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Oleadas de flujo de lodo: el fenómeno detrás de los derrumbes en la carretera a El Salvador
El material que se desprende de las laderas del km 24.5 de la Carretera a El Salvador se clasifica como oleadas de flujo de lodo, fenómeno más rápido y fluido que un deslizamiento de lodo.
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Las intensas lluviasde octubre, combinadas con una construcción iniciada sin los permisos ni los estudios técnicos correspondientes, provocaron el derrumbe en el kilómetro 24.6 de la carretera a El Salvador.
El geólogo Jorge Girón, del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Universidad Mariano Gálvez (UMG) y del Servicio Sismológico de Guatemala (SSG) expresa su preocupación por la seguridad del personal que trabaja en las labores de remoción de escombros.
“El deslizamiento de este tipo es rotacional, pero también se comporta como una oleada de flujo de lodo. Puede enterrar maquinaria y personas en cuestión de segundos”.
Jorge Girón, geólogo
Girón instó a que no se ingresen cargadores frontales ni cortadoras grandes al área inestable. “El riesgo es alto. Si alguien queda atrapado, las siguientes oleadas de lodo podrían cubrirlos completamente y causar asfixia”, advirtió.
Suelos, deforestación y construcciones sin control
Girón recordó que el territorio guatemalteco está conformado por una base de roca y lava antigua, sobre la cual se asientan estratos arenosos y tobáceos. Encima de estos se encuentran suelos arcillo-arenosos y limosos, los más inestables y donde generalmente se produce la capa vegetal del país.
Cuando estos suelos se combinan con pendientes pronunciadas (de entre 50 y 60 grados) y deforestación en las zonas altas, las condiciones se vuelven ideales para la formación de deslizamientos.
“Además, las construcciones, ampliaciones de carretera o cortes en la ladera sin estudios técnicos adecuados también pueden ser un factor de riesgo que agrava la inestabilidad del terreno”
Jorge Girón
Por esta razón, el Insivumehmantiene más de 500 puntos identificados en el país con riesgo de deslizamiento, especialmente en áreas urbanas y de expansión vial.
Diferencia entre flujo de escombros y flujo de lodo
Un flujo de escombros, también conocido como deslizamiento de lodo, es una masa en movimiento compuesta por lodo, arena, tierra, roca, agua y aire, que desciende por una pendiente bajo la influencia de la gravedad. Para considerarse como tal, el material debe estar suelto y ser capaz de fluir, con más de la mitad de las partículas mayores que el tamaño de la arena, incluyendo grava, guijarros y rocas.
A diferencia del flujo de escombros, un flujo de lodo contiene partículas mucho más finas, del tamaño de la arena o menores, lo que le permite moverse con mayor rapidez y cubrir mayores distancias. Este tipo de fenómeno es considerado el equivalente más saturado de agua y arenoso del flujo de escombros.
Cuando la cantidad de agua acumulada en los estratos arcillo-limosos rompe por presión los poros interconectados del suelo, el terreno se comporta como una gelatina fluida. Este fenómeno es lo que se denomina una oleada de lodo, y al alcanzar cunetas o carreteras, pasa a ser conocido como flujo de lodo propiamente dicho.
Guatemala: un terreno propenso a los deslizamientos
Girón recordó que el territorio guatemalteco está conformado por una base de roca y lava antigua, sobre la cual se asientan estratos arenosos y tobáceos. Encima de estos se encuentran suelos arcillo-arenosos y limosos, que son los más inestables y donde generalmente se produce la capa vegetal del país.
Cuando estos suelos se combinan con pendientes pronunciadas, de entre 50 y 60 grados, y deforestación en las zonas altas, las condiciones se vuelven ideales para la formación de deslizamientos y flujos de lodo. “Por esa razón, el Insivumeh mantiene identificados más de 500 puntos en el país con riesgo de deslizamiento”, explicó el especialista.
Un riesgo que aumenta con las lluvias
Durante la temporada lluviosa, las oleadas de lodo representan un peligro constante para las comunidades ubicadas en zonas montañosas y cercanas a barrancos o carreteras con fuertes pendientes.
En el caso de la carretera a El Salvador, los suelos debilitados, la acumulación de agua subterránea y las obras no autorizadas aumentan la posibilidad de nuevos derrumbes, especialmente si las lluvias continúan en los próximos días, explicó Girón.
Dos ejemplares lograron marcar posibles ubicaciones del cuerpo del guardia de seguridad, sin resultados positivos.
— Bomberos Voluntarios (@BVoluntariosGT) October 7, 2025
Durante la búsqueda se sucitaron dos derrumbes sin embargo, los binomios caninos están a salvo y todo el personal fue movilizado a un lugar seguro (2/2) pic.twitter.com/SpT0gfBNkD
La combinación de deforestación, pendientes pronunciadas, suelos saturados y proyectos sin estudios técnicos convierte a Guatemala en un país altamente vulnerable a este tipo de eventos, que pueden afectar tanto a las infraestructuras viales como a la seguridad de los habitantes.