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SBS avanza hacia pequeñas residencias, pero persisten brechas en atención de la niñez y adolescencia
Tras la tragedia del Hogar Seguro, la Secretaría de Bienestar Social se aleja del modelo de internados masivos, aunque persisten deficiencias en la atención a los menores de edad bajo protección estatal.
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La situación en los hogares que administra la Secretaría de Bienestar Social (SBS) enfrenta desafíos de presupuesto y planificación, según expertos en protección de niñez.
Aunque se han registrado avances desde la tragedia del Hogar Seguro en 2017, aún faltan estándares de derechos humanos por cumplir.
El personal debe recibir capacitación constante y los protocolos de actuación deben actualizarse periódicamente.
El 12 de agosto se dictó sentencia por la muerte de 41 niñas que fueron encerradas en un salón del Hogar Seguro Virgen de la Asunción, a cargo de la SBS. Cuatro exfuncionarios de protección y dos policías fueron condenados por varios delitos a penas de 6 a 25 años de prisión.
Durante el proceso judicial se evidenció que, en 2017, no existían protocolos claros para actuar ante emergencias. Estos fueron creados después de 2020, definiendo roles dentro de los hogares y realizando simulacros con la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred).
La SBS asegura que la medida más eficaz para prevenir tragedias es avanzar hacia la desinstitucionalización, sustituyendo las macroinstituciones por acogimiento familiar alternativo.
Mientras tanto, afirma haber reforzado la seguridad con planes de evacuación y protocolos de emergencia.
Estructura y funcionamiento
La Secretaría administra 21 hogares y un albergue a nivel nacional, los cuales acogen a 1,217 menores de edad, según datos oficiales. Los centros de protección están ubicados en la capital, San Lucas Sacatepéquez, Quetzaltenango, Zacapa y Escuintla.
Los niños y adolescentes son enviados a estos hogares cuando una autoridad judicial determina que deben ser retirados del entorno familiar o no cuentan con uno. Como no son centros de privación de libertad, los menores salen constantemente para realizar actividades educativas y deportivas.
Cuando abandonan voluntariamente el proceso de protección al cual están vinculados, se activa una alerta Alba-Kenneth, según la respuesta oficial de la SBS.
La institución cuenta con 106 niñeras, más de 550 monitores, 32 maestros, seis auxiliares de enfermería y tres enfermeras, con salarios de entre Q3 mil y Q4 mil más bonos.
También dispone de dos médicos, dos nutricionistas, 52 psicólogos, 39 trabajadores sociales, 21 terapistas de lenguaje, ocho terapistas de oficios y 16 educadores especiales.
Respecto de las normas y rutinas, la SBS indicó que varían según el perfil de los menores bajo resguardo en cada hogar.
El tribunal que dictó sentencia en el caso ordenó investigar por qué en los cuerpos de algunas menores se encontraron altos niveles de fármacos. Consultada sobre la administración de medicamentos, la SBS respondió que esta se realiza únicamente bajo receta médica individual.
“Las prescripciones son emitidas por médico colegiado activo responsable de la residencia. La administración está a cargo de enfermeras, salvo el botiquín básico de emergencias menores”.
Presupuesto
El exsecretario de la SBS, Francisco Molina, explicó que, por la naturaleza de la institución, su presupuesto se destina principalmente al pago de salarios y a la prestación de servicios para los menores.
“Las autoridades de turno y los diputados deben comprender que el presupuesto de la institución se va en salarios, pero mientras más se asigne, más personal podrá contratarse y se podrá atender mejor a la niñez”, comentó Molina.
En los últimos cuatro años, los fondos asignados a la SBS aumentaron un 46%. Para este año se asignaron Q425 millones, de los cuales Q113 millones se destinan a menores en conflicto con la ley y Q128 millones a protección y acogimiento.
Otto Rivera, experto en derechos de la niñez, indicó que el presupuesto es uno de los principales desafíos de la SBS y coincidió en que una mayor asignación permitiría contratar más personal. “Cada vez hay más niñez y adolescencia en situación de vulnerabilidad. El presupuesto de la SBS nunca es suficiente”, expresó.
Molina y Rivera coincidieron en que un mayor presupuesto permitiría mejorar instalaciones, condiciones y contar con personal más capacitado.
Cambios y protocolos
Durante el proceso judicial que concluyó recientemente se supo que no existían protocolos que el personal pudiera seguir ante una emergencia.
Según Molina, los protocolos fueron creados después de 2020. Se definieron los roles dentro de los hogares y se realizan simulacros de evacuación junto con la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred).
El exsecretario recomendó que los protocolos deben seguir actualizándose y comunicarse al personal para que sepan actuar ante cualquier tipo de emergencia.
En su argumentación, el tribunal señaló fallas en el sistema de protección, ya que la contención de las crisis en Hogar Seguro, que surgió por denuncias de maltrato, se delegó en Policía Nacional Civil, sin un abordaje con perspectiva de protección de los derechos de la niñez.
Hacia la desinstitucionalización
En cuanto a la posibilidad de evitar tragedias como la del Hogar Seguro, la SBS asegura que la medida más eficaz es avanzar en la desinstitucionalización, reemplazando el modelo de macroinstituciones por el de acogimiento familiar alternativo.
Mientras tanto, afirma haber reforzado las medidas de seguridad mediante protocolos y planes de evacuación.
“En la actualidad no existe un modelo de macroinstitución, sino uno de pequeñas residencias que facilita la atención”, explicó la Secretaría, al subrayar que el personal es consciente de que “ningún niño sujeto a una medida de protección está privado de libertad, por lo que, en caso de un siniestro, se debe evacuar el inmueble salvaguardando la integridad y la vida de cada uno de ellos”.
Rivera detalló que, según estándares de Naciones Unidas, cada hogar debería acoger como máximo a 10 menores y contar con un médico, un educador, un psicólogo y una persona de apoyo por grupo.
“El problema es que la agenda de la Secretaría se mueve entre dos desafíos: lo importante y lo urgente, y en el tratamiento de la niñez albergada todo es importante y urgente”, indicó.
Agregó que hace falta una planificación estratégica que permita una mejor coordinación entre las instituciones involucradas. Además, el país necesita con urgencia sistemas nacionales y municipales de protección.
Capacitación y metodologías
La SBS sostiene que ha fortalecido sus capacidades para atender a niños, niñas y adolescentes bajo protección, ante las críticas de organizaciones que señalan deficiencias en las especialidades del personal.
“Se han impartido importantes capacitaciones para la atención de los niños, niñas y adolescentes, mediante metodologías reconocidas, tales como la Intervención Relacional Basada en la Confianza (TBRI, por sus siglas en inglés), Comunidades Terapéuticas y otras, con personal certificado internacionalmente. También se trabaja con las Directrices Técnicas de Gestión de Casos para la Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes en Acogimiento Residencial, que establecen una clara metodología de atención”, afirmó la institución.
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