Se aproxima una de las actividades más esperadas por muchos guatemaltecos: la Quema del Diablo. Esta tradición nace en el siglo XVI y, desde entonces, se ha convertido en parte de la cultura única del país.

Cada 7 de diciembre, los guatemaltecos celebran la Quema del Diablo, una tradición que se remonta a la época colonial y que ha perdurado durante más de cinco siglos.

Su origen está relacionado con la necesidad de iluminar las calles para la procesión de la Virgen de la Concepción, ya que en ese entonces no existía luz eléctrica.

Los vecinos encendían fogatas y antorchas frente a sus casas para alumbrar el recorrido, dando inicio a lo que hoy conocemos como esta particular costumbre.

Con el paso del tiempo, la tradición evolucionó y adquirió un simbolismo único. En la actualidad, las calles se llenan de piñatas en forma de diablo, hechas de alambre y cubiertas con papel de china rojo, listas para ser quemadas a las 6 de la tarde.

Además de las piñatas, las familias suelen añadir basura, muebles viejos y objetos en desuso, con la idea de “limpiar” el hogar y expulsar las energías negativas. Este ritual marca el inicio de las festividades navideñas en Guatemala.

Aunque es una actividad cultural importante, también puede generar inconvenientes en el tráfico y riesgos para la seguridad. Por ello, Canal Antigua recomienda tomar vías alternas, manejar con precaución y evitar salir entre las 6 y las 8 p.m., cuando se realizan las quemas, para garantizar tanto la seguridad vial como la de los peatones.

La Quema del Diablo es más que una simple fogata: es un encuentro con las raíces culturales de Guatemala y una oportunidad para comenzar las festividades con un espíritu renovado.

Por Natalie Samayoa