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Cambio de horario de EE. UU.: cómo afectaría a la salud, según un estudio de Stanford
Un estudio de la Universidad de Stanford advierte que los cambios de horario en EE. UU. podrían aumentar los casos de obesidad y accidentes cerebrovasculares.
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El cambio de horario en Estados Unidos se lleva a cabo dos veces al año. Aunque se trata de una normativa obligatoria en algunos estados, hay sectores que advierten sobre los efectos negativos que tiene en la salud el adelanto o atraso de la hora.
Por ejemplo, en septiembre del 2025 se publicó un estudio de la Universidad de Stanford que sugiere que los constantes cambios de horario en EE. UU. podrían afectar los ritmos circadianos y, con ello, el estado de salud de las personas.
El artículo afirma que establecer de forma permanente uno de los dos horarios —ya sea el de verano o el de invierno— podría resultar más beneficioso para la salud, al evitar más casos de accidentes cerebrovasculares y obesidad.
El estudio estima que dejar como permanente el horario estándar podría reducir aproximadamente 300 mil casos de accidentes cerebrovasculares y 2.6 millones de personas con obesidad.
También se detalla que, si se establece de forma permanente el horario de invierno, los casos de obesidad disminuirían en 0.78% y los accidentes cerebrovasculares, en 0.09%.
En el caso de mantener el horario de verano, las reducciones serían de 0.51% y 0.04%, respectivamente.
“Cuando se expone a la luz por la mañana, se acelera el ciclo circadiano; cuando se expone a la luz por la noche, se ralentiza. Por lo general, se necesita más luz por la mañana y menos por la noche para mantenerse bien sincronizado con un día de 24 horas”, señaló uno de los firmantes del estudio, Jamie Zeitzer.
Sin embargo, el estudio aclara que los beneficios de mantener un horario fijo varían según la ubicación geográfica, el entorno y lo que se denomina cronotipo, es decir, si una persona tiene un estilo de vida que le exige madrugar o trasnochar.
Además, se enfatizó que el estudio no tomó en cuenta factores como el clima, la geografía y el comportamiento individual. A pesar de ello, los investigadores señalan que la mayoría de personas tiene patrones de sueño irregulares y pasa más tiempo en espacios interiores con luz artificial.
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