TGW
Guatevision
DCA
Prensa Libre
Canal Antigua
La Hora
Sonora
Al Día
Emisoras Unidas
AGN

¿Será posible devolver de forma limpia a las cuencas el agua que usamos?
Mis abuelos que nacieron a finales del Siglo XIX no sabían de donde había llegado el agua a la Tierra, porque para entonces el currículo de la ciencia escolar no incluía ese tipo de conocimiento. Mis padres, que nacieron entre 1930 y 1940, tampoco sabían de donde venía el agua en la Tierra, porque dicho […]
Enlace generado
Resumen Automático
Mis abuelos que nacieron a finales del Siglo XIX no sabían de donde había llegado el agua a la Tierra, porque para entonces el currículo de la ciencia escolar no incluía ese tipo de conocimiento. Mis padres, que nacieron entre 1930 y 1940, tampoco sabían de donde venía el agua en la Tierra, porque dicho descubrimiento apenas se hizo hace pocas décadas. Ellos, nuestros abuelos no sabían de dónde venía el agua que llegó al planeta Tierra, pero sí sabían de donde venía el agua que llega a sus casas porque usualmente tenían algún pozo y caminaban los bosques que infiltraban a la tierra con agua. El agua era respetada porque no llegaba a las emergentes ciudades en tuberías que transportaban agua kilómetros de kilómetros como actualmente, de forma abundante pero ineficiente. Los seres humanos no habíamos distorsionado tanto el ciclo natural del agua.
Ahora sabemos que el agua llegó a la Tierra a través de asteroides y cometas que traían hielo primigenio que había emergido casi con el Big Bang. En otras palabras, el agua es tan vieja como el Universo y es relativamente abundante. En el planeta Tierra tenemos 70% de agua. Pero ni un 1% de esa agua sirve para consumo humano y agrícola, apenas el 0.3% sirve para esto. De hecho, el Foro Económico Mundial reporta que para el 2030 la mitad de la población tendrá escasez de agua. Ciertamente el agua que llegó en asteroides y cometas es una cantidad finita y se distribuyó en el planeta de diferentes formas, particularmente en acuíferos y luego con la emergencia del Ciclo del Agua, en forma de escorrentía de ríos superficiales y subterráneos y mares salados y principalmente de lluvia producto de la entonces evaporación del agua superficial.
Nos cuesta entender que la cantidad de agua que llegó al planeta es finita, una cantidad constante, porque agua no se forma en la Tierra. Sí es posible producir agua uniendo Hidrógeno y Oxígeno a través de electrolisis, pero eso es mínimo. También hay pequeñas fugas de agua al espacio. La cantidad de agua es constante, aunque su calidad no. A partir de la Revolución Industrial hemos afectado el agua. El siglo pasado, Siglo XX, experimentamos un enorme crecimiento urbano desordenado que transformó profundamente nuestras fuentes de agua y contaminó casi totalmente nuestros ríos, eso especialmente en América Latina pero particularmente en Guatemala. Así que, aunque tenemos agua, en general está contaminada con heces, orina, desechos domésticos, desechos industriales, desechos hospitalarios y tantos. La cantidad de agua es constante y abundante pero la calidad no. Entonces, el mayor reto que tenemos es aprender a tratar el agua, a descontaminarla, a reusarla, a cuidarla, realmente a respetarla.
Para saber cómo recuperar nuestros ríos y fuentes de aguas contaminadas debemos entender mejor el Ciclo del Agua, entender que dicho ciclo se da en una cuenca a la que pertenecemos, superar la falsa creencia de que nosotros no somos parte del ciclo, cuando en la realidad somos quienes más lo transformamos. Los más pequeños no conciben el agua como algo dinámico y no entienden las conexiones entre el agua de un lugar (San Juan Ostuncalco, Quetzaltenango) y el agua en otro lugar (Quetzaltenango, Ciudad de Guatemala). Los pequeñines, y muchos adultos, miembros de concejos municipales, no conocen la dinámica de las aguas subterráneas, los acuíferos. Hay pocos estudios hidrogeológicos de aguas subterráneas y la forma en que los estamos contaminando y sobreexplotando.
Para revertir este enorme proceso de contaminación de nuestras fuentes de agua y ríos, debemos entender el ciclo social del agua en nuestra comunidad y en nuestra cuenca, debemos reconocer que somos nosotros, los habitantes, los responsables de usar y regresar agua limpia a la cuenca por lo que hay que exigir a nuestras autoridades municipales que construyan sistemas de tratamiento de agua que regresen de forma eficiente el agua limpia a la cuenca nuestra para volverla a utilizar. Hay que maximizar el uso del agua en nuestra cuenca, tratar de desechar lo menos posible, tratar de ensuciar lo menos posible y en los casos donde usemos el agua como medio de transporte de desechos, tener sistemas de limpieza del agua, plantas de tratamiento que nos den agua limpia útil, esto es, agua tratada que podamos utilizar de distintas formas.
Sí es posible mejorar la calidad del agua de nuestras fuentes, de nuestros ríos, de nuestra cuenca, pero eso solamente se logrará a través de escuelas más pertinentes y autoridades más eficientes, ambos con conciencia ambiental. Ya no es posible seguir contaminando el agua porque nos quedaremos sin agua limpia para la vida. Así que iniciemos el proceso de limpieza con nosotros mismos, en nuestra comunidad. Hagámoslo ahora, porque si no es ahora, no será nunca.