La reina Isabel II de Inglaterra murió a sus 96 años, en su residencia el Castillo de Balmoral, Escocia, según informó la familia real a través de Twitter.

El protocolo conocido como ‘Operación London Bridge’, comenzó desde hace casi 20 años que se llevaría a cabo para el fallecimiento de la monarca.

Este plan es un procedimiento de 10 días a partir de anunciar su deceso hasta los trámites burocráticos del nuevo sucesor a la corona británica, que consisten en dos actos públicos gubernamentales y la cobertura de los medios de comunicación.

De acuerdo con el protocolo, la Familia Real se encargará de anunciar los actos funerarios, ya el quinto día de su deceso durante tres jornadas se abrirá una capilla para que la población pueda darle el último adiós, quien ha ejercido el cargo durante 70 años, será entre el 13 al 15 de septiembre.

Los días siguientes se ultimarán los preparativos para el funeral, que tendrá lugar entre 10 a 12 días durante las fechas 18 y 20 de septiembre. La ceremonia se realizará en Abadía de Westminster, Londres, después su cuerpo será trasladado a la capilla San Jorge en el Castillo de Windsor, donde será enterrada junto a su esposo, el Príncipe Felipe.

El día del funeral será considerado como luto nacional y todo el país guardará dos minutos de silencio alrededor del mediodía, sin festividades, pero en caso que ocurra entre semana, los empleados británicos tendrán el día libre.