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Tosferina en Guatemala: Van más de 100 casos en el país y la baja vacunación es parte de las causas
Los más susceptibles a la tosferina son los niños menores de cinco años y los recién nacidos. Esta enfermedad puede prevenirse mediante la vacunación.
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La tosferina es altamente contagiosa. Este año se contabiliza más de un centenar de casos en el país, mientras que el 2024 cerró con nueve. Los más afectados son los niños menores de cinco años y los recién nacidos.
La vacunación es la forma de prevenirla, pero en Guatemala las coberturas están por debajo del nivel ideal, lo que incrementa el riesgo de contagio en esta población.
De acuerdo con la epidemióloga Erika Gaytán, responsable de la vigilancia de enfermedades prevenibles por vacunación de la Dirección de Epidemiología y Gestión de Riesgos del Ministerio de Salud, esta es una enfermedad de comportamiento cíclico, razón por la cual este año se observa un repunte de casos. La médica habló en entrevista con Prensa Libre sobre el contagio y casos en el país.
¿Cuántos casos de tosferina se registran en lo que va del 2025?
Del total de muestras enviadas al laboratorio, que han sido 271, llevamos 110 casos confirmados a Bordetella pertussis —bacteria causante de la enfermedad—.
¿Este número nos debe de alarmar o es un comportamiento normal de la enfermedad?
El comportamiento de la tosferina, como un evento prevenible por vacunación, tiene un ciclo aproximadamente de tres a cuatro años en los que empiezan a haber brotes, que es incremento de casos más allá de lo que ordinariamente se contempla. El 2024 cerramos con nueve casos positivos. En febrero pasado, lanzamos una serie de lineamientos a través de una alerta epidemiológica a todos los servicios, direcciones departamentales, hospitales nacionales y privados, incluso de sanidad militar, en donde se informa que este año identificaremos en la población la bacteria Bordetella pertussis.
Esto se debe a que no hay una inmunidad adquirida al 100% con ninguno de los biológicos (vacunas) que tiene el esquema regular y los refuerzos, y aunque se tuviera una inmunidad natural por enfermedad previa, tampoco protege.
La enfermedad suele ser cíclica, y Guatemala no es el único país que ha identificado este incremento de casos.
¿En qué departamentos se han reportado los casos de tosferina?
En orden de positividad: Guatemala, Izabal, Chiquimula, Jutiapa, Quetzaltenango, Sacatepéquez, Alta Verapaz, Huehuetenango, Totonicapán, Zacapa, Escuintla, Chimaltenango, El Progreso, Petén, San Marcos y Santa Rosa. En más del 80% de los departamentos del país hay casos.
No es que se vaya a volver algo como el covid-19, pero hay que hacer un adecuado abordaje epidemiológico, sobre todo en el bloqueo de casos, y promocionar la vacunación.
Una lección aprendida para los padres más jóvenes es que los biológicos, la vacunación, es para proteger a los más susceptibles, que son los pequeños, y si los dejamos desprotegidos, rechazando la vacunación o no asistiendo periódicamente al control, va a seguir habiendo brotes que vamos a tener que ir apagando poco a poco, y dentro de esos casos hay fallecidos.
¿Cómo se contagia la tosferina?
Los eventos respiratorios son comunes todos; se transmiten al toser, a través de la saliva, o de estornudar, o de tener un inadecuado control respiratorio. Por eso, la recomendación siempre va en el uso correcto de las mascarillas, para evitar que salgan gotículas con la bacteria.
La tosferina se puede prevenir con la vacuna, y el esquema regular contempla su aplicación. ¿Cuándo y a quiénes debe aplicarse?
La llamada de atención es a revisar los esquemas de vacunación para verificar que realmente contamos con el esquema completo. Para la línea de los niños, se tiene la serie básica, que es la pentavalente, y son tres dosis. Luego, a los 18 meses y cuatro años deben de tener dos refuerzos de la vacuna DPT —vacuna infantil tradicional contra difteria, tosferina y tétano—. A partir del 2024 empezó a promocionarse la TDAP (vacuna de refuerzo contra tétanos, difteria y tosferina para adolescentes, adultos y mujeres embarazadas). La tosferina también se presenta en lactantes, por lo que la mujer embarazada debe tener la TDAP en cada uno de sus embarazos, a partir del segundo trimestre.
El otro grupo priorizado son todos los trabajadores en el ámbito de salud, escuelas formadoras y comunitarios que apoyan en temas de salud a nivel de sus localidades.
Hospital Roosevelt Informa: pic.twitter.com/vPjad2vpw7
— Hospital Roosevelt (@HRooseveltGT) August 27, 2025
¿Cómo está la cobertura de vacunación contra la tosferina en el país?
En una década o más, no hemos llegado a coberturas útiles, o sea, al 95% o más; estamos por debajo. Esto hace que los bolsones de susceptibles incrementen. Ese es el riesgo que tenemos.
El año pasado terminamos la pentavalente 3, que es la que se evalúa para ver si tienen una serie primaria completa, con cobertura del 80.8%. Hay una proyección al 2025 que, si seguimos como estamos, ni siquiera vamos a llegar al 80%.
Ya se hizo un análisis de que cada vez que las coberturas bajan aparece este tipo de eventos que se pueden prevenir por vacunación.
