¿El paracetamol (acetaminofén) daña el hígado? Lista de medicamentos con riesgos hepáticos

¿El paracetamol (acetaminofén) daña el hígado? Lista de medicamentos con riesgos hepáticos

Expertos orientan sobre el cuidado en las dosis y el uso de fármacos como el paracetamol para evitar toxicidad hepática.

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23/09/2025 15:22
Fuente: Prensa Libre 

El hígado es uno de los órganos vitales del ser humano, y las hepatitis pueden afectarlo hasta el punto de poner en riesgo la vida. El buen uso de medicamentos como el paracetamol también influye en mantener una buena salud de este órgano. Incluso ha sido tema de debate político, como cuando Donald Trump vinculó sin pruebas suficientes el uso de paracetamol con el autismo.

Como dato importante, el hígado cumple cerca de 500 funciones. Es indispensable en la digestión, el metabolismo y el fortalecimiento del sistema inmunológico, entre otras funciones principales, explicó el gastroenterólogo Arturo Carranza en un artículo publicado en Prensa Libre.

Para conocer más sobre nuestro cuerpo, el hígado pesa más de tres libras y se ubica en la parte superior derecha del abdomen. Descompone sustancias tóxicas, que luego son eliminadas por medio de la orina o las heces; almacena vitaminas, hierro y elabora proteínas. También interviene en la producción de anticuerpos.

Las enfermedades hepáticas suelen ser silenciosas. En algunos casos, los síntomas aparecen hasta que las lesiones están avanzadas, como sucede con las hepatitis.

¿Cómo cuidar el hígado?

Para mantener un hígado sano es indispensable llevar una dieta equilibrada, reducir el consumo de alcohol, protegerse durante las relaciones sexuales, no compartir agujas y, en el caso de las hepatitis A y B, vacunarse. A esto se suma evitar el abuso de ciertos medicamentos.

Héctor Luna, cirujano gastrointestinal y endoscopista de Clínicas Punto 10, explica que los medicamentos, para ser activados, casi siempre deben pasar por el hígado. Las enzimas hepáticas los metabolizan, extraen el componente activo y permiten que actúen. Por ejemplo, si se trata de un antibiótico, debe llegar al punto de la infección, y para eso el hígado lo prepara, refiere Luna.

También es el hígado el que excreta los medicamentos, a través de la bilis y las heces, cuando ya han dejado de funcionar. La mayoría de los fármacos se metabolizan en el hígado, aunque algunos lo hacen en los riñones o pulmones, pero son los menos.

El acetaminofén (paracetamol) es metabolizado enteramente por el hígado. Eso no significa que sea tóxico en sí mismo. En dosis bajas y por periodos cortos es seguro, incluso para niños y embarazadas. El problema surge con su uso crónico o en pacientes con daño hepático previo, como la cirrosis. En estos casos, sí puede empeorar la condición.

En palabras de Luna, el acetaminofén se ha usado en embarazadas por décadas. “Lo que pasa es que últimamente han surgido debates, incluso comentarios de políticos como los del presidente Donald Trump, que lo han relacionado con autismo. Pero no hay evidencia científica sólida. Aquí lo importante es la evidencia científica. No podemos retirar un medicamento o decir ‘no lo usen’ si no hay estudios serios que lo respalden”, dice.

¿Qué medicamentos pueden afectar el hígado?

El pediatra guatemalteco Edgar Beltetón indica que usar dosis adecuadas de medicamentos sigue siendo lo más valioso y beneficioso. Agrega que, como todo, el abuso en la dosis puede causar problemas, como lesión hepática.

Luna señala que, en países como Estados Unidos, la automedicación está muy controlada: “no es posible comprar ciertos medicamentos sin receta. Aquí, en cambio, puedes pedir por teléfono una serie de ellos y te los llevan a casa. Eso es un gran riesgo”, explica.

Según el especialista, el paracetamol o acetaminofén es seguro si se usa bien, pero no debe tomarse de forma crónica, sin supervisión médica y sin conocer el estado del hígado. Por ejemplo, una persona con cirrosis no debería tomarlo.

Entre los medicamentos que pueden afectar el hígado si no se toman adecuadamente o durante mucho tiempo se encuentran algunos antifúngicos como el fluconazol o el ketoconazol.

La metformina, recetada a pacientes con diabetes, también puede causar daño hepático a largo plazo. Muchos pacientes que la usan durante años desarrollan cirrosis. “Sin embargo, controla muy bien la glucosa. Ahí entra el balance riesgo-beneficio: controla la diabetes, pero hay que monitorear el hígado con análisis de laboratorio y ultrasonidos anuales”, indica Luna.

La aspirina, el ibuprofeno y el naproxeno también presentan riesgos hepáticos, sobre todo con uso prolongado. Otros medicamentos son la amoxicilina con ácido clavulánico, la fenitoína, la azatioprina, ciertos esteroides anabólicos —utilizados en gimnasios para aumentar masa muscular—, entre otros.

Incluso algunas sustancias químicas, como los solventes de limpieza en seco o los insecticidas, pueden afectar el hígado si se inhalan. Por ello, su manejo requiere el uso de guantes, mascarillas y equipo adecuado.

“El hígado es el gran jefe del cuerpo: todo pasa por él. Hay que cuidarlo, evitar la automedicación y, si un paciente necesita un medicamento riesgoso, hacerlo bajo supervisión médica, evaluando siempre el riesgo-beneficio”, Héctor Luna, cirujano gastrointestinal

Hepatitis tóxica

La Clínica Mayo explica que la hepatitis tóxica es una inflamación del hígado provocada por la exposición a determinadas sustancias. En algunos casos se desarrolla a las pocas horas o días de exposición, y en otros, tarda meses de uso regular.

Los síntomas suelen desaparecer al suspender el contacto con la sustancia, pero esta forma de hepatitis puede causar daño hepático permanente, provocar cicatrices irreversibles (cirrosis) e incluso insuficiencia hepática, que pone en riesgo la vida.

Es importante tener precaución con el consumo de las siguientes sustancias y medicamentos:

  • Alcohol en exceso.
  • Analgésicos de venta libre: paracetamol, aspirina, ibuprofeno y naproxeno pueden afectar el hígado, especialmente si se consumen con frecuencia o combinados con alcohol.
  • Medicamentos recetados: como las estatinas (para el colesterol), amoxicilina con ácido clavulánico, fenitoína, azatioprina, niacina, ketoconazol, ciertos antivirales y esteroides anabólicos.
  • Sustancias químicas industriales: como tetracloruro de carbono (usado en limpieza en seco), cloruro de vinilo (fabricación de plásticos), herbicidas como el paraquat y los bifenilos policlorados.

Síntomas de hepatitis tóxica

“El problema es que cuando los síntomas del daño hepático aparecen, ya es tarde”, advierte Luna. El paciente puede presentar ictericia, agrandamiento del hígado, problemas de coagulación, várices esofágicas y otras complicaciones.

Las formas leves pueden no mostrar síntomas y solo detectarse mediante análisis de sangre. Cuando aparecen, estos son algunos signos:

  • Color amarillento en la piel o en la parte blanca de los ojos (ictericia)
  • Picazón
  • Dolor en la parte superior derecha del abdomen
  • Cansancio
  • Pérdida de apetito
  • Náuseas y vómitos
  • Erupciones cutáneas
  • Fiebre
  • Pérdida de peso
  • Orina oscura o color té