Momentos antes en donde debía de firmar la Proclama de Adhesión que lo designa al trono de la Commonwealth británica, el rey comenzó hacer gestos frenéticos para que le liberaran el escritorio y así poner su nombre en los documentos.

Los objetos que mantenían la preocupación del rey consistían en una caja de bolígrafos y un tintero, los cuales, según los registros, le habían sido regalados por sus hijos, el Príncipe William y el Príncipe Harry.

En las imágenes se observó como el rey señalaba los objetos que debían de retirar de la mesa y lo hizo de una forma grosera e impaciente. La ceremonia tuvo lugar en el centenario centro diplomático del Palacio de St. James en Westminster, Londres.