Los refuerzos todavía están aún más bajos. El refuerzo 2, que es el de los cuatro años, en el 2024 lo terminamos con 75.3%. Esto tampoco nos da certeza de la protección de la serie primaria —tres pentavalentes y los dos refuerzos—. Luego vienen los refuerzos en niños de 10 años, que el año pasado empezamos a vacunar con la TDAP, y en coberturas de embarazadas no llegamos ni al 50%, por lo que hay que trabajar en hacer conciencia y del riesgo que pueden tener los recién nacidos, sobre todo ahorita que tenemos circulando tosferina.
¿Cuál es el tiempo de inmunidad que proporciona la vacuna?
Es un aproximado de 10 años el que cubre el biológico durante el proceso de la administración de una dosis, pero esto también depende del biológico que se esté administrando y de la respuesta inmunitaria del propio individuo.
El biológico cubre un 80% de inmunidad, eso quiere decir que hay un 20% de la población que puede tener o no una respuesta inmunitaria adecuada. Luego de eso, empieza a disminuir la memoria de la inmunidad, por eso se tienen los refuerzos. En este caso, los refuerzos se dan en las edades donde los niños ya van a la escuela, a los 18 meses o los 4 años, y en los niños de 10 años que empiezan a tener una disminución de la inmunidad, por eso se incorpora un tercer refuerzo.
En los adultos, el lineamiento es una sola dosis. La protección está dirigida no al adulto, sino para que este no transmita la enfermedad al grupo de susceptibles más vulnerable, que son los niños.
¿Contamos con suficientes dosis para poder aplicar a este grupo de población?
Hay suficientes. En el contexto de una ley de vacunación no podemos darnos el lujo de decir que no hay una vacuna, sobre todo en la serie primaria, y las TDAP en estos grupos priorizados. Los servicios de salud, dentro de sus programaciones, deben garantizar esa proyección que va destinada a estos grupos priorizados.
¿Qué población es la más afectada con la tosferina?
El 71% de los casos identificados son menores de 5 años; el resto se desglosa en los otros grupos, y los adultos son los que menos positividad tienen.
Es bien evidente que la población a cubrir, la población susceptible, sigue siendo el menor de 5 años, e incluso con sus refuerzos hasta los 10 años y la mujer embarazada. La transmisión se corta con antibióticos profilácticos, tenga o no tenga síntomas el adulto.
¿En los niños y los lactantes, el cuadro puede empeorarse más allá de la tos?
Sí. La tosferina se caracteriza porque la primera semana puede causar un resfriado común: malestar general, fiebre, goteo nasal, pero la diferencia es que estos síntomas van disminuyendo y va persistiendo la tos.
En la segunda o tercera semana, la tos dura más de 14 días y se vuelve cada vez más severa. Hay tos convulsa, que es tan severa que no se puede respirar; los pacientes se ponen azules. Ese cuadro de tos convulsa es mucho más grave entre menos edad se tenga, sobre todo en los menores de seis meses, la letalidad es muy elevada.
La bacteria, al igual que cualquier otro microorganismo, puede alojarse no solamente en los pulmones; puede haber daños en otros órganos vitales. Sin embargo, la característica principal es la respiratoria.
¿Para los adultos la enfermedad representa algún riesgo?
No. En un adulto no es un cuadro tan severo, es más tolerable. El objetivo de la vacunación en el caso de las embarazadas es proteger al recién nacido, porque en un periodo de ventana entre el nacimiento y los dos meses, el bebé está descubierto, y si la mamá no está vacunada puede transmitirle la bacteria.
En el adulto trabajador de salud, es porque todos los niños en alguna etapa de su vida tienen contacto directo con ellos. Puede ser que el adulto en algún periodo de su vida haya tenido tosferina, pero esta se quita o se trata, y puede que sea el causante de los cuadros que tenemos en este momento.
¿Un paciente inmunodeprimido debe vacunarse contra la tosferina?
Si tienen contacto con un paciente positivo, hay que darle antibiótico; el médico contemplará cuál darle para protegerlo de la bacteria. Si estamos hablando de vacunación, todas las personas que tengan alguna condición de riesgo —si es población adulta—, la TDAP, que es la que está dirigida al personal de salud, pero puede hacer la consulta para verificar si no hay alguna reacción que cruce con su inmunidad. Con estos pacientes, en el tema del uso de biológicos, siempre hay que tener una mayor precaución y debe estar certificado por el médico tratante.
¿Qué pasa cuando se detecta un caso?
Más del 45% de los casos es detectado en los hospitales, porque son niños que llegan con cuadros bastante severos. Cuando se detecta el caso, se hace un traslado de toda la información del paciente a la parte comunitaria, a las áreas de salud y a los distritos municipales de salud, para que ellos hagan un bloqueo, un abordaje de casos a nivel de la localidad.
A diferencia de un cuadro viral que se transmite como pólvora, las bacterias tienen una característica muy particular que hace que la persona sea más resistente. Entonces, lo que se hace para bloquear estos casos es el tratamiento profiláctico —uso de antibiótico— que se les da a todos los contactos directos de un paciente positivo, tengan o no tengan síntomas. Es lo único que nos va a cortar la transmisión de la Bordetella pertussis.