Enfermedad de mano, pie y boca: qué es, causas, síntomas y cómo prevenir el brote

Enfermedad de mano, pie y boca: qué es, causas, síntomas y cómo prevenir el brote

Asociada al virus Coxsackie y a otros enterovirus, esta enfermedad afecta principalmente a niños y personas con enfermedades crónicas.

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30/09/2025 12:04
Fuente: Prensa Libre 

Una de las enfermedades estacionales que cada año afecta principalmente a la población infantil es la enfermedad de mano, pie y boca (EMPB), provocada por el virus Coxsackie o por enterovirus. Estos pueden causar pequeñas úlceras en la boca y erupciones papulovesiculares en las palmas de las manos y las plantas de los pies.

En Guatemala, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) ha confirmado un brote de este virus. Según datos de la Dirección de Epidemiología y Gestión de Riesgo, los casos se concentran principalmente en el departamento de Sacatepéquez, donde hasta la fecha se han registrado 133.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte que la enfermedad de mano, pie y boca puede presentar complicaciones graves en el sistema nervioso central (SNC), especialmente cuando está relacionada con el enterovirus A71, virus asociado con complicaciones como meningitis aséptica, encefalitis y parálisis flácida aguda.

La Asociación Estadounidense de Salud Pública alerta que los menores de cinco años infectados con enterovirus A71 y con afecciones del sistema nervioso central corren el riesgo de sufrir disfunción cardíaca aguda grave, la cual podría derivar en la muerte.

Aunque en Guatemala la mayoría de los casos reportados de esta enfermedad se presentan en niños de entre 0 y 9 años, también puede afectar a adolescentes y adultos.

Enfermedad de mano, pie y boca: una infección común en la infancia

El síndrome de mano, pie y boca es una infección viral frecuente en la infancia, sobre todo en niños menores de cinco años, especialmente entre uno y tres años. Esta enfermedad suele ser leve, provocada por virus de la familia de los enterovirus, en particular el Coxsackie A16 y el enterovirus 71, detalla Mara Chuta, médico pediatra.

Esta infección es altamente contagiosa y se propaga con facilidad en los primeros años de vida. su contagio puede estar relacionado con síntomas que incluyen fiebre, malestar general y dolor abdominal —este último, muy frecuente—, seguidos por la aparición de lesiones en la boca (tipo aftas), dolorosas, que se extienden posteriormente a las manos y los pies, lo que da nombre al síndrome, explica la pediatra.

“En la mayoría de los casos, el cuadro es benigno y se resuelve entre cinco y siete días, aunque en algunos pacientes puede prolongarse hasta diez”, agregó.

Síntomas y propagación

El Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social destacó que dentro de las manifestaciones a considerar están:

  • Fiebre
  • Irritación en la garganta
  • Llagas dolorosas en la boca
  • Erupciones en las palmas de las manos o plantas de los pies, y en algunos casos, en la zona del pañal.

Menéndez explica que este virus se transmite a través de secreciones como la saliva, el contacto con mucosas o el agua contaminada con heces.

La enfermedad puede iniciar con úlceras bucales que se extienden a amígdalas, carrillos, lengua y labios, explica el médico.

En casos menos comunes, esta enfermedad puede afectar los glúteos, las rodillas o los codos, especialmente en niños pequeños y lactantes.

(Foto Prensa Libre: ShutterStock)

Duración, evolución y posibles complicaciones

La enfermedad suele tener un curso benigno de siete a diez días y rara vez deja secuelas. Sin embargo, en algunos casos puede provocar complicaciones como diarrea, miocarditis (inflamación del corazón) o encefalitis (inflamación del encéfalo), explica Menéndez.

“Estas son complicaciones poco frecuentes, pero requieren atención hospitalaria inmediata”, agregó. Para su pronta atención, el médico destaca que los pacientes que padezcan la enfermedad de mano, pie y boca deben ser llevados al hospital si presentan síntomas como:

Tratamiento y cuidados

“No existe un tratamiento específico, ya que se trata de una infección viral”, detalló Chuta. Por ello, recomendó un manejo sintomático que incluye reposo, hidratación y analgésicos como acetaminofén para la fiebre o el dolor.

  • En casos de fiebre alta o dolor severo (en cabeza o articulaciones), puede ser necesario el uso de antiinflamatorios adicionales.
  • La hidratación es fundamental, especialmente en niños pequeños, quienes tienden a rechazar alimentos o líquidos debido al dolor en la boca, detalla la pediatra.
  • En bebés, es común que rechacen el pecho materno. Por ello, se sugiere el uso de soluciones de rehidratación oral para evitar la deshidratación, que puede tener consecuencias graves.

Ricardo Menéndez destaca que, dentro de los hospitales, se recomienda reposo, hidratación con suero oral, uso de acetaminofén o ibuprofeno para controlar la fiebre y analgésicos tópicos como geles a base de ácido hialurónico para aliviar las úlceras bucales.

En casos más graves, puede requerirse hidratación intravenosa o atención hospitalaria, por lo que se debe estar atento a señales fuera de lo común.

En cuanto a la prevención, Menéndez explica que esta se basa en medidas de higiene, como evitar el contacto cercano con niños si se presentan enfermedades respiratorias, especialmente mediante besos o contacto con secreciones. También se recomienda que familiares enfermos no visiten a niños pequeños durante este proceso viral.

Complicaciones posibles

Aunque en la mayoría de los casos el síndrome es leve, un pequeño porcentaje puede desarrollar complicaciones como encefalitis, convulsiones y otras alteraciones neurológicas que requieren atención hospitalaria, explica Mara Chuta.

En adultos con enfermedades crónicas como diabetes, insuficiencia cardíaca o renal podrían presentarse complicaciones, por lo que los médicos recomiendan que los niños expuestos al virus no tengan contacto con ellos.

Prevención e higiene

La principal medida preventiva es la higiene. El lavado constante de manos es esencial, especialmente para padres o cuidadores de niños enfermos, a fin de evitar contagios.

Una recomendación importante es mantener la higiene bucal, incluso si el niño tiene llagas. La falta de limpieza puede favorecer infecciones bacterianas secundarias, prolongando el cuadro clínico, detalla Chuta.

(Foto Prensa Libre: ShutterStock)

Factores de riesgo y grupos vulnerables

Los niños entre uno y tres años son los más vulnerables, concuerdan los expertos consultados. Detallan que el riesgo aumenta en aquellos pacientes con sistemas inmunológicos debilitados, como los que padecen desnutrición, cáncer, diabetes tipo 1, enfermedades renales o cardiopatías congénitas.

También son más susceptibles los niños prematuros y aquellos con dermatitis atópica, ya que las lesiones cutáneas tardan más en sanar y pueden sobreinfectarse.

En adultos, los pacientes con enfermedades crónicas o inmunosupresión, como quienes han recibido trasplantes, también presentan mayor riesgo de complicaciones, agregó la médico.

Como consejo, Menéndez destacó que en estos grupos vulnerables es recomendable usar vajilla individual, evitar el contacto con saliva de otras personas y extremar las medidas de higiene para evitar contagios.

(Foto Prensa Libre: ShutterStock)