¿Está la apertura comercial actualmente en peligro?

¿Está la apertura comercial actualmente en peligro?

La apertura comercial se encuentra en una encrucijada que podría redefinir la economía global.
30/01/2025 00:00
Fuente: Prensa Libre 

La actual apertura comercial en Guatemala se inicia a mediados de la década de los 80’s, después de comerciar en el pasado en un mercado inducido por el concepto cepalino de sustitución de las importaciones, se transitó hacia un nuevo modelo de apertura económica en los 90’s, al tiempo que se reducía la intervención del Estado. El cambio del modelo respondió principalmente a la necesidad de encontrar nuevos mecanismos que permitieran generar mayores tasas de crecimiento económico.

Las tensiones en torno a las cadenas de suministro globales son un claro ejemplo…

La teoría sobre la apertura comercial indica que factores como la creación de empleo, la generación de divisas y la transferencia de tecnología, entre otros, son importantes elementos del crecimiento económico por su impacto en la economía y de especial importancia, para lograr un crecimiento sostenido. Sin embargo, el crecimiento por sí mismo no garantiza el desarrollo.

Pero ¿está la apertura comercial actualmente en peligro? la apertura comercial ha sido un pilar fundamental en la expansión del comercio internacional y en el desarrollo económico de muchos países en desarrollo desde finales del siglo XX. Sin embargo, en los últimos años, este principio ha enfrentado crecientes desafíos que ponen en tela de juicio su viabilidad futura. Desde políticas proteccionistas en varias naciones, hasta tensiones geopolíticas. La apertura comercial se encuentra en una encrucijada que podría redefinir la economía global.

Una de las principales amenazas a la apertura comercial es el resurgimiento del proteccionismo. Desde la crisis financiera de 2008, muchos países han preferido adoptar medidas dirigidas a proteger sus industrias locales en lugar de fomentar un entorno de comercio libre.

Estados Unidos implementó aranceles sobre una variedad de productos provenientes de China y otros países, aduciendo que estas eran necesarias para proteger los empleos locales. Tales acciones generan un efecto dominó, ya que los países afectados responden con sus propias medidas, aumentando el riesgo de una guerra comercial.

Además, la creciente fragmentación geopolítica está desafiando la apertura comercial. La competencia entre potencias económicas, especialmente entre Estados Unidos y China, ha llevado a un endurecimiento de las posturas políticas y económicas. Este conflicto no solo se limita a los aranceles, sino que también se expresa en decisiones estratégicas sobre inversiones y acceso a tecnología.

Las tensiones en torno a las cadenas de suministro globales son un claro ejemplo de cómo la seguridad nacional puede sobresalir sobre consideraciones comerciales, impulsando a los países a deslocalizar o reconfigurar sus redes de producción. Este enfoque puede resultar en una reducción de la eficiencia y un aumento de los costos, afectando negativamente a los consumidores.

También, las interrupciones en las cadenas de suministro han evidenciado la fragilidad de un sistema global muy interconectado. Estas interrupciones podrían resultar en una tendencia hacia el nacionalismo económico y un debilitamiento de la apertura comercial. Aunque el panorama presenta desafíos significativos, no todo son malas noticias para la apertura comercial. A pesar de lo anterior, muchas economías todavía reconocen los beneficios de un comercio abierto.

Además, la tecnología y la digitalización están creando nuevas oportunidades para el comercio internacional. El incremento del comercio electrónico ha permitido a pequeñas y medianas empresas acceder a mercados globales de una manera que antes era inimaginable. La evolución de nuevas plataformas digitales está desafiando las restricciones tradicionales del comercio, abriendo la puerta a una mayor interconexión.

Aunque la apertura comercial enfrenta numerosas amenazas en la actualidad, no necesariamente está condenada a desaparecer. Las decisiones de políticas, así como los cambios en el entorno económico y tecnológico, determinarán su rumbo. La colaboración internacional y un compromiso renovado con la liberalización comercial podrían asegurar que la apertura comercial no solo sobreviva, sino que también prospere en el futuro.