¿Cómo afrontar la vida cuando no se parece a lo que se soñó a los 30, 40, 50 años o más?

¿Cómo afrontar la vida cuando no se parece a lo que se soñó a los 30, 40, 50 años o más?

Reinventarse a cualquier edad es posible, incluso cuando la vida no se asemeja en nada a lo que se soñó o planeó.

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01/09/2025 06:00
Fuente: Prensa Libre 

Quizá tiene algún sueño en pausa, su vida ha dado giros que han dejado sus expectativas estancadas o está atravesando un momento en el que necesita replantearlo todo a su alrededor.

¿Qué dicen los expertos para comenzar de nuevo a construir la vida? Aseguran que la edad no importa, pero sí es clave plantear las metas con la mayor claridad posible y mantener la disciplina.

La coach y escritora Anita Aldana refiere que el edadismo es una de las principales formas de autodiscriminación. Es cuando uno mismo se limita por la edad y piensa: “ya es muy tarde para hacer esto o aquello”. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo describe también en su sitio web como la forma de pensar (estereotipos), sentir (prejuicios) y actuar (discriminación) con respecto a los demás o a nosotros mismos por razón de la edad.

El edadismo está en todas partes: en nuestras instituciones, en nuestras relaciones, en nosotros mismos. La mitad de la población mundial es edadista con respecto a las personas mayores, asegura la OMS.

El edadismo puede cambiar la forma de vernos a nosotros mismos, menoscabar la solidaridad entre generaciones, limitar o subestimar nuestra capacidad de beneficiarnos de lo que pueden aportar las poblaciones más jóvenes y más mayores, y afectar nuestra salud, longevidad y bienestar, además de tener consecuencias económicas de gran alcance. Por ejemplo, el edadismo se asocia a una muerte prematura (en 7.5 años), a una salud física y mental más precaria y a una recuperación más lenta de la discapacidad en la vejez.

Un cambio de pensamiento

Cada día es un nuevo reto. Reconocer lo que hemos construido en los años vividos no siempre es una realidad fácil de asumir, pero es posible hablar de lo que se desea en la vida y establecer un camino más certero.

Es un camino personal el establecer objetivos, metas y acciones. No para todos es sencillo, y algunos podrían requerir apoyo o guía profesional para reconocer este paso. En la actualidad, además de psicólogos existen orientadores o coaches de vida, así como psicólogos, libros e información para obtener ideas puntuales de cómo hacer una evaluación de vida y establecer metas.

Es importante que en ese paso usted se vea como un ser integral. Reconozca qué quiere en su área espiritual, productiva, financiera, laboral, de descanso, e incluso en su vida en pareja y familia. No deje nada fuera.

Hacer esta evaluación propia le llevará a reconocer las grandes oportunidades que tiene en la vida, enfocarse en lo positivo y detectar qué necesita cambiar, sugiere Aldana. La psicóloga afirma que un primer paso es buscar referentes: personas que hayan cumplido sueños en la adultez.

Por ejemplo, la película Nyad, disponible en Netflix, describe la vida de una mujer que, a los 60 años —y 30 años después de abandonar la natación de fondo para convertirse en una reconocida periodista deportiva— se obsesiona con cumplir la proeza que siempre se le resistió: la travesía a nado de casi 180 kilómetros de Cuba a Florida, conocida como el “Everest de la natación”. Resuelta a ser la primera persona en completar el recorrido sin jaula de protección contra tiburones, Diana Nyad se embarca en una aventura de cuatro años junto a su gran amiga y entrenadora Bonnie Stoll y un equipo totalmente entregado.

Otro recurso que sugiere Aldana es hacerse preguntas como: ¿por qué no puedo lograrlo?, ¿qué hechos confirman que realmente no puedo? En ocasiones, debido al miedo o la negación, dejamos de ver posibilidades, agrega Aldana.

Imaginemos a alguien mayor que quiere estudiar inglés y piensa: “ya soy muy grande para aprender otro idioma”. Si se pregunta “¿Qué hechos confirman que no puedo?”, se dará cuenta de que no existen. No hay academias que pongan límite de edad. Eso demuestra que el impedimento está solo en la mente, señala la coach de vida.

No siempre es inmediato

Aldana agrega que una metáfora positiva es la del bambú. Este árbol tarda años en crecer. Durante mucho tiempo parece que nada ocurre, pero cuando brota, lo hace con fuerza y en abundancia. “La naturaleza nos enseña que los procesos toman tiempo”, asegura la también escritora de Reprogramándote.

Eso no significa quedarse quieto, sino tener paciencia mientras seguimos tomando acción. En una columna de Ismael Cala, periodista y escritor, se explica que “la fijación de metas no es una cuestión de coser y cantar”.

La Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) sugiere ciertas pautas para establecerlas: empezar con moderación, cambiar un solo comportamiento a la vez, compartir los deseos con los demás, evitar el perfeccionismo y pedir apoyo. Estos parámetros son esenciales para seguir avanzando.

Otro aspecto que podría ayudar es algo llamado círculo de influencia, dice Aldana. Consiste en distinguir qué depende de mí y qué no. Por ejemplo, embarazarse: una parte depende de mí (cuidarme, estar sana), pero otra no (tener pareja, circunstancias biológicas). En los sueños, siempre hay factores fuera de nuestro control. Y si no se cumplen, no es por mala suerte, sino porque no dependían de nosotros.

Ahí entra la recalibración y la pregunta: “¿Qué buscaba en ese sueño?”. En el caso de la maternidad, quizá lo profundo era cuidar, guiar, dejar un legado. Si no se puede de una forma, existen otras: escribir un libro, apadrinar a un niño, acompañar a alguien. La necesidad principal —maternar o cuidar— se puede atender de distintas maneras.

La psicóloga Elizabeth Caravantes también comparte que en la niñez y en la adolescencia existen cambios marcados de desarrollo: caminar, hablar, leer o escribir. Sin embargo, eso cambia en la adultez. “En esa etapa ya no se trata de cumplir plazos exactos, sino de trabajar en aspectos humanos como la confianza, la autoestima y la capacidad de enfrentar retos”, explica. Entonces, en lugar de pensar en “voy atrasado”, es más útil reflexionar sobre lo que realmente anhelamos.

Caravantes también reflexiona que a veces la vida nos enfrenta a situaciones adversas o responsabilidades familiares que cambian nuestra dinámica. No deberíamos verlo como atraso, sino como un movimiento distinto.

Por eso, no es obligatorio cumplir todo “en este año”, sino establecer pasos realistas: tal vez el paso uno sea ir al gimnasio, o ser una mejor mamá o papá, o abrirme a la posibilidad de encontrar pareja. Y también cuestionarnos: “¿será que estoy cerrada? ¿estoy saturada de actividades que me sabotean sin darme cuenta?”. “Muchas veces es la rutina o la resistencia al cambio lo que nos bloquea”, agrega.

En el desarrollo humano es normal pasar por duelos, dice la psicóloga. Lo que hace la diferencia es la mentalidad con la que se enfrentan. Aquí hablamos de la mentalidad fija versus la mentalidad de crecimiento. “El reto es cuestionarnos, aceptar la realidad aunque no sea la que esperábamos y, desde ahí, empezar a reconstruirnos”, concluye Caravantes.

Vuelva a soñar

Un resumen que plantea Aldana al retomar sueños o crear nuevas metas podría resumirse en tres puntos:

  • Recordar el círculo de influencia: enfocarnos en lo que sí está en nuestras manos.
  • Buscar referentes que demuestren que es posible.
  • Cuestionar los hechos, no solo las creencias.

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