¿Tu hijo tiene tos? Esto dicen los médicos sobre dar o no jarabe

¿Tu hijo tiene tos? Esto dicen los médicos sobre dar o no jarabe

Los expertos advierten sobre el riesgo del uso de jarabes sin supervisión médica en menores y recomiendan alternativas más seguras para el alivio de la tos infantil.

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15/08/2025 06:00
Fuente: Prensa Libre 

La tos nocturna que despierta a toda la familia, el malestar persistente y la desesperación por encontrar alivio rápido para el pequeño son escenas comunes en miles de hogares. Ante estos episodios, el primer impulso de muchos padres es dirigirse a la farmacia en busca de un jarabe que prometa calmar la molestia de inmediato.

Sin embargo, esta práctica podría no ser la mejor alternativa para los niños. Lejos de ser una enemiga, la tos cumple una función vital en el organismo infantil: es el mecanismo natural que tiene el cuerpo para expulsar gérmenes y secreciones de las vías respiratorias. Intentar suprimirla sin entender su causa puede, paradójicamente, prolongar el malestar.

El debate sobre el uso de jarabes en la población pediátrica ha cobrado relevancia en los últimos años, especialmente después de que diversos estudios cuestionaron su efectividad en menores de cierta edad. Los especialistas coinciden en que estos medicamentos, aunque de venta libre, no están exentos de riesgos y requieren una evaluación médica previa para determinar si realmente son necesarios.

Los niños experimentan episodios de tos con mayor frecuencia que los adultos, y entender las razones de esta susceptibilidad es clave para abordar el problema adecuadamente. Desde factores ambientales hasta la inmadurez del sistema respiratorio, múltiples elementos influyen en que los más pequeños sean más propensos a desarrollar este síntoma.

¿Por qué es común la tos en niños?

Los niños presentan tos con mayor frecuencia debido a una combinación de factores biológicos y ambientales que los hace especialmente vulnerables. La doctora Xiomara Macario, pediatra del Hospital General de Enfermedades del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), explica que “la alta exposición a agentes infecciosos, especialmente virus respiratorios, en guarderías y escuelas facilita el contagio, sumado a la inmadurez del sistema respiratorio, cuyas vías aéreas y defensas aún están en desarrollo”.

El doctor Robert Conrad Sierra, pediatra internista y jefe del intensivo pediátrico del Hospital San Juan de Dios, señala que existen dos grandes grupos de causas: los procesos alérgicos y los infecciosos. “Dependiendo de la edad de los niños, la enfermedad varía. Los más pequeños presentan infecciones respiratorias de origen viral; conforme crecen, alrededor de los 8, 9 o 10 años, las causas virales disminuyen y aumentan las bacterianas”.

Los factores ambientales también influyen. La contaminación, el humo de tabaco o leña, y la mayor industrialización en ciertos sectores contribuyen significativamente al desarrollo de episodios de tos. Además, las alergias y el asma representan causas adicionales que no deben subestimarse.

Según el portal de salud MSD, la tos que genera flema se clasifica como productiva. En algunos casos, puede ir acompañada de expulsión de sangre. Cuando no produce secreciones, se denomina tos seca o no productiva. Generalmente, los niños mayores y los adultos eliminan el material al toser, mientras que los más pequeños suelen tragarlo.

Sierra destaca que “la tos no es algo malo, porque es un mecanismo de defensa que tiene el cuerpo para eliminar el germen que está en la vía respiratoria”. Esta perspectiva cambia el enfoque sobre cómo tratar este síntoma, ya que suprimirlo por completo podría interferir con el proceso natural de recuperación.

El uso indiscriminado de jarabes para la tos en menores puede ser ineficaz y riesgoso. (Foto Prensa Libre: Freepik)

Qué opinan los pediatras sobre el uso de jarabes

Los especialistas son cautelosos respecto del uso de jarabes para la tos en niños, y su postura se respalda en evidencia científica que cuestiona su eficacia, especialmente en los más pequeños. Ambos coinciden en que estos medicamentos no deben utilizarse de forma indiscriminada y requieren estricta supervisión médica.

Macario es contundente: “Los jarabes para la tos no deben utilizarse libremente en niños. Los menores de 4 años presentan inmadurez del sistema respiratorio, y los efectos secundarios que poseen estos jarabes justifican una valoración médica previa”.

