Antorchas de dignidad

Antorchas de dignidad

No se trata de pelear con un pasado de hace 200 años, sino de revalorar el ideal de ser ciudadano e inculcarlo, con acciones coherentes, a niños y jóvenes.

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14/09/2025 00:05
Fuente: Prensa Libre 

Como es tradición, en este 14 de septiembre se efectúan, en todo el país, recorridos grupales encabezados por las antorchas de la libertad, cuyo fuego se enciende, simbólicamente, en el monumento a los Próceres, en El Obelisco, o en la plaza de la Constitución. Dicha tradición alude al camino recorrido por heraldos que fueron comunicando, por toda Centroamérica, la firma de la emancipación política de España, el 15 de septiembre de 1821. Baste citar, como dato referencial, que al territorio de Costa Rica el aviso oficial llegó 38 días después.


En la década de 1960 se incluyó como parte de las conmemoraciones oficiales una antorcha que recorría los países del Istmo, y desde entonces ha ido aumentando la cantidad de caravanas organizadas, prácticamente, en todos los municipios de Guatemala. Cabe anotar que se trata de una actividad simbólica y festiva que no debería verse empañada por malas costumbres, recientemente adoptadas, como las de lanzar agua en cubetas o bolsas plásticas para agredir a los participantes. Es un gesto chabacano e indigno.


Es recomendable que los organizadores de estas caravanas cuenten con protocolos de seguridad, para velar por la integridad de todos los participantes. El sentido cívico se conjuga con el jolgorio, pero no debe perderse de vista la implicación ética de conmemorar a la patria. El júbilo no debe interferir con la responsabilidad personal ni colectiva. A su vez, cada 14 de septiembre es una ocasión en la que conductores de toda clase de vehículos, incluyendo motocicletas, pueden exhibir civismo a través de la paciencia con estos tradicionales recorridos.


A tenor de todo este simbolismo cabe resaltar que muchos guatemaltecos también están llevando una antorcha, no en comitivas bulliciosas por las calles, sino en campos como la ciencia, la productividad, la innovación, el deporte, las artes, la educación, la tecnología, el servicio a los más vulnerables, la protección del medioambiente y el impulso de la multiculturalidad, dentro y fuera del país. Así como las caravanas de hoy, esta es una carrera de largo aliento, con una meta clara, en el contexto de una nación que enfrenta adversidades con la fuerza de sus potenciales.


La antorcha es un símbolo milenario y muy poderoso en diversas culturas. Ahí radica su carácter connotativo. Es un signo que cobra fuerza en las festividades patrias, pero su luminosidad inspiradora se debe extender a lo largo del año y de los años, a través del incentivo de grandes objetivos para niños y jóvenes, tanto en los campos ya aludidos como en tantos otros más.


En el segundo párrafo se hizo mención de la absurda acción de lanzar agua a las caravanas de antorchas. Proveerles de agua purificada para continuar el camino es otra cosa. Pero también puede servir tal contrasentido para señalar que en el día a día también existen saboteadores que atentan contra el avance nacional: los saqueadores de recursos públicos, traficantes de influencias, polarizadores, demagogos y los politiqueros financiados por dinero sucio. Es justo de esas raleas que es necesario emanciparse. No se trata de pelear con un pasado de hace 200 años, sino de revalorar el ideal de ser ciudadano e inculcarlo, con acciones coherentes, a niños y jóvenes. La luz de la dignidad del Pueblo de Guatemala debe mantenerse encendida.

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