¿Por qué algunas personas se enojan cuando tienen hambre? La explicación psicológica detrás del “hangry”

¿Por qué algunas personas se enojan cuando tienen hambre? La explicación psicológica detrás del “hangry”

El hambre puede alterar el estado de ánimo debido a factores como el metabolismo, la bioquímica cerebral y el manejo de las emociones. Esto explican los expertos.

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14/07/2025 13:20
Fuente: Prensa Libre 

Para algunas personas, tener hambre afecta directamente su humor; incluso, llega al punto de no hablar o actuar de forma distinta. La sensación de hambre es una señal del cuerpo que indica la necesidad de ingerir alimentos, pero la falta de estos puede detonar en algunas personas enojo, ansiedad o irritabilidad, lo cual da paso al fenómeno conocido como hangry.

Esta reacción, destaca Ximena Fuentes, psicóloga clínica y terapeuta de pareja, tiene bases biológicas y psicológicas. Un estudio titulado “Hambre en el campo: un estudio de muestreo de experiencias sobre el impacto del hambre en la ira, la irritabilidad y el afecto” resalta que una de las principales causas es el descenso de los niveles de glucosa en la sangre, lo que desencadena un efecto dominó al liberar hormonas del estrés como señal de alerta ante la necesidad del cuerpo.

Con la sensación de hambre, se libera cortisol (la hormona del estrés) y adrenalina (la hormona de la lucha o la huida), lo que intensifica el malestar físico, altera el sistema nervioso y reduce la autorregulación emocional, dominada por la agresividad y el nerviosismo, destaca Infobae.

Dichas hormonas, vinculadas al estrés y la adrenalina, se intensifican con el paso del tiempo y la falta de alimento. Bajo cuatro puntos, la psicóloga explica este fenómeno denominado en inglés como hangry:

1. Descenso de glucosa en sangre

Ximena Fuentes señala que, al pasar mucho tiempo sin comer, bajan los niveles de glucosa, el principal combustible del cerebro.
“Si el nivel es muy bajo, afecta el funcionamiento de áreas cerebrales relacionadas con el autocontrol, la regulación emocional y la toma de decisiones”, agregó.

La gastroenteróloga Christine Lee, citada por Cleveland Clinic, afirma que la liberación de cortisol derivada del descenso de glucosa puede causar agresividad. Asimismo, esta caída de los niveles de azúcar “puede interferir con las funciones cerebrales superiores, como las que nos ayudan a controlar los impulsos y regular nuestros comportamientos primitivos”, destaca el artículo médico.

Gabriela Estrada, terapeuta, añade que el descenso de la glucosa impacta en el estado emocional, ya que aumentan el estrés y la irritabilidad. Esto genera una sensación de impaciencia, pues el cerebro emite una señal de alerta al cuerpo por la necesidad de autorregulación.

2. Disparadores hormonales

Otra fuente de esta variedad emocional ante el hambre son los disparadores hormonales, destaca Fuentes. Esta necesidad activa el sistema de alerta del cuerpo, elevando niveles de cortisol y adrenalina.

En el proceso también se libera grelina, una hormona que no solo estimula el apetito, sino que también puede influir en la irritabilidad y el estado de ánimo, agregó la experta.

3. Disminución de la autorregulación emocional

Desde una perspectiva psicológica, el hambre genera menor disponibilidad de energía, lo que reduce la capacidad del cerebro para controlar impulsos y regular emociones.
“Esto puede hacer que pequeños problemas se perciban como más graves y que reaccionemos con más enojo”, agregó la experta.

4. Influencia del estado fisiológico en la percepción

Por último, desde el análisis psíquico, Fuentes detalla que el estado interno del cuerpo puede influir en cómo interpretamos el entorno.
“Si tienes hambre, puedes percibir a los demás como más molestos, exigentes o invasivos, aunque no sea así”.

La psicóloga clínica destaca que los efectos conductuales del hambre en el comportamiento incluyen:

  • Mayor irritabilidad o agresividad
  • Impaciencia y baja tolerancia a la frustración
  • Respuestas impulsivas
  • Dificultad para concentrarse o pensar con claridad
  • Toma de decisiones deficiente
  • Malas interacciones sociales (discusión con compañeros, familiares, etc.)

Para finalizar, la experta detalló que tener hambre afecta la bioquímica cerebral y puede alterar las emociones y comportamientos.

“Aunque todos podemos sentirnos molestos si no comemos, algunas personas son más sensibles que otras por factores individuales como el metabolismo, el estado emocional previo o el nivel de autocontrol”, concluyó.

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