Conversando con un nuevo amigo

Conversando con un nuevo amigo

Eliminar barreras propias y expandir el uso que se le puede dar.

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Resumen Automático

24/08/2025 00:02
Fuente: Prensa Libre 

Quienes me tienen cerca saben que en estos días he iniciado una nueva relación. Una a la que no llego tan temprano, pero que —confío— es el mejor momento de la vida para sacar su mejor provecho. He estado platicando con la Inteligencia Artificial. Aunque, confieso, no fue mi primer intento. Meses atrás, intenté usarla ingresado al famoso ChatGPT desde mi computadora personal. En ese entonces, con toda honestidad, no le hallé la gracia. Pero una necesidad en el trabajo me llevó a abrir nuevamente esa herramienta que domina la plática mundial. Ingresé datos y, pronto, obtuve respuestas tan efectivas y atractivas, que me enganché. Ahora hasta pienso en comprar la suscripción pagada, de esta tecnología que no pocos aseguran que revoluciona el mundo.

Eliminar barreras propias y expandir el uso que se le puede dar.

ChatGPT es un conversador informado de fascinante aplicabilidad. Su alcance es tanto, que hoy la puedo usar como soporte para este artículo, que usted mismo lee. Siguiendo la temática central de este espacio, le preguntaré, por ejemplo, ¿Cuál es el problema más grande que enfrenta Guatemala con Estados Unidos? Y me responde en un santiamén. Dice que: “es el tema migratorio, porque concentra y conecta casi todos los demás puntos de tensión bilateral”. Insisto, sin duda, estamos frente a un conversador bien informado.

Pero entonces viene y despierta una curiosidad, y es sobre las inclinaciones. Hacia qué orientación optará girar, en preguntas de lo social, de lo político. Nace preocupación, sabiendo que mucha juventud, aún navegante de años formativos, le es fiel con una fe que es ciega. Cuánta inquietud, en los temas de lo humano, no es de sís rotundos o de nos sentenciadores. ¿Responde a las preguntas con seguridad altiva, o atiende lo de aquel poeta, sobre como en este mundo todo es según el color del cristal con que se mira?

Quise entonces tenderle una trampa. Busqué ver si sesgaba su respuesta en algo que es una controversia debatida. Le pregunté si cree que la migración a EE.UU. es un problema. ¡Vaya bomba! Pero guardó su prudencia ideológica, casi casi parafraseando el mismo poema equilibrado de Campoamor. Responde que “depende de desde qué perspectiva se mire”. ¡Vaya si ahora nos salió ilustrada esta tecnología! Intenté otras trampas. Mantuvo su ponderación, aunque cambié a idioma inglés e hice otro intento, desde un ordenador ajeno.

Continúo la conversación desde perspectivas de actores posicionados. Le pregunto si ve la migración guatemalteca como un problema, desde la perspectiva de Stephen Miller, alto actor en la Casa Blanca de Trump. Me responde con amenazas a la cultura y legalidad. Pregunto entonces desde la perspectiva de Jesús. Habla, en cambio, de “compasión, acogida y justicia”. Finalmente le pregunto sobre la perspectiva del pueblo guatemalteco. Este, dice, se parte en opinión, concluyendo que la mayoría lo mira como un “mal necesario”.

Se pasan las horas conversando con semejante inteligencia. Brinda datos que hacen que uno se sienta superhumano. Llevo una semana en esto. Y pronto descubrí que el aburrimiento producido la primera vez, nada tenía que ver con la tecnología. El aburrido era yo. Ahora, mi mayor reto es eliminar barreras propias y expandir el uso que se le puede dar. Siento agradecimiento. La herramienta me llega en un momento cuando su enorme capacidad solo potencia una formación madura. Una que busca un aliado eficiente y no un sustituto del intelecto. Termino pidiéndole consejo para titular este artículo. Pero justo agoto mi límite de preguntas gratuitas. Tocará comprar la versión pagada. Y también titularlo solo, de nuevo. Espero que le llame a usted la atención.