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“Es más seguro traerlos y recogerlos”: padres toman precauciones por fuga de reos en Fraijanes 2
La preocupación por la seguridad infantil aumenta tras la huida de 20 reclusos de la cárcel Fraijanes 2. Padres de familia asumen la vigilancia y acompañamiento diario como medida preventiva.
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La preocupación se siente en las calles de la zona 5 de la capital, faltan apenas minutos para que los estudiantes salgan de sus colegios y los padres esperan atentos en los portones. La alarma se mantiene tras la fuga de 20 reos peligrosos de la cárcel Fraijanes 2, un hecho que genera temor de que los jóvenes puedan convertirse en víctimas de la delincuencia o ser reclutados por pandillas.
Ante este suceso, muchos padres han decidido acompañar a sus hijos al salir y al llegar a la escuela. Esta medida busca garantizar la seguridad de los menores y minimizar cualquier riesgo en el camino, especialmente en áreas donde la violencia y el crimen representan una amenaza constante.
Aunque algunos adolescentes prefieren ir solos, los padres aseguran que con paciencia y constancia logran que los niños se sientan cómodos y acepten su compañía. El acompañamiento se ha convertido en una rutina que combina protección y cercanía familiar, fortaleciendo el vínculo entre padres e hijos mientras garantiza su bienestar. “Se trata de la educación que uno les da, que ellos se acoplen a uno, andar uno con ellos”, explica una madre mientras espera que su hijo salga del colegio.
La medida incluye llevarlos en la mañana y recogerlos al finalizar las clases, asegurando que transiten por calles y callejones con mayor seguridad. Para los padres, esta acción representa tranquilidad y control sobre posibles riesgos que podrían enfrentar los estudiantes en su trayecto. “En la mañana también los venimos a dejar, y al final del día los venimos a traer. La verdad, es mucho mejor así, más seguro”, comenta otro padre, señalando que la acción les permite cuidar a sus hijos de posibles peligros en la vía pública.
Aunque los adultos reconocen que ellos mismos podrían estar en riesgo durante los trayectos, aseguran que es un sacrificio necesario para proteger a los menores. “Nos pueden asaltar, nos puede pasar algo, pero pienso que es mejor dejarlos ir acompañados que vivir con la preocupación de que lleguen bien al colegio”, agrega un padre de familia.
Para muchos padres en la zona 5, estas medidas no solo buscan la seguridad física de los niños, sino también garantizar su bienestar emocional. El objetivo principal es simple y claro: que los jóvenes vuelvan sanos y salvos a casa, libres de cualquier peligro en el camino.