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Presidente Arévalo, ¿un despertar del letargo político?
El Movimiento Semilla sigue una inercia tendenciosa, perdiendo popularidad.
El gobierno de la República presidido por Bernardo Arévalo de León tuvo esta semana recién pasada, con la aprobación intempestiva del seguro obligatorio a los vehículos, su primera crisis profunda y grave de orden político, social y económico, a tanto solo un año y dos meses de una toma de posesión atropellada, como punto de partida de un mandato que se perfilaba desde entonces de frágil gobernabilidad política.
El Movimiento Semilla sigue una inercia tendenciosa, perdiendo popularidad.
En paralelo y simultáneo a lo que sucedió los días 18 y 19 de marzo, derivados de los bloqueos al tránsito de vehículos de miles de personas y de servicios de transporte de uso múltiple en que se manifestaron brotes de un estallido social peligroso, el Movimiento Semilla, la organización política que le dio vida a este gobierno y que quizás es hoy su único soporte, ha venido sufriendo un deterioro acelerado, por diversas razones, destacando su desordenada, su inefectiva y su casuística gestión en el Congreso de la República, que prácticamente, ante la crisis del momento, estuvo sin ninguna incidencia ni relevancia tanto en el Organismo Legislativo como en el Organismo Ejecutivo.
La iniciativa del seguro obligatorio de vehículos, sin cuestionar su motivación, como antes fue la normativa de la segregación de la basura, ambas propuestas preparadas y promovidas por el propio Gobierno, fueron manejadas por los ministros que, como otros en el gabinete, cuyas principales calificaciones son ser amigos y afines ideológicos del presidente Arévalo, han mostrado una y otra vez ausencia de pericia política, una alta dosis de soberbia y tozudez, que los obnubila a ver la precariedad en la que gobiernan.
El comunicado oficial emitido el 18 de marzo, en plena crisis, concluía reflejando esa desconexión con las realidades: “Los cambios conllevan desafíos naturales, pero son necesarios para devolver la confianza y sentar las bases de un país donde la seguridad y la dignidad del pueblo están por encima de intereses particulares”. Ese mismo día emiten otro comunicado, esta vez escueto, en el que anunciaban, manteniendo vigente el seguro obligatorio de vehículos, “que se ha acordado iniciar mañana, 19 de marzo del 2025, a las 10:30 horas, las mesas de diálogo con actores que han manifestado su oposición a la disposición…”.
Ante el desborde social que se estaba produciendo en el país con una altísima afectación a los derechos humanos y económicos de la población, pese a estos intentos infructuosos del gobierno de aplacar los ánimos, el presidente Arévalo finalmente se ve forzado a despertar de un letargo político y anunciar en una breve cadena nacional la derogación de los acuerdos de seguro obligatorio de vehículos.
El gobierno de la República y el Movimiento Semilla se encuentran en una inercia tendenciosa, perdiendo significativamente popularidad, la capacidad de promover iniciativas que sean viables y, sobre todo, de hacer autocríticas oportunas. La ciudadanía en general está decepcionándose seriamente de la ineficiencia y de la inefectividad en casi todos los ámbitos de la gestión gubernamental.
A la luz de estas crisis, que son sistémicas y graves, me permito reiterar lo expresado en el artículo La alternativa al Movimiento Semilla, del 20 de diciembre pasado, en la que concluía: “Guatemala merece una alternativa al Movimiento Semilla que sea abierta e incluyente, que recoja nuevamente el sentir de la ciudadanía y de los jóvenes expresada en las manifestaciones del 2015, viendo hacia el futuro y no anclados en ideologías socialistas divisivas, desfasadas y anacrónicas que retrasan el potencial de desarrollo, la productividad económica y la movilidad y dignidad social de la ciudadanía”.