Francisco, con humildad, ya pertenece a la Historia

Francisco, con humildad, ya pertenece a la Historia

Francisco fue un papa de su tiempo, necesitado del renacimiento de los valores sólidos, pero en proceso de olvido.

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23/04/2025 00:05
Fuente: Prensa Libre 

Francisco no es la excepción. Al terminar la vida terrenal de todo papa, cabeza de la grey más numerosa e histórica del cristianismo, ingresa a la Historia un ser humano valioso no solo desde el punto de vista religioso, sino también por la innegable importancia de sus puntos de vista, por supuesto basados en criterios éticos sempiternos, sin fin. La solidísima fuerza de la voz papal radica en estar basada en lo correcto y ético, no en lo legal, ideológico, político y sobre todo en el beneficio económico, y alcanza a 1,200 millones de personas dentro de las filas católicas, repartidas en los cinco continentes. Así han sido los otros seis papas de mi tiempo de vida al cumplir con su papel: Pío XII, Pablo VI, Juan XXIII, Juan Pablo I, Juan Pablo II y Benedicto XVI.


Francisco realizó una serie de cambios fundamentales dentro de la liturgia, rechazados en forma abierta y clara por los tradicionalistas, pero aprobados por quienes ven llegado el momento de adaptar la iglesia católica a los cambios del mundo de hoy, como dar la comunión a los divorciados y casados de nuevo civilmente. Pero se mantuvo severamente firme en otros básicos, entre los cuales destaca la oposición al aborto porque la posición tradicional y también científica coinciden en fijar el inicio de la vida humana en el momento de la concepción y el celibato sacerdotal. Fue implacable con la lacra de la pederastia, sin importar la jerarquía de los culpables. Por ello recibió duros ataques de los conservadores eclesiásticos, acostumbrados a ver hacia otro lado.

Un hombre bueno dejó de existir, y su legado dejará huella en la complicada historia humana.


Como cabeza de la Iglesia, realizó una serie de cambios de forma, no de fondo, entre los cuales destaca la sencillez y una humildad real en todo. El trono papal se volvió una silla. Desde el principio cambió el boato y buscó la austeridad en todo. Hizo del papado una tarea cercana a los hombres y mujeres comunes y corrientes, atento a los vientos actuales de ya no considerar al obispo de Roma un hombre humanamente importante, por encima del resto, sino de un primero entre iguales y así profundizó el respeto de los católicos y la aceptación y hasta admiración de quienes profesan otra fe, dentro o fuera del cristianismo. Coincidió con esto su deseo de un funeral sencillo, sobrio, y de ser enterrado en la basílica de Santa María la Mayor, no en San Pedro.


Consciente de la necesidad de otorgar participación a nuevas generaciones, preparó en los doce años de su papado a una nueva promoción de cardenales, cuyo promedio de edad es ahora de 70 años, con el menor de solo 45. Esto evidencia su interés por un cuerpo cardenalicio menor a 80 años, la edad del retiro obligatorio si se les mantiene electores al llegar a los 75, cuando deben poner ese cargo a disposición papal. Cumplió su tarea apostólica hasta el último día, literalmente, muchas veces con grandes sacrificios de salud, como fue evidente en su última presentación pública en un balcón de la basílica de San Pedro, pocas horas antes de su partida definitiva, y de lo cual se divulgó por el mundo el video con su voz susurrante, ya consciente de su sereno atardecer.


En pocos días, los 84 cardenales electores iniciarán los procesos previos al humo blanco, símbolo de haber ya un nuevo papa. A las cualidades personales, Francisco agregó su cruzada constante en favor de la ecología y de los peregrinos indocumentados y perseguidos debido a pecados tanto personales como sociales. Esto explica su confrontación directa contra los políticos y demás terrícolas empecinados en negar el cambio climático como consecuencia directa de la codicia del hombre. No se puede estar cien por ciento de acuerdo con sus decisiones, pero sí de haber sido tomadas según los cánones eclesiásticos basados en el bien común. En pocas palabras, un hombre bueno dejó de existir, y su legado dejará huella en la complicada historia humana.

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