Impuesto a remesas desde EE. UU. tendría impacto “imperceptible” en Guatemala

Impuesto a remesas desde EE. UU. tendría impacto “imperceptible” en Guatemala

El nuevo gravamen del 1% aprobado por el Senado estadounidense afectará principalmente a migrantes que envían dinero en efectivo, una modalidad frecuente entre quienes carecen de estatus legal.

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02/07/2025 05:00
Fuente: Prensa Libre 

Aunque afirma que aún es muy “atrevido” emitir un pronóstico, el nuevo impuesto del 1% a las remesas, aprobado por el Senado de Estados Unidos, tendría un impacto “casi imperceptible” en Guatemala, según Pedro Pablo Solares, especialista en migración de guatemaltecos en EE. UU.

Solares considera que la medida, aunque polémica, no afectará de forma significativa los ingresos del país, debido al fuerte crecimiento que aún registran las remesas.

“El 1% que grave la remesa está muy por debajo de la tasa de crecimiento que tenemos esperada para este año, que va en cifras de dobles dígitos”, indicó.

Según el especialista, incluso con esa deducción, “el aumento en los envíos seguiría siendo alto, por lo que el impuesto en sí no va a impactar mayor cosa”.

A pesar de ese panorama, el analista advirtió que el impuesto no debe analizarse de forma aislada, ya que forma parte de una serie de medidas que, en los últimos meses, han generado temor en las comunidades migrantes.

“Más preocupante que el tributo es el entorno restrictivo que se está creando; hay personas que ya comienzan a hablar de una migración en reversa”, agregó.

La medida, incluida en el megaproyecto presupuestario promovido por el presidente Donald Trump, reduce el impuesto original planteado del 3.5% a solo el 1%.

El texto ya fue aprobado por el Senado y regresará a la Cámara de Representantes, donde se espera su votación definitiva antes del 4 de julio, una fecha simbólica para el mandatario estadounidense.

Los afectados

El impuesto se aplicará a partir del 31 de diciembre de 2025 y afectará únicamente a las transferencias realizadas en efectivo o mediante instrumentos similares, como cheques de caja. No será aplicable a envíos desde cuentas bancarias o mediante tarjetas emitidas en Estados Unidos.

Solares explicó que este impuesto está dirigido principalmente a migrantes indocumentados, quienes suelen enviar dinero a través de tiendas o centros de remesas en efectivo, ya que no tienen acceso a cuentas bancarias.

“El objetivo es evidenciar quiénes no están regularizados, porque ese grupo es el que más depende de transacciones en efectivo”, indicó.

En contraste, los migrantes con estatus legal o con cuentas bancarias en EE. UU. suelen utilizar métodos electrónicos que están exentos del nuevo impuesto.

“Hay algunos estados en los que también es posible que una persona sin residencia abra una cuenta, pero en la práctica, el migrante regular no lo hace. En cambio, la persona documentada sí guarda su dinero en bancos”, agregó.

Añadió que el impuesto también apunta a una cultura muy arraigada en Latinoamérica, donde el envío de remesas en efectivo sigue siendo el método más común.

“Es más un tema cultural: el ir a una caja receptora con dinero en efectivo sigue siendo la forma tradicional para millones de migrantes, especialmente quienes están en situación irregular”, añadió Solares.

Desde inicios de junio, el respaldo que algunos congresistas estadounidenses han mostrado hacia una propuesta para gravar las remesas ha causado sorpresa e inconformidad entre las comunidades migrantes, especialmente guatemaltecas.

Activistas señalan que, pese a haber solicitado apoyo en contra de la medida, varios legisladores que representan distritos con alta presencia latina han dado su aval.

En el caso de Guatemala, las remesas constituyen uno de los principales pilares de la economía nacional.

Desde la Red Migrante Guatemalteca, organización con presencia en 43 estados, se han activado mecanismos de presión ante el Congreso estadounidense. Sin embargo, también han expresado su decepción por el respaldo que algunos congresistas, incluso aliados históricos, han brindado a esta propuesta.

Actualmente, las remesadoras cobran entre US$8 y US$10 por enviar hasta US$1 mil. Para montos mayores, como US$2 mil, la tarifa se duplica.

Elmer Sandoval, líder migrante en Estados Unidos, refirió que de “cualquier manera cualquier impuesto los afecta y el costo del envío de la remesa también ha incrementado”.

“Creo que el gobierno debe tomar en cuenta que el flujo de las remesas hacia nuestro país va disminuyendo por varios factores, las deportaciones, el temor, el alto costo de vivienda y de la canasta básica aquí a incrementado”.

Agregó: “Quienes reciben las remesas deben impulsar proyectos, en micro empresas locales, buscar la materia prima de cada pueblo y motivar al paisano”.

Para Sandoval, el sueño americano ya se “esfumó” y es necesario cambiar la mentalidad de los guatemaltecos, para que no sean engañados por los traficantes de personas con grandes deudas que nunca podrán pagar.

A decir de Juan Carlos Pocasangre, líder migrante originario de Santa Rosa y residente en Nueva York, la disminución del gravamen del 3.5% al 1% representa un sacrificio menor que permitirá seguir ayudando a sus familias en Guatemala.

“Claro que duele pagar algo extra que antes no se pagaba, pero es un sacrificio muy pequeñito. La mayoría está contenta porque podrán seguir mandando casi lo mismo a sus seres queridos, y eso siempre es una bendición para Guatemala”, comentó Pocasangre.

El migrante también expresó su esperanza de que, si el impuesto entra en vigor y genera ingresos para el gobierno, los fondos se inviertan en necesidades básicas del país, como hospitales, escuelas y carreteras.

El lunes último, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, anunció que, para los migrantes que envían dinero en efectivo, su gobierno presentará esta semana “un programa especial para poderles reembolsar ese 1%”.

Los republicanos afines a Donald Trump tienen una estrecha mayoría en la Cámara de Representantes, pero varios conservadores ven con malos ojos el proyecto, ya que incrementa el déficit federal e incluye colosales recortes al seguro de salud, impopulares entre los votantes.