Mientras los adversarios de EE. UU. estrechan lazos en China, Trump se frustra con Putin: ¿Por qué?

Mientras los adversarios de EE. UU. estrechan lazos en China, Trump se frustra con Putin: ¿Por qué?

La extraordinaria cumbre del presidente Trump con el presidente ruso Vladímir Putin el mes pasado aún no ha dado resultados concretos sobre la guerra en Ucrania.

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06/09/2025 00:05
Fuente: Prensa Libre 

Mientras los dirigentes de China, Rusia y Corea del Norte se reunían para un gran desfile militar en Pekín, el presidente Donald Trump se esforzó el miércoles por restar importancia a la sorprendente muestra de solidaridad entre los adversarios de Estados Unidos.

En declaraciones desde el Despacho Oval, Trump elogió el desfile y lo calificó de “hermoso” y “muy, muy impresionante”.

“Comprendí la razón por la que lo hacían, y esperaban que yo estuviera mirando, y yo estaba mirando”, dijo Trump a los periodistas. “Mi relación con todos ellos es muy buena. Vamos a averiguar lo buena que es durante la próxima semana o dos”.

Los comentarios del presidente se produjeron a pesar de la frustración cada vez mayor por el hecho de que su extraordinaria cumbre con uno de esos líderes —el presidente ruso Vladimir Putin— no haya dado aún ningún resultado concreto sobre la guerra en Ucrania.

Trump acudió a la cumbre con la promesa de que lograría un alto al fuego temporal en Ucrania o impondría sanciones destinadas a perjudicar las cruciales exportaciones de petróleo y gas de Rusia. Terminó sin exigir el alto al fuego ni imponer sanciones, mientras Rusia intensificó sus ataques contra objetivos civiles.

Trump ha descrito públicamente esa reunión como un éxito, pero dos colaboradores, que describieron conversaciones privadas bajo condición de anonimato, dijeron que al presidente le molestó que Putin no se comprometiera a más.

Casi tres semanas después de la reunión en Alaska con Trump, la alineación de las potencias antioccidentales en Pekín quedó en plena exhibición, con el líder de China, Xi Jinping, flanqueado por Putin y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, junto con los dirigentes de Irán, Pakistán y otras naciones mayoritariamente autoritarias.

El martes por la noche, Trump mostró un destello de irritación por la alianza.

“Por favor, saluden cordialmente a Vladimir Putin y a Kim Jong Un mientras conspiran contra los Estados Unidos de América”, dijo Trump el martes en las redes sociales.

Pero los expertos señalaron que el espectáculo de esta semana en China no tenía nada de conspirativo ni era especialmente encubierto.

“De hecho, estos países no podrían ser más abiertos en sus llamados a un nuevo orden internacional, uno que no les niegue las esferas de influencia, poder, estatus y legitimidad que sus dirigentes creen merecer”, dijo Richard Fontaine, director ejecutivo del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense, un grupo de reflexión bipartidista.

“También son bastante claros en su opinión de que Estados Unidos es el principal obstáculo para el logro de sus objetivos globales, y que consideran que el orden mundial existente es injusto, una dominación occidental”, dijo Fontaine. “Lo que queda muy claro en esta reunión es que están dispuestos a hacer algo al respecto, incluso trabajando juntos”.

La renovada alianza llega en un momento crítico para Trump y Putin, en particular. Compartieron un paseo privado, una comida y un abrazo público que se suponía iba a dar lugar a la negociación de un acuerdo de paz en Ucrania.

Durante meses, Trump ha proferido amenazas vacías de sanciones, plazos habituales de dos semanas —el último de los cuales pasó la semana pasada— y repetidas quejas de “decepción” por la falta de voluntad de Putin para poner fin a la guerra.

El miércoles, cuando se le preguntó si tenía algún mensaje para el dirigente ruso, Trump no pareció confiar en que un cambio se avecinara. “No tengo ningún mensaje para el presidente Putin”, dijo Trump. “Él sabe cuál es mi postura y tomará una decisión, en uno u otro sentido. Sea cual sea su decisión, estaremos contentos o insatisfechos con ella, y si estamos insatisfechos, verán cómo ocurren cosas”.

El miércoles, presidente reprendió a un periodista que preguntó por qué no se había actuado contra Rusia, y argumentó que imponer sanciones secundarias a India “equivalía” a sancionar a Rusia porque le costaba “cientos de miles de millones de dólares”.

En Pekín, Putin intervino y dijo a los periodistas que, durante la reunión de líderes mundiales celebrada esta semana en China, “nadie, jamás, emitió juicio negativo alguno sobre el actual gobierno estadounidense”. Añadió que todos los líderes “apoyaron nuestra reunión en Anchorage” y “expresaron su esperanza” de que Trump ayudara a poner fin a la guerra en Ucrania.

Robert Kagan, investigador principal de la Brookings Institution, dijo que la falta de cualquier progreso aparente sobre Rusia y Ucrania durante la cumbre de Trump en Alaska, en la que aplaudió al presidente ruso e incluso extendió una alfombra roja, era el subtexto de la ira del presidente sobre la reunión en China.

“Todo con Trump gira en torno a Trump, y todo con Trump gira en torno a una combinación de poder y su reputación”, dijo Kagan. “Y, por tanto, el problema que tiene ahora con Putin no es que su relación se haya visto dañada por el comportamiento de Putin. Es que Putin lo humilla de forma constante. Esta reunión es una humillación a un nivel mayor”.

En el caso de China, con la que Trump ha entablado una encarnizada guerra comercial, la amenaza era más clara, dijo R. Nicholas Burns, quien fue embajador de Estados Unidos en China bajo la presidencia de Joe Biden.

El desfile en particular fue simbólico, añadió Burns. No solo reescribió la historia de la Segunda Guerra Mundial, apuntalando a China y Rusia como los “principales vencedores”, dijo, sino que restó importancia al apoyo estadounidense.

“El simbolismo manifiesto del espectáculo de Pekín estaba diseñado para mostrar el ascendente poderío militar de China y la estrecha alianza entre China y Rusia, así como la progresiva influencia de China entre otros gobiernos autoritarios de Asia Central y más allá”, dijo.

Trump se quejó de que creía que el desfile de China debería haber mencionado más a Estados Unidos durante los festejos por su papel en la Segunda Guerra Mundial. Y ha intentado acallar cualquier preocupación de que Rusia y China estuvieran formando un eje contra Estados Unidos.

“No me preocupa en absoluto”, dijo Trump esta semana en un programa de radio conservador.

“Tenemos el ejército más fuerte del mundo, por mucho”, dijo al presentador, Scott Jennings. “Nunca utilizarían su ejército contra nosotros. Créanme”.

Ruth Ben-Ghiat, historiadora y autora, más recientemente, de Strongmen: Mussolini to the Present, dijo que Trump probablemente también se sintió menospreciado por no haber sido incluido en la reunión, dado que durante años ha elogiado públicamente a tres de los autócratas participantes y se ha inspirado en ellos.

“Una regla empírica a la hora de evaluar las palabras y acciones de los hombres fuertes es que, en cierto nivel, siempre se trata de ellos”, dijo. “Si añadimos la exhibición de fuerza militar de China y comparamos este desfile con el mediocre desfile estadounidense que Trump organizó el día de su cumpleaños, obtendremos una reacción incendiaria diseñada para desviar la atención de la prensa hacia él”.

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