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Celos extremos: qué revela la psicología sobre quienes los sienten y quienes permanecen en relaciones tóxicas
Los celos extremos pueden convertirse en un trastorno emocional que afecta tanto a quien los experimenta como a quien los padece, revelando una falta de gestión emocional.
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Desde la psicología, los celos no se consideran una emoción básica, sino una mezcla de emociones secundarias como la inseguridad y la angustia, que no solo afectan a quien las siente, sino también a quienes las reciben y dañan la forma de amar.
Aunque no se expresan de forma inmediata al inicio de la relación, los celos suelen ser sentimientos persistentes en personas que no han aprendido a gestionarlos. Esto compromete no solo sus relaciones de pareja, sino también las de amistad, familiares o laborales. El portal Psicología y Mente destaca que, aunque los celos pueden manifestarse en distintos ámbitos, son más comunes e intensos en las relaciones de pareja.
Ximena Fuentes, psicóloga clínica y de pareja, detalla que esta emoción, aunque normalizada socialmente, es una de las más complejas y potencialmente destructivas dentro de una relación amorosa. Cuando es recurrente, genera un desgaste emocional en ambas personas, lo que puede conducir a una separación conflictiva o a una dependencia dañina.
Emociones como la inseguridad, el miedo al abandono, la ansiedad, la ira y la tristeza son el origen de los celos, y suelen surgir de una amenaza —real o imaginaria— al vínculo con la pareja. Estas emociones suelen desembocar en conductas de control perjudiciales, sobre todo para quien las experimenta.
Detrás de los celos extremos se ocultan múltiples emociones acumuladas y problemas emocionales no gestionados. Fuentes identifica los siguientes factores principales:
- Baja autoestima.
- Miedo al abandono o a la traición.
- Sensación de no ser suficiente o no merecer amor.
- Necesidad de control para evitar la incertidumbre.
¿De dónde nacen los celos según la psicología?
Psicología y Mente explica que los celos son un fenómeno que nace de la distorsión de los hechos. Aunque no siempre tienen la misma causa, pueden surgir dentro de una relación o incluso antes de establecerla. Uno de los factores más influyentes es el apego. Ximena Fuentes explica el vínculo entre los estilos de apego, los patrones de crianza y los celos:
1. Estilos de apego
La forma en que nos vinculamos en la infancia con nuestras figuras de cuidado impacta directamente en nuestras relaciones de pareja:
- Apego inseguro ansioso: genera más celos, ya que la persona vive con miedo constante al abandono. Busca validación continua y puede interpretar señales neutras como amenazas.
- Apego evitativo: puede sentir celos, pero los disfraza con actitudes de desapego o indiferencia emocional.
- Apego seguro: experimenta menos celos y, cuando los siente, los comunica de manera sana.
2. Patrones de crianza
Los modelos familiares influyen en cómo entendemos el amor y la posesión:
- La crianza basada en críticas constantes o sobreprotección puede generar adultos inseguros.
- Hogares con escasa demostración afectiva o donde hubo infidelidades tienden a sembrar desconfianza.
¿Por qué es difícil afrontar los celos?
Fuentes señala que muchas personas no han aprendido a identificar ni gestionar sus emociones. Tampoco perciben la gravedad que pueden alcanzar sus reacciones, como reclamos, manipulación o agresividad.
Quienes están inmersos en sus inseguridades suelen perder la capacidad de razonar el daño de sus actos. Esta carencia emocional puede derivar en celos obsesivos —pensamientos constantes de traición— o en celos paranoicos —fantasías dolorosas e imaginarias—.
Este tipo de celos suele provocar conductas como revisar teléfonos, limitar amistades o imponer reglas, con consecuencias como:
- Deterioro de la confianza mutua.
- Afectación en la comunicación.
- Clima de miedo o culpa.
- Aumento de la dependencia emocional.
- Riesgo de escalar a violencia emocional o física.
Ximena Fuentes subraya: “Una pareja donde los celos gobiernan no es una relación sana, sino una dinámica basada en la inseguridad y la vigilancia constante”.

Los celos son una mezcla de emociones secundarias que reflejan las inseguridades de una persona. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)
Seis señales de que la relación cayó en los celos
La experta identifica las siguientes señales iniciales de comportamiento celoso:
- Revisar constantemente las redes sociales o el teléfono de la pareja.
- Hacer sentir culpable al otro por tener amistades o vida social.
- Interrogar sobre el pasado sentimental.
- Amenazar con terminar la relación para generar miedo o manipular.
- Minimizar logros o independencia por inseguridad.
- Aislar a la pareja de su familia, amistades o experiencias nuevas.
Para trabajar estos celos, Fuentes recomienda terapia individual o de pareja, fortalecer la autoestima, practicar una comunicación emocionalmente honesta y aprender a gestionar la incertidumbre. “El amor no se puede controlar ni garantizar, y eso está bien”, afirma.
La psicóloga aclara que los celos no son una prueba de amor, sino un síntoma de inseguridad y miedo.
Emociones de quien sufre los celos
- Desgaste emocional constante: vivir bajo sospecha provoca ansiedad y agotamiento.
- Sensación de injusticia: cuando no hay motivos, se siente falsamente acusado.
- Temor a provocar reacciones: se reprime por miedo a desencadenar conflictos.
- Dudas sobre la relación: el amor persiste, pero la desconfianza desgasta.
- Pérdida de identidad: por evitar conflictos, se abandonan aspectos personales.
- Tristeza y soledad emocional: no ser valorado ni creído genera frustración y aislamiento.
¿Por qué algunas personas permanecen?
Cuando los celos son constantes, se puede desarrollar un patrón de dependencia emocional. La persona afectada normaliza la situación, ya sea por amor, esperanza de cambio o por miedo a las reacciones del otro. También influye la historia familiar o una baja autoestima que impide romper el vínculo.