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Helicóptero, convoy blindado y 150 agentes: así fue el día en que la DEA aterrizó en Guatemala para extraditar a Arnoldo Vargas
Pavoncito estuvo sitiado por más de 150 agentes. No era ficción: la DEA había venido por el alcalde de Zacapa. Así empezó la historia del primer capo guatemalteco enviado a EE. UU.
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La mañana del 27 de diciembre de 1990, un operativo policial irrumpió en la vivienda del entonces alcalde de Zacapa, Arnoldo Vargas, dirigente del partido Unión del Centro Nacional (UCN). Lo que hallaron los agentes fue un arsenal de guerra dentro de su casa, vinculado a sus actividades de narcotráfico.
Entre las 26 armas decomisadas había una mini Uzi, dos fusiles, cinco escopetas, tres rifles, una carabina, siete pistolas, cinco revólveres, dos granadas de fragmentación y un chaleco blindado, además de miles de municiones.
El armamento fue consignado a los tribunales y trasladado al Ejército, por tratarse de armas de uso exclusivo militar, según publicó Prensa Libretres días después.
Pero las armas fueron solo una parte del hallazgo.
Las autoridades también descubrieron más de mil 700 kilos de cocaína, valorados entonces en Q19 mil 417 millones, una suma suficiente —según los cálculos de la época— para pagar la deuda externa del país.
Además, otros cinco hombres fueron capturados cuando se desplazaban por la avenida Petapa, zona 12, en una furgoneta que transportaba 622 kilos del cargamento. El resto del alijo fue localizado en bodegas de Boca del Monte.
Las autoridades confirmaron que eran parte del grupo dirigido por el entonces alcalde zacapaneco.


El operativo que lo llevó a Estados Unidos
Tras meses de procesos judiciales y un intento de fuga frustrado, el 19 de mayo de 1992, Vargas fue entregado a la DEA y extraditado a Estados Unidos.
Tres meses antes, el 16 de febrero, un plan de evasión había quedado al descubierto cuando su hermano Orlando Vargas llegó a la Granja Penal Pavón con dos órdenes falsas de libertad, un juego de placas duplicadas y un arsenal.
La maniobra fue descubierta por guardias penitenciarios y policías, que frustraron la fuga.
El día de la extradición, el dispositivo de seguridad fue cinematográfico.
A las 14.45 horas, Vargas salió de los muros de Pavoncito en un vehículo blindado escoltado por una caravana de cinco automóviles.
Más de 150 agentes con el rostro cubierto resguardaron el perímetro, mientras un helicóptero artillado de la Agencia Antidrogas (DEA, en inglés) sobrevolaba la zona.
De allí, otro helicóptero lo trasladó hasta el aeropuerto La Aurora, donde fue entregado a agentes estadounidenses.

Fue el primer capo guatemalteco de alto perfil en ser extraditado por narcotráfico, lo que marcó el inicio de una larga lista de envíos de poderosos cabecillas del crimen hacia el norte.

Qué revelan los antecedentes
Vargas había llegado al poder local en 1985, cuando ganó las elecciones municipales en Zacapa por la UCN, un partido señalado posteriormente por nexos con el narcotráfico.
Pero su influencia se había forjado mucho antes.
De acuerdo con investigaciones de la socióloga Matilde González Izás, el exalcalde fue parte de la estructura contrainsurgente organizada por el Estado en los años setenta para enfrentar a la guerrilla en el oriente del país.
Por su papel como “comisionado militar”, el entonces presidente Carlos Arana Osorio le otorgó control sobre aduanas y privilegios en la frontera con Honduras.
Documentos desclasificados de Estados Unidos señalan que, desde esas posiciones, Vargas estableció vínculos con el cartel de Medellín, liderado por Pablo Escobar, con quien negoció cargamentos de cocaína en los años ochenta.
Su ascenso político formalizó ese poder. Ganó nuevamente las elecciones en noviembre de 1990, pero no llegó a asumir su segundo mandato al ser capturado un mes después, tras ser delatado a la DEA por un informante colombiano.
El regreso ovacionado
Después de 25 años en prisiones de Nueva York y Kentucky, Vargas regresó a Guatemala en julio del 2017, con 71 años.
Su retorno fue recibido como una celebración en Zacapa, con música de marimba y en una caravana de motos y decenas de vehículos que recorrió las calles hasta su aldea, Manzanotes, su lugar de origen.
“Fueron 9 mil 638 días preso”, dijo en su discurso, ante unas 400 personas. “Por Dios que es mentira”, aseguró sobre su detención de 1990.
En el escenario, sonreía con gorra negra bordada con laureles dorados y la leyenda United States.
El puente que conecta el municipio aún lleva su nombre.
La huella que quedó
El poder de la familia Vargas no desapareció.
Su hermano Élder Vargas Estrada fue diputado y alcalde entre 2004 y 2008, mientras otros allegados ocuparon puestos en el concejo municipal.
El legado criminal también se extendió a una nueva generación: su hijo, Arnoldo Oswaldo Vargas Samayoa, fue extraditado y condenado en Estados Unidos por traficar cocaína y lavar dinero.
Según el Departamento de Justicia, lideraba una red internacional que movía drogas desde Guatemala hacia Texas y California, con ganancias de mil dólares por kilo.
Su padre, el reconocido exalcalde de Zacapa, falleció el 8 de octubre del 2025. Tenía 79 años.
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