Alejandro Ortiz
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El uso de internet es cada vez mayor debido a las redes de internet públicas que existen, sin embargo, es necesario comprender sus beneficios y riesgos.
Cuando pensamos en internet es imposible no catalogarlo como un elemento casi irremplazable a nuestras formas de relacionamiento interpersonal, laboral y social; puesto que se trata de la herramienta más vital para sentirnos y nombrarnos “conectados” en el mundo.
Hasta hace unos años, conectarse a internet de forma cotidiana podía ser un gran privilegio al que pocos podían acceder; caso contrario a la actualidad en la que el acceso a la red es cada vez más fácil dados los crecientes servicios residenciales, móviles e incluso públicos.
Marco Antonio To, director de la Maestría en Ciberseguridad de la Universidad Galileo, comenta que el acceso a Internet aporta a la democratización ya que es fundamental para que cualquier ciudadano se acerque a distintos tipos de información.
No obstante, en países como Guatemala esto es un reto. “Hay una brecha digital a pesar de la gran presencia de redes celulares, ya que no cuentan con estándares de conectividad incluso de tecnología 4G. Esto ha hecho más importante el acceso a wifi (redes inalámbricas) en espacios públicos”, dice To.
Ya sea desde sitios como restaurantes, parques, centros comerciales o estaciones de transporte, la conectividad a Internet es cada vez más habitual, sobre todo cuando su acceso es gratuito.
Marco Antonio, también ingeniero en Electrónica Informática y Ciencias de la Comunicación, subraya que muchas veces el factor gratuito implica una “transacción” con los usuarios ya que previo al uso del servicio suelen pedirse autorizaciones con el ingreso desde perfiles sociales o correos electrónicos.
Esto podría funcionar para temas de analítica informática y de mercadeo, ya que, al acceder a la información de los usuarios, las redes sociales detectan intereses y luego pueden ofrecer productos relacionados a los gustos de los navegantes.
Más allá de ese aprovechamiento de información lo cierto es que “esto podría llevar a una serie de alertas de seguridad para la población final”, dice Marco Antonio To.
El ingeniero To explica que muchas veces las redes públicas no tienen componentes de encriptación para proteger el flujo de datos, lo cual hace que cualquier persona pueda ver el tráfico de navegación, a diferencia de redes corporativas o privadas en las que sabemos quiénes tienen el acceso.
“En Guatemala no debemos mejorar solo la brecha digital sino cómo las personas están informadas de todos los riesgos que conlleva a estar conectado. No es solo a nivel de redes públicas, sino cualquier acceso a internet. Cualquier wifi añade consideraciones de seguridad”.
A consideración de Sol González, Security Researcher de ESET Latinoamérica, las redes inalámbricas públicas son “entornos inherentemente inseguros”, ya que “sin tener las consideraciones necesarias en aspectos de seguridad, podrían ocurrir muchos problemas, como el robo de información confidencial y sensible”.
De acuerdo con la especialista, algunos riesgos de las conexiones inalámbricas gratuitas pueden incurrir en ser víctima de un ataqueMan in the Middle, en el que un intermediario -cibercriminal- accede a los datos que envían y reciben los usuarios en sitios web.
También puede ocurrir el robo de datos personales, de información confidencial y/o de credenciales. Esto podría suceder en transacciones virtuales, apunta Sol González.
El ingeniero To agrega que uno de los principales peligros de las redes públicos es que no se sabe cuántas personas ni quienes están conectadas al mismo tiempo, por lo que puede existir una mayor probabilidad de vulneración a otras.
Ante ello, el especialista sugiere recordar que las redes wifi al ser públicas y gratuitas implican un tráfico no medido y arriesgado. Ante ello, se deben tomar en cuenta medidas de seguridad.
Estos son algunos consejos compartidos por el ingeniero Marco Antonio To y la Security Researcher Sol González ante el uso de redes de internet públicas: