De la oficina a la calle: cómo el delivery se ha expandido y reemplazado el trabajo convencional para lograr más ingresos

De la oficina a la calle: cómo el delivery se ha expandido y reemplazado el trabajo convencional para lograr más ingresos

El auge del delivery en Guatemala, impulsado por las plataformas digitales tras la pandemia, transformó la manera de trabajar y consumir, generando nuevas oportunidades y más empleo informal.

Enlace generado

Resumen Automático

12/10/2025 06:00
Fuente: Prensa Libre 

“Hoy en día, un sueldo mínimo no alcanza”, dice Roxana López, una madre para quien, desde hace dos años, la ciudad se ha convertido en su oficina y la motocicleta, en su principal herramienta de trabajo.

López laboró durante muchos años en una institución privada, pero la situación económica la obligó a buscar otra oportunidad laboral para obtener un segundo ingreso.

La opción era trabajar en sus tiempos libres, y las entregas a domicilio se convirtieron en su alternativa, ya que ofrecían horarios flexibles. Ella no imaginó que esta actividad se convertiría en su única fuente de ingresos.

Si bien este modelo de negocio no es nuevo, el auge que experimentó a raíz de las restricciones de movilidad por la pandemia de covid-19 ha brindado oportunidades laborales a miles de guatemaltecos.

El acelerón digital

David Casasola, investigador del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), explica que, durante mucho tiempo, las entregas a domicilio era un negocio exclusivo de algunos restaurantes que ofrecían ese servicio, y las entregas de mercancías se limitaban a empresas especializadas en ese giro.

“Sin embargo, durante la pandemia hubo restricciones de movilidad que hacían imposible consumir de manera presencial”, señala. Los restaurantes necesitaban operar. Las plataformas ya existían en otros países. El mercado guatemalteco estaba listo.

El auge de los emprendimientos digitales y la venta de bienes o servicios por medio de redes sociales también aportó al crecimiento de este modelo de trabajo. “Se generó una costumbre, una manera de consumir que no se modificó luego de la pandemia”, agrega Casasola.

“El ciclo que traíamos en muchas cosas sufrió un acelerón superinteresante que nos obligó a todos los involucrados a ponernos al día, puntualmente en plataformas de delivery”, explica Adrián Catalán, director del Posgrado en Desarrollo de Software de la Universidad Galileo. La tecnología estaba disponible. El mercado la exigía.

Ese acelerón en la demanda de repartidores explica la razón por la que López dejó su empleo formal para dedicarse exclusivamente a las entregas. Crystian Aceituno vive una situación similar: salió de una empresa privada, cansado de los roces laborales, y decidió lanzarse a la mensajería.

Aceituno se levanta todos los días a las cinco de la mañana y, en su libreta, anota direcciones y organiza sus entregas por pedidos y sectores. A sus 24 años, lleva varios meses siendo su propio jefe.

A diferencia de López, Aceituno no trabaja para ninguna plataforma digital. Con la ayuda de amigos y familiares, creó su propia cartera de clientes, con los que genera ingresos para él y su familia. “El que no arriesga no gana, solo es cuestión de dedicarle tiempo”, comenta.

Nota Dominical sobre Motoristas repartidores de comida recorren las calles de la ciudad bajo sol, lluvia y tr‡fico, en jornadas que suelen extenderse hasta altas horas, mientras equilibran el reto de generar ingresos con el riesgo constante en las carreteras. Foto: BYRON RIVERA 28/09/2025
(Foto Prensa Libre: Byron Rivera)

Los grises de la actividad económica

La transacción entre restaurante, plataforma y consumidor es formal: hay factura, rastreo y uso de tarjeta de crédito. Al momento de registrarse en las aplicaciones, los repartidores deben inscribirse en el Registro Tributario Unificado (RTU) y emitir Factura Electrónica en Línea.

Los repartidores tienen dos opciones: el Régimen de Pequeño Contribuyente o el Régimen General del IVA. Esta modalidad representa una oportunidad de formalización. Sin embargo, Casasola describe la situación como “en grises” más que en blanco y negro. “Es más del lado de las condiciones de los repartidores”, advierte. No son trabajadores formalmente incorporados. Se afilian a varias plataformas cumpliendo requisitos mínimos.

A pesar de ello, los repartidores perciben beneficios. “Soy mi propio jefe. Yo decido las horas que quiero trabajar”, es una frase recurrente entre ellos.

Fabricio Castellanos trabaja en delivery unas cuatro o cinco horas al día y lo considera un segundo ingreso. Por otro lado, para Ángel Ayú y Pablo Ramírez es su fuente principal.

Sus jornadas laborales son largas: entre 12 y 14 horas diarias. Aun así, para ellos “es una actividad rentable”.

Sin embargo, el Ministerio de Trabajo y Previsión Social confirma que las plataformas no están reguladas en el país. Las personas adscritas prestan servicios y facturan. Además, el Ministerio de Economía tampoco regula este tipo de actividad.

EN CIFRAS

Los ingresos de los repartidores varían según las horas trabajadas, la demanda las entregas, los horarios y el tipo de servicio.

Los montos figuran entre los Q300 hasta los Q800 diarios. Los repartidores comparten que las tarifas han bajado conforme las plataformas aceptan más repartidores.

La seguridad vial de los repartidores

Los encargados de PedidosYa Guatemala declararon a Prensa Libre que, como parte de las medidas de seguridad que brindan a los socios motoristas, ofrecen un seguro de accidentes personales con cobertura en caso de incidentes graves, además de “información sobre seguridad vial de forma proactiva, independientemente de la existencia de normativas locales”. Sin embargo, la experiencia de los repartidores dista de esa versión.

Ramírez cuenta que, en una ocasión, tuvo un accidente y llamó al seguro que proporciona la aplicación. “Llegó la ambulancia, me esperaron media hora y me cobraron. Me lo debitaron de mi cuenta”, relata. El seguro existe, pero no funcionó cuando lo necesitó.

Esto sin mencionar que el resto de conductores entrevistados no tenía conocimiento de la existencia de dicho seguro y confirmaron que, desde hace un tiempo, no reciben charlas de seguridad ni cuentan con una oficina física a la cual acudir.

Nota Dominical sobre Motoristas repartidores de comida recorren las calles de la ciudad bajo sol, lluvia y tr‡fico, en jornadas que suelen extenderse hasta altas horas, mientras equilibran el reto de generar ingresos con el riesgo constante en las carreteras. Foto: BYRON RIVERA 28/09/2025
Repartir a domicilio ofrece libertad y sustento, pero también riesgos y precariedad. (Foto Prensa Libre: Byron Rivera)

Los peligros de la calle

Aceituno maneja motocicleta desde hace seis años. Antes de salir a repartir, revisa los frenos, las llantas y el nivel de gasolina. “Si uno se queda sin gasolina en una zona roja, imagínese”. Aunque prefiere evitar esas áreas. Siempre usa casco. Son medidas básicas y necesarias.

Ramírez, por su parte, hizo un curso de manejo adicional por iniciativa propia. Sin embargo, admite que en muchas ocasiones prefiere cruzar semáforos en rojo por temor a ser asaltado.

“Nosotros cargamos esa mala vibra. En cualquier semáforo sabemos que nos pueden asaltar”, cuenta. “Es una psicosis por todo lo que pasa aquí: accidentes, robos. Estamos expuestos a todo”.

Los números le dan la razón. De enero al 21 de septiembre de 2025, el Departamento de Tránsito registró 4,927 siniestros en motocicleta, con 985 fallecidos y 4,145 lesionados. En el 2024, en el mismo periodo, hubo 4,454 motocicletas involucradas, con 939 fallecidos.

Si bien no existe un registro específico de repartidores, los factores de riesgo que identifica la institución son los mismos que enfrentan a diario: sobrecarga, imprudencias, exceso de velocidad, desobediencia a las señales de tránsito y uso del teléfono. El exceso de velocidad es una de las principales causas de siniestralidad. Las motocicletas tienen una incidencia del 50% en los hechos de tránsito.

Según Brenda Santizo, portavoz del Departamento de Tránsito, a partir del 2021 el parque vehicular de motocicletas incrementó 13%. El Estudio Observacional del Comportamiento Vial de Motociclistas confirma que los conductores comerciales presentan más distracciones y mayor transgresión de normas.

Castellanos y Ayú lo saben. Identifican los accidentes como el riesgo más latente, aunque ninguno ha tenido percances mientras trabaja como repartidor. Todavía. “Gracias a Dios”, aclaran.

A diario en la ciudad se reportan un promedio de ocho accidentes de motocicleta. (Foto Prensa Libre: Bmoberos Voluntarios)

El algoritmo y las aplicaciones

Cuando un repartidor acepta un pedido desde su teléfono, no siempre sabe que detrás hay un algoritmo optimizando rutas. Según los encargados de PedidosYa, su tecnología está diseñada para entregar pedidos en el menor tiempo posible, maximizando oportunidades y eficiencia.

Catalán profundiza: “la data permite personalización. Tengo a mi alcance lo que quiero, cuando quiero”. La geolocalización y el análisis de datos permiten que las empresas conozcan mejor a los consumidores. Los negocios pequeños tienen ahora acceso a herramientas que antes estaban reservadas para grandes empresas.

Pero para los repartidores, esa tecnología también implica tarifas que disminuyen conforme la plataforma incorpora a más personas. Ramírez lo ha visto en los cinco años que ha trabajado para la aplicación. “Han bajado las tarifas de los pedidos porque aceptan a más gente y dan un extra a quien refiere”, comenta.

López, por su parte, trabaja tanto para PedidosYa como para Uber. Según explica, con Uber genera aproximadamente Q11 por entrega, sin importar el kilometraje. En PedidosYa, esta información es menos clara: ninguno de los repartidores sabe cuánto ganará hasta que finaliza el día.

La aplicación permite escoger las zonas en las que desean repartir. Sin embargo, cuando un cliente se confunde de dirección y reporta que el pedido no llegó, les bajan la calificación e incluso pueden bloquearles la cuenta.

Mujer tendida en el sofá usando una aplicación de entrega de comida en un smartphone. Cierre de las manos de mujeres africanas con el teléfono celular y pidiendo comida en línea.
Los algoritmos y plataformas digitales deciden tarifas, rutas y hasta calificaciones de los repartidores. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

¿Regular o no regular este giro de negocio?

A pesar de que los repartidores enumeran los beneficios de este giro de negocio, también mencionan que no cuentan con prestaciones ni seguro social.

Sin embargo, Casasola se muestra cauteloso respecto a regular el sector. “No sé si el riesgo es que lo regulen, porque puede ser que lo hagan más caro y más complejo de operar (…) La regulación no siempre resuelve el problema de fondo”, afirma.

Sugiere considerar primero los factores que provocaron esta situación: el tránsito cada vez más lento y la ausencia de oportunidades económicas, que obliga a muchos guatemaltecos a ocuparse por cuenta propia.

Ramírez confirma esta realidad. Consideró buscar otro empleo y trabajó en un restaurante. “Era explotación”, resume. Continúa en la aplicación por la flexibilidad: se conecta y desconecta cuando quiere. Gana un poco más del salario mínimo al mes, descontando la depreciación de la moto y la gasolina. Las tarifas han bajado mucho, pero la gente sigue por necesidad. “Está difícil eso de encontrar trabajo”.

Según el economista, “hay un equilibrio”. Explica que este modelo ha funcionado hasta ahora porque “existen consumidores que adquieren el servicio, restaurantes que se siguen afiliando a alguna red y repartidores que continúan operando”.

Futuro sobre ruedas

Catalán proyecta que el sector continuará encontrando nichos especializados. “El traslado de cierta paquetería, la atención de mascotas, algún traslado muy especializado”, enumera.

Casasola coincide en que las innovaciones surgirán para atender necesidades específicas, donde las empresas puedan agregar valor mediante una atención personalizada y diferenciada.

PedidosYa apunta hacia el crecimiento del quick commerce, con entregas ultrarrápidas. Los supermercados digitales tendrán un papel destacado. El objetivo de la plataforma es simplificar el día a día y potenciar el ecosistema compuesto por socios comerciales, usuarios y repartidores.

“Ya se creó una cultura de consumo”, afirma Casasola. No prevé un regreso total a la presencialidad del consumo.

Aceituno tiene planes: el próximo año quiere estudiar periodismo en la universidad. Le gusta hablar con las personas. Los fines de semana sigue trabajando como DJ. Lleva cinco años mezclando música. Es su ingreso extra. Durante el día, reparte.

López se desconecta cuando tiene un mandado personal y regresa cuando puede. Esa flexibilidad compensa la ausencia de prestaciones. Tiene un hijo que mantener.

Ramírez se conectará al mediodía. Ayú, desde temprano. Castellanos, cuando salga de su trabajo formal. Son parte de los miles de repartidores activos que recorren la ciudad. Catalán señala que, en algún momento, la situación laboral deberá abordarse como sociedad.

Mientras tanto, las motocicletas siguen saliendo cada mañana. El tráfico no mejora. La tecnología continúa optimizando rutas y la necesidad de consumo permanece.

Noticias relacionadas

Comentarios