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Efectos del paracetamol en los riñones infantiles: dosis seguras y precauciones
Cuidar los riñones de los niños es proteger el gran filtro del cuerpo que ayuda a desechar todas las toxinas que producimos o ingerimos, por medio de la orina. Si este filtro no funciona o se obstruye, el cuerpo se intoxica.
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El uso del paracetamol o acetaminofén (Tylenol) ha despertado dudas sobre su seguridad, especialmente en embarazadas y niños, así como su impacto en órganos como el hígado y los riñones. El tema ha cobrado relevancia recientemente por las declaraciones del presidente de Estados Unidos Donald Trump, quien vinculó su uso con el autismo, pese a que no existe evidencia científica concluyente. En esta nota consultamos a profesionales de la salud para conocer si este medicamento afecta —o no— el funcionamiento renal infantil.
Es necesario conocer que los riñones suelen venir en pares. Cada uno, al terminar su desarrollo, mide unas 5 pulgadas (casi 13 centímetros) de largo por 3 pulgadas (unos 8 centímetros) de ancho, con un tamaño aproximado al de un ratón de computadora, explica el sitio Kids Health.
¿Qué hacen los riñones?
Los riñones son el gran filtro del cuerpo y ayudan a desechar las toxinas que se producen o ingieren, por medio de la orina. Si este filtro no funciona o se obstruye, el cuerpo se intoxica y la vida se pone en riesgo.
Una de sus principales funciones es filtrar los productos de desecho que circulan en la sangre. ¿Cómo llegan allí? La sangre distribuye nutrientes por todo el cuerpo, y estos se descomponen en una serie de reacciones químicas dentro de cada célula. Parte de los desechos se origina en dichas reacciones; otra parte corresponde a sustancias que el cuerpo ya no necesita. Ahí es donde los riñones entran en acción.
El médico Héctor Luna, cirujano gastrointestinal y endoscopista de Clínicas Punto 10, explica que los medicamentos, para poder activarse, casi siempre deben pasar por el hígado. Las enzimas hepáticas los metabolizan, extraen su componente activo y permiten que ejerzan su efecto. Por ejemplo, si se trata de un antibiótico, este debe llegar al sitio de la infección, y el hígado se encarga de prepararlo para ello.
Además, es el hígado el órgano responsable de eliminar los medicamentos una vez que han cumplido su función, a través de la bilis y las heces. “La mayoría de fármacos se metabolizan en el hígado, aunque algunos también lo hacen por vía renal o pulmonar, aunque en menor proporción”, indica Luna.
¿Cómo mantener sanos los riñones de los niños?
Byron Javier Barrios, nefrólogo pediatra guatemalteco, explica que la salud renal depende de varios factores, siendo el principal una alimentación adecuada. Desde la infancia se debe fomentar el consumo de verduras, frutas y alimentos de origen animal como carne, pollo, huevos o pescado, con un equilibrio entre proteínas, grasas saludables y carbohidratos.
“Hay que evitar el exceso de carbohidratos y azúcares, pues ahora se sabe que provocan daño a futuro. Lo mismo sucede con los alimentos ultraprocesados: gaseosas, jugos artificiales, productos industrializados. Este tipo de alimentos incrementa el riesgo de obesidad infantil y, posteriormente, de diabetes tipo 2, que antes era más común en adultos, pero ahora ya se presenta incluso en niños de 8 o 10 años”, agrega Barrios.
También influye la ingesta adecuada de líquidos, que depende de la edad y el peso del niño. Se considera normal un rango de entre 35 y 100 mililitros por kilo de peso al día. Eso equivale a un promedio de vasos que varía con la edad: un niño de tres años debería consumir entre dos y cuatro vasos diarios; en la adolescencia, la meta es llegar a dos litros —equivalente a ocho vasos— cada día.
“Pero todo depende también del clima y de la actividad física. Si un niño suda mucho —por ejemplo, al jugar fútbol bajo el sol— necesitará más líquidos para compensar”, explica Barrios.
Otra recomendación es hidratarse con agua pura, no con gaseosas ni jugos artificiales, ya que estas bebidas pueden dañar los riñones y provocar un deterioro progresivo.
Medicamentos y riñones: el caso del paracetamol
Barrios indica que el paracetamol o acetaminofén es el medicamento menos nefrotóxico que se utiliza para reducir la fiebre, tanto en niños como en adultos.
En cambio, los AINES (antiinflamatorios no esteroides) como diclofenaco, ibuprofeno o naproxeno sí resultan nefrotóxicos si se administran en dosis altas o a niños pequeños. De hecho, no están recomendados en menores de siete años, ya que incrementan el riesgo de daño renal.
Estos medicamentos pueden usarse bajo prescripción médica en casos específicos —como una fractura con dolor intenso e inflamación—, pero nunca por automedicación ni en tratamientos prolongados.
Factores de riesgo de enfermedad renal en niños guatemaltecos
Barrios destaca que es fundamental identificar factores de riesgo que sirvan como señales de alarma. Estos pacientes requieren control especial: medición de la presión arterial al menos una vez al año, pruebas de función renal y seguimiento desde la niñez, sin esperar a la adultez.
Entre los indicios que pueden advertir sobre daño renal o malformaciones que requieren tratamiento especializado figuran los siguientes:
- Niños prematuros (menos de 37 semanas)
- Bajo peso al nacer (menos de 5 libras)
- Masa renal disminuida por prematurez o bajo peso
- Infecciones urinarias recurrentes
- Talla baja persistente, a pesar de una buena alimentación
- Anemia constante sin causa aparente