Mañas y manipulación de estafas piramidales

Mañas y manipulación de estafas piramidales

La historia vuelve a demostrar un axioma doloroso, pero real: “Si parece demasiado bueno para ser verdad, posiblemente no lo sea”.

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Resumen Automático

07/05/2025 00:06
Fuente: Prensa Libre 

¿Por qué en tiempos de tanta información, de tan variadas fuentes de datos confiables, existen personas que siguen cayendo en la trampa de las estafas piramidales como las recién destapadas falsas empresas Kmec o Keda, que ofrecían enormes ganancias rápidas a los incautos —es decir, a los inversores—? La respuesta puede parecer obvia: es la ilusión de una riqueza rápida,“segura” y abundante: un truco viejo que hoy se ve aupado por la difusión tecnológica, la emotividad de videos tiktokeros y la cuasipermanente desilusión de una realidad económica sin mayores alternativas, pero de ingentes y muy humanas necesidades.


En noviembre de 1992, cientos de guatemaltecos se dieron cuenta de que habían perdido su dinero —algunos, unos cuantos miles de quetzales; otros, los ahorros de toda la vida—, cuando la financiera fantasma llamada Autocasa desapareció súbitamente. Los “inversionistas” depositaban cierta cifra pequeña y, al poco tiempo, les devolvían casi el doble: allí estaba la trampa, pues al reinvertir la suma quedaban atados a un plazo durante el cual supuestamente estaban ganando intereses de una compañía que vendía vehículos y casas —de ahí el nombre— y que podía pagar mediante tales bienes: era demasiado bueno para ser cierto. El mecanismo funcionó por casi tres años, hasta que desaparecieron con más de Q100 millones.


Este tipo de estafas, conocida a escala internacional como esquema Ponzi, tiene siempre ese aire imposible y a la vez cotidiano, acompañado de una sofisticación obnubilante. En el caso reciente, era una supuesta empresa de alquiler de baterías de recarga para celulares, con supuestas demostraciones en video, imágenes alusivas a Guatemala y promesa de éxito, pero con una apelación a la emoción de sentirse más inteligente, innovador o visionario.


En esta estrategia de engaños masivos se utilizan incluso herramientas de inteligencia artificial, para la creación de videos con deep fakes de personajes locales, sobre todo con el rostro de funcionarios que ofrecen supuestas conferencias referentes a criptomonedas, supuestas inversiones tecnológicas o de desarrollo, compra de tókenes digitales o activación de clubes de falsos regalos de firmas comerciales. Como decían las abuelas: “Sobran las mañas”. En varias ocasiones, Prensa Libre ha advertido de falsos sitios que propagan tales infundios en forma de noticias o segmentos informativos con visualización y tipografía similares, pero con una dirección web apócrifa.


El Ministerio Público afirma que desde 2024 había recibido denuncias de posibles fraudes de inversión por parte de personas que entregaron dinero a las compañías, las cuales, de un momento a otro, cortaron la comunicación. La historia vuelve a demostrar un axioma doloroso, pero real: “Si parece demasiado bueno para ser verdad, posiblemente no lo sea”. Otro síntoma es la invitación a reclutar a más personas para poder recibir beneficios de “inversionista” y, para más señales, también se presenta la presión de la urgencia bajo el chantaje de que hay hipotéticas personas esperando la misma oportunidad.


El combate a este tipo de estructuras estafadoras necesita de una fuerte estrategia legal e institucional de las autoridades, pero también tiene componentes culturales, educativos e incluso axiológicos. Es bueno saber decir no a las falsas ofertas y reconocer con humildad que no se tiene conocimiento suficiente de una materia como para arriesgar ahorros personales. En todo caso, estos timos masivos tienen un cierto parecido con la parafernalia alambicada de la demagogia, el clientelismo y los populismos de la politiquería.

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