En la niñez, la vitamina T:
- Favorece la seguridad emocional
- Mejora la autoestima al sentirse vistos y valorados
- Desarrolla habilidades sociales y cognitivas a través del juego, las conversaciones y actividades compartidas
- Reduce el riesgo de problemas conductuales, ya que los niños se sienten acompañados y escuchados
En la adolescencia:
- Refuerza la identidad personal al ofrecer un espacio seguro para expresarse
- Ayuda a regular las emociones, actuando como factor protector frente a la ansiedad, la depresión y conductas de riesgo
- Potencia el sentido de pertenencia, disminuyendo la sensación de aislamiento típica de esta etapa
En la adultez:
- Promueve la salud mental al equilibrar el estrés laboral y las responsabilidades
- Mejora la comunicación en pareja y en familia, reduciendo conflictos
- Refuerza el sentido de propósito al percibir los frutos del tiempo invertido en relaciones significativas
Actividades que aportan vitamina T
Para brindar tiempo de calidad no es necesario realizar actividades extraordinarias, señala Escobar. Basta con retomar hábitos cotidianos que muchas veces se han perdido por falta de tiempo, como almorzar en familia, compartir con amigos o dedicarse un momento a solas. También ayudan los pasatiempos compartidos o las actividades con sentido.
Ruano enumera algunas acciones cotidianas que, desde la psicología, pueden proporcionar esta vitamina emocional:
- Establecer rutinas diarias. Reservar un espacio en la agenda para actividades que relajen y conecten, como leer antes de dormir, tener una hora de juego libre o proponer una actividad corta para compartir.
- Limitar el uso del celular. Evitar distracciones tecnológicas durante el tiempo en familia. Estar pendiente del teléfono constantemente transmite el mensaje de que los demás no son lo suficientemente importantes para captar nuestra atención.
- Fomentar la comunicación. Mostrar interés genuino por el día del otro. En lugar de preguntas generales, optar por preguntas cerradas y específicas que motiven respuestas más profundas, como: “¿Con quién jugaste hoy?”, “¿Qué te gustó de tu clase?”, “¿Cuál fue tu momento favorito del día?”.
- Hacer actividades en conjunto. Planificar dinámicas que sean del interés de todos, turnarse para decidirlas y dar espacio a cada integrante para proponer qué le gustaría hacer.
- Explorar el lenguaje del amor. Identificar cómo expresa y recibe cariño cada miembro de la familia: contacto físico, palabras de afirmación, actos de servicio, regalos… Y procurar demostrar afecto de acuerdo con esa forma.
Beneficio a largo plazo
Un buen tiempo de calidad favorece la resiliencia, la autoestima, la generación de vínculos sanos y el crecimiento personal. “Se convierte en un ‘capital emocional’ que acompaña a la persona en todas las etapas de la vida”, detalla Fuentes.
La importancia de la vitamina T en el individuo
Dedicar tiempo de calidad a uno mismo es fundamental para la salud emocional y física, ya que ayuda a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, indica la psicóloga Gabriela Escobar.
Explica que al salir de la rutina y reconectar con el cuerpo y el entorno —por ejemplo, a través de caminatas en la naturaleza— se facilita la regeneración celular y se combate el estado de hipervigilancia que muchas personas experimentan por el ritmo de vida actual.
Estos espacios de autocuidado permiten al organismo relajarse y restaurarse, promoviendo bienestar integral.
Dedicarse tiempo de calidad forma parte del autocuidado. Esto implica desconectarse de las prisas, el estrés y las exigencias diarias, lo que, según Ruano, permite reconectar con aquello que da propósito, bienestar y sentido de vida.
Ruano cita a Marian Rojas Estapé, quien describe a las “personas vitamina” como aquellas que actúan como bálsamo emocional: disminuyen el cortisol, activan neurotransmisores de placer y favorecen una visión más positiva de la vida.
Además, contar con una red de apoyo emocional contribuye a generar sentido de pertenencia, promueve la empatía y la flexibilidad, y mejora la capacidad para enfrentar conflictos y momentos de crisis. Estos espacios personales son clave para el equilibrio mental y emocional, enfatiza Ruano.

La vitamina T en los adultos promueve la salud mental, al equilibrar el estrés del trabajo y responsabilidades.. (Foto: Prensa Libre Shutterstock)