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Puente Mocá y ruta a El Salvador: Reportan impacto en logística transfronteriza, turismo y salud mental
Dos corredores logísticos en Guatemala se han visto afectados por daños en la infraestructura que han provocado interrupciones en la movilidad durante la etapa final del invierno.
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Los nodos logísticos terrestres han sido impactados en esta última fase de la temporada lluviosa, una de las más intensas del año, lo que genera consecuencias directas para los usuarios de las carreteras en la Costa Sur y en la ruta a El Salvador, tanto en el movimiento de mercancías como de personas.
Esta situación se traduce en un encarecimiento de los costos de transporte, así como en demoras y atrasos para diversas actividades, tanto microeconómicas como macroeconómicas. Al igual que en junio del 2024, cuando ocurrió un hundimiento en el kilómetro 44 de la autopista Palín-Escuintla, y tras varios meses de rehabilitación, se consolidó un panorama de pérdidas e impactos negativos.
El pasado viernes 10 de octubre colapsó uno de los puentes gemelos de Mocá, en el kilómetro 131.5 de la ruta CA-2 Occidente, que comunica las fronteras de México y El Salvador. Asimismo, el lunes 6 se registró un derrumbe en el kilómetro 24.5 de la carretera a El Salvador.
Por tratarse de carreteras principales, existe un área de influencia sobre los procesos de producción, los cuales se ven interrumpidos.

Retrasos elevan costos y afectan turismo
El cálculo promedio del costo adicional por transporte terrestre de carga es de US$100 por hora, lo que equivale a unos Q800 cuando se presentan demoras o atrasos en la red vial.
En el sector turístico se prevé un impacto de incomodidad justo cuando comienza la temporada alta de fin de año, especialmente para los turistas locales y extranjeros que visitan parques temáticos y otros centros de recreación en Retalhuleu y Suchitepéquez. Un viaje desde la capital, que usualmente dura unas cuatro horas, ahora podría extenderse entre cinco y seis horas, según Carlos Rezzio, representante de la mesa local de la Asociación de Turismo de Retalhuleu.
El cálculo promedio del costo adicional por transporte terrestre de carga es de US$100 por hora, lo que equivale a unos Q800 al momento de presentarse demoras
Sin embargo, expuso que una de las afectaciones más directas en este momento es la presencia de dos socavones en la ruta Cito Zarco, que conecta Retalhuleu con Quetzaltenango. Esta situación impacta a los visitantes del altiplano y genera una demora de entre 45 minutos y una hora en cada sentido.
Las emergencias provocadas por las lluvias y tormentas han reducido la afluencia a hoteles, restaurantes y otros centros recreativos.

Fragilidad del corredor logístico
Enrique Font, presidente de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG), declaró que el daño al puente de Mocá pone en evidencia lo estratégico que resulta este corredor logístico, no solo para el comercio internacional, sino también para la vida económica y social del país.
“Cuidar y mantener la infraestructura vial es una condición indispensable para la competitividad del país, la seguridad de la población y el bienestar de las comunidades”, enfatizó.
Font recalcó que la reparación y el fortalecimiento de esta infraestructura deben tratarse con carácter de urgencia y como una prioridad nacional, a fin de evitar que el problema se convierta en una constante y severa barrera que socave el desarrollo económico y social de Guatemala.
Alejandro Ceballos, vicepresidente de la Comisión de Vestuario y Textil (Vestex), adscrita a la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport), apuntó que se trata del puente de ingreso y salida de las importaciones y exportaciones terrestres desde y hacia América del Norte, y que esta situación entorpecerá ese flujo comercial.
Recordó que la zafra está por iniciar en pocas semanas, por lo que esa ruta se constituye en una de las principales vías de tránsito para esta actividad económica, que provee empleo formal en la región.
Herlindo Herrera, director de la Gremial de Logística de Guatemala (GLG), adscrita a la CIG, expuso que, al ser la ruta CA-2 una parte clave del corredor logístico del sur hacia puntos fronterizos, así como hacia centros comerciales y agrícolas, la inhabilitación de uno de los puentes gemelos genera una reducción en la capacidad vehicular —es decir, menos carriles disponibles—, lo cual provoca congestión en accesos alternos y mayor tiempo de espera, ya que el flujo de camiones se ralentiza. “Esto reduce el rendimiento vehículos/hora”, enfatizó.
Abraham Rivera Estévez, alcalde de Escuintla, declaró que el impacto es significativo no solo por la complicación en el transporte de carga, sino también por el desgaste emocional y el cansancio de las personas que transitan por el sector.