Sierra reconoce que “los jarabes de venta libre pueden ser útiles al inicio del cuadro”, pero advierte sobre los riesgos de su uso sin supervisión. Explica que “mientras más pequeño es el niño, menor es su capacidad de adaptación a la falta de oxígeno; el uso de jarabes mucolíticos y expectorantes puede hacer que los padres retrasen la consulta médica, lo que agrava el cuadro”.

Además, al no tener supervisión médica, el jarabe utilizado puede no ser el adecuado para la enfermedad que causa la tos.

Efectividad limitada y posibles riesgos

La evidencia científica muestra que la efectividad de los jarabes para la tos en población pediátrica es limitada. Macario explica que bajo el nombre de “jarabes para la tos” se agrupan distintos tipos de medicamentos:

  • Expectorantes
  • Antitusivos
  • Antihistamínicos
  • Descongestivos

“En general, su beneficio y efectividad son limitados en la edad pediátrica, especialmente en menores de 6 años”, recalca. Añade que su prescripción debe realizarse únicamente por un profesional.

Sierra advierte que “el mayor riesgo es que el padre no valore la gravedad del cuadro y confíe en que el medicamento resolverá la enfermedad, cuando en realidad el virus o la bacteria sigue replicándose”.

Otro riesgo es la dosificación inadecuada. Cuando los padres compran jarabes sin receta, “el farmacéutico que lo despacha no sabe qué edad tiene el niño, cuánto pesa ni cuál es el cuadro clínico”, explica Sierra. Esto puede derivar en dosis excesivas o insuficientes, con consecuencias graves.

Macario enfatiza que “ningún medicamento está libre de efectos secundarios” y que un error en la indicación o dosificación puede ser grave. “Lo más seguro es consultar al pediatra para una evaluación y prescripción adecuada”.

Alternativas seguras para aliviar la tos infantil

Existen múltiples alternativas naturales y seguras para aliviar la tos infantil sin los riesgos de los medicamentos. Los expertos coinciden en que estas medidas suelen ser igual o más efectivas.

Macario sugiere:

  • Ventilar la casa y reducir alérgenos; retirar juguetes que acumulen polvo.
  • Evitar el humo de cigarro o leña y no usar aromatizantes irritantes.
  • Aumentar la hidratación: leche materna o fórmula en lactantes; agua purificada en mayores de 2 años. Evitar jugos procesados y gaseosas.
  • Ofrecer alimentación casera con frutas y verduras. El caldo de pollo aporta cisteína, que fluidifica el moco, y las frutas fortalecen el sistema inmunitario.

Sierra destaca el mantenimiento general de la salud: “Vacunación, buen estado nutricional y evitar contacto con personas enfermas son fundamentales”.

Humidificadores, líquidos y reposo

La humidificación del ambiente puede aliviar la tos si se utiliza adecuadamente. Macario recomienda humidificadores de niebla fría y limpieza diaria con agua limpia. Advierte contra el uso de extractos o aceites, que pueden provocar alergias o espasmos laríngeos.

Sierra señala que “una vía aérea humidificada ayuda a movilizar mejor el moco”. Pero advierte: “Si se usa agua contaminada, se introducen gérmenes en la vía respiratoria”.

La hidratación es esencial. Macario la describe como “pieza clave para la mejoría que muchos padres desvalorizan”. Recomienda lactancia en menores de 2 años y agua pura en mayores.

Sierra aclara: “Si el niño no toma líquidos normalmente, es hora de consultar”.

Respecto del reposo, Macario lo recomienda para favorecer la recuperación. Sierra añade: “Un niño menor de 8 años difícilmente estará quieto; puede realizar actividades mientras no se fatigue”.

Alternativas seguras incluyen hidratación, humidificadores y alimentación saludable. (Foto Prensa Libre: Freepik)

Cuándo acudir al médico

Es crucial reconocer las señales de alarma que requieren atención inmediata. Estas incluyen:

  • Dificultad para respirar
  • Coloración azulada (cianosis)
  • Estridor o sibilancias
  • Fiebre alta o persistente, especialmente en menores de 3 meses
  • Síntomas como diarrea
  • Padecimientos como fibrosis quística o enfermedad cardíaca
  • Tos persistente por más de cinco a siete días
  • Posible necesidad de antibióticos u oxígeno

Ambos especialistas enfatizan la importancia de la intuición parental. Sierra sostiene que “si la madre nota algo raro, es mejor consultar”. Macario añade que se debe buscar atención “si los síntomas aumentan pese a las medidas generales”.

Una evaluación oportuna puede marcar la diferencia entre un tratamiento ambulatorio y una hospitalización.