Las investigaciones de la Fiscalía de Delitos contra la Vida y la Integridad de las Personas del Ministerio Público (MP) informaron sobre el papel que desempeñaban dos agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) en la banda de taxistas “Piratas de la Muerte, señalados de drogar a sus víctimas para asaltarlas, pero producto de eso causaron al menos 23 muertes.

Según la Fiscalía, los Piratas de la Muerte utilizaban palabras clave para referirse a quienes iban a asaltar, secuestrar o matar.

“Cuando los autores de los hechos delictivos llevaban a las víctimas en el interior de los taxis, se referían a ellas como tizón, Julio, bulto o animal”, explicó Edwin Marroquín, fiscal de Delitos contra la Vida.

Añadió que, una vez determinado el modo de operar de la estructura, iniciaron la vigilancia de los sospechosos y así lograron prevenir más hechos delictivos.

“Comenzamos a realizar operativos nocturnos junto a la PNC. Cuando ubicábamos a los sospechosos, ellos hacían una llamada y, minutos después, llegaba una agente de la Policía”, relató Marroquín.

Se trataba de Gilda Maritriny Medrano Barillas, agente de la PNC con número de identificación 57717-P.

“La mujer era familiar de uno de los integrantes del grupo criminal. Cuando reconocía a los sujetos que se conducían en los taxis, llegaba al lugar y trataba de impedir que fueran identificados”, afirmó el fiscal.

Medrano Barillas intentó evitar que sus hermanos, Jairo Barillas, alias Pirata, y Cristian Mauricio Barillas, fueran identificados por otros agentes de la PNC.

La policía y sus dos hermanos fueron detenidos 2 de marzo junto a otras 9 personas más implicadas en el caso “Piratas de la Muerte”.

De acuerdo con la institución policial, Gilda Maritriny Medrano Barillas también era vocalista de la banda musical de la PNC.

Marroquín comentó que existe una orden de aprehensión contra otro agente policial, señalado de colaborar con los taxistas piratas.

Añadió que este agente posiblemente tenía vínculos con empleados y propietarios de bares, quienes se encargaban de realizar las transacciones fraudulentas con las tarjetas de crédito y débito de las víctimas.

Asimismo, indicó que el policía, ahora prófugo de la justicia, presuntamente realizaba labores de vigilancia y montaba operativos cuando las personas salían de los bares.

Añadió que si el agentes detectaba que los conductores estaban en estado de ebriedad, les exigía dinero a cambio de no capturarlos.