Puente clave en suroccidente
Carlos Steiger, consultor y asesor en logística de Agexport, explicó que el puente de Mocá, en el kilómetro 132 de la ruta CA-2 Occidente, está inhabilitado desde agosto. Desde entonces, el puente contiguo se utiliza en doble vía, por lo que, de momento, el paso no está interrumpido, ya que hay otra estructura disponible.
Sin embargo, indicó que es necesario considerar que eventualmente podría generarse un desgaste acelerado en la estructura actualmente en uso. Además, se ha formado un cuello de botella en la ruta, al contar con una sola vía habilitada.
En esos términos coincidió Herrera, de la GLG, por lo que también debe evaluarse la sobrecarga del puente gemelo en funcionamiento y la inestabilidad del terreno, ya que ambos factores aumentan el riesgo de cierres temporales o totales. Esta situación podría aislar parcialmente el suroccidente y afectar la continuidad de la cadena de suministro.
“Su pronta rehabilitación es esencial para mantener la conectividad, competitividad y estabilidad económica de una región clave para la producción y el comercio nacional”, agregaron.
Cadena de suministro amenazada
Todo retraso provocado por la interrupción de los accesos viales impide transitar con facilidad y genera variaciones en los precios de bienes y servicios, lo que afecta directamente la economía de los guatemaltecos, señaló el directivo de Vestex Alejandro Ceballos, al ser consultado sobre el impacto en la Costa Sur y el kilómetro 24.
Enrique Font considera que el sector productivo del país, en su conjunto, depende de esta ruta para movilizar materias primas y productos terminados. No solo las industrias ubicadas en el occidente —San Marcos, Quetzaltenango, Retalhuleu, Suchitepéquez y Escuintla— se ven afectadas, sino también la Ciudad de Guatemala y “todos aquellos sectores que transportan mercancías por el corredor CA-2 hacia los mercados internos, los puertos del Pacífico, México y el resto de Centroamérica”.
Al respecto, Herrera, directivo de la GLG, añade que la movilidad normal de carga se ve comprometida: las importaciones y exportaciones que dependen de ese paso —como insumos agrícolas, materias primas y productos de consumo final— pueden quedar retenidas temporalmente en tránsito, lo que genera retrasos en la cadena de suministro.
“Cuidar y mantener la infraestructura vial es una condición indispensable para la competitividad del país, la seguridad de la población y el bienestar de las comunidades”
Enrique Font, presidente CIG
Ejemplificaron que, en el caso de productos perecederos, las demoras en el tránsito implican riesgos de pérdida de calidad, mayores costos de refrigeración y posibles mermas, entre otros.
Las incidencias logísticas constantes —como cortes de ruta y cierres en infraestructura vial— desalientan la inversión en plantas, almacenes y centros de distribución ubicados cerca, si el acceso vial no es confiable.

Flujo en oriente
Sobre la situación de emergencia en el kilómetro 24, que forma parte de la ruta CA-1 Oriente, el presidente de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG) aseguró que se trata de la principal arteria que enlaza la Ciudad de Guatemala con el oriente del país y la frontera con El Salvador. Por ello, el impacto se extiende a zonas residenciales e industriales clave en municipios como Villa Canales, Fraijanes, Santa Catarina Pinula y San José Pinula.
Además, esta afectación compromete seriamente la distribución de la producción agroindustrial y comercial de municipios como Santa Rosa, Barberena y Cuilapa, así como la operatividad de zonas francas y el vital tránsito de mercancías desde y hacia El Salvador y Honduras.
“Esperamos que las condiciones climáticas mejoren para acelerar los trabajos de mitigación. La prioridad es salvaguardar la vida de quienes laboran en la zona y de los guatemaltecos que utilizan esta vía diariamente. Sin embargo, un cierre prolongado de este corredor estratégico (CA-1) impacta negativamente en la productividad nacional, restringe el flujo de mercancías de comercio internacional —importación y exportación— y limita la movilidad laboral esencial”, puntualizó.
Por su parte, Alejandro Ceballos aseguró que ya se observan varios efectos. El primero es que el transporte de personas y mercancías ha debido adoptar rutas alternas, las cuales no están diseñadas para soportar ni el peso ni el volumen del tránsito, lo que incrementa los costos ante esta situación emergente.
“Las personas están madrugando más para llegar a sus actividades laborales y buscan otras rutas, por lo que es urgente restablecer con normalidad la circulación”, añadió.
Menor competitividad
Para Herlindo Herrera, director de la Gremial de Logística de Guatemala (GLG), la ruta CA-1 conecta el oriente con el centro del país, integrando actividades productivas, comerciales y de servicios.
“El impacto se extiende a zonas residenciales e industriales clave en municipios como Villa Canales, Fraijanes, Santa Catarina Pinula y San José Pinula”
“Esta ruta es una de las principales arterias para el abastecimiento del oriente y para el transporte de productos hacia la capital. Las interrupciones dificultan la entrega oportuna de materias primas, insumos y bienes de consumo. Asimismo, es una vía de tránsito internacional hacia El Salvador y Honduras”, sostuvo.
El cierre del paso vehicular afecta la capacidad de tránsito diario, lo que obliga a utilizar rutas alternas más largas. Esto incrementa los tiempos de traslado —un factor clave en las operaciones logísticas— y reduce la rotación de unidades, lo que eleva los costos logísticos.
“Esto afecta la competitividad de la industria y el comercio, que dependen de una cadena de suministro estable y puntual”, concluyó.