Brenda Martínez
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Tanto perros como gatos crean un fuerte vínculo con la familia con la que viven y tienen formas de demostrarle su afecto, que dependen de su naturaleza.
Con frecuencia, los propietarios de mascotas comparan el comportamiento de perros y gatos con expectativas poco realistas, pues deben considerar la gran diferencia entre ellos, al ser dos especies distintas con antepasados con comportamiento social muy diferente, expone la médica veterinaria y etóloga Maritza Yaquián.
En el caso del perro, hay varias hipótesis sobre el origen de su domesticación y la más aceptada indica que esta ocurrió hace 15 mil años, a la que se atribuye su estrecha relación con el humano y el vínculo que forma con aquellas personas a las que considera parte de su manada. Por su lado, el gato fue domesticado hace 9 mil 500 años y su ancestro, el gato montés, era muy solitario y no acostumbraba agruparse, pero esta condición es reversible, pues se adapta fácilmente a la vida feral y a la independencia, refiere.
“Es una dicha poder disfrutar de su compañía, pues ambas especies tienen formas muy particulares de expresar su cariño por humanos y otras mascotas, a quienes definen como parte de su grupo social”, indica Yaquián.
Los perros y los gatos tienen muchas cosas en común con los humanos: son también mamíferos, capaces de interacción social, comunicación, adaptabilidad, resiliencia y cooperación, expone Vanessa Granados, catedrática de Fisiología Animal y de Bioética en la Universidad del Valle de Guatemala. “Tienen un cerebro capaz de aprender y de recordar. Demuestran comportamientos que indican que son capaces de reconocer a personas que les son familiares, lo que refuerza el vínculo animal-humano”, añade.
Las respuestas químicas en el cerebro humano que están relacionadas con lo que llamamos “amor” son similares en las mascotas. Se trata del neurotransmisor oxitocina, el cual está implicado en los comportamientos sociales como la memoria social, que es la habilidad de reconocer a un individuo del mismo grupo, la formación de vínculos, el apego, la empatía y el comportamiento maternal y paternal, dice Granados.
“Las mascotas devuelven tanto como nosotros les damos, pero es necesario que entendamos su comportamiento, así como cuáles son sus necesidades fisiológicas y emocionales”, destaca.
En este espacio se presentan algunas conductas mediante las cuales canes y felinos expresan su afecto.
Los perros reconocen a su familia como su manada y, algunas veces, tienen un miembro a quien parecen querer o respetar más, quien experimenta estas actitudes de manera frecuente:
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(Foto Prensa Libre: Shutterstock)
Aunque los gatos son independientes y, a veces, parecer distantes, por su naturaleza, pueden manifestar las siguientes muestras de amor a sus dueños:
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