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Verificamos por Usted: ¿Las biobardas son suficientes para limpiar la contaminación del río Motagua?
Múltiples expertos ambientales coinciden en que se necesita un manejo integral de la basura para sanear este y otros afluentes.
Con el comienzo de la época lluviosa da inicio una de las temporadas más críticas para el medioambiente en Guatemala. Aunque el agua torna verde el paisaje, al mismo tiempo los ríos se transforman en enormes depósitos de basura que luego transportan hasta lagos e incluso al mar.
De esa forma, la lluvia revela el mal manejo que las municipalidades hacen con los residuos sólidos, así como las prácticas nocivas —incluso ya culturales— de muchos guatemaltecos, que utilizan los barrancos como botaderos de basura, o simplemente la dejan o lanzan en cualquier lugar.
Aunque la contaminación de los afluentes es generalizada en el país, la del río Motagua ha captado especial atención en los últimos años, debido a que el mal manejo de su cuenca —de 486 kilómetros, desde Quiché hasta el Caribe guatemalteco— le ha representado al país problemas con Honduras que han escalado a amenazas de denuncias internacionales.
Alcaldes, legisladores y sociedad civil de los municipios hondureños cercanos a la desembocadura del Motagua señalan que en cada invierno llegan de territorio guatemalteco miles de toneladas de basura hasta sus playas.
En enero de 2020, a pocos días de terminar el gobierno el expresidente Jimmy Morales y el exministro de Ambiente y Recursos Naturales (Marn), Alfonso Alonzo, inauguraron una trampa de desechos, más conocida como biobarda, que se ofreció como la solución a los problemas de contaminación.
“Limpiamos el río Motagua y las playas guatemaltecas. Recuperamos el ambiente y la fauna. Las playas están 100% limpias”, decía la publicidad oficial de ese entonces.
Esta barda, instalada en la comunidad de El Quetzalito, Puerto Barrios, Izabal, a un costo de Q18.5 millones, se averió en 2021, y desde entonces los trabajadores del Marn se las han tenido que ingeniar para captar los desechos. Pero cuando la correntada es muy fuerte es imposible detener la enorme cantidad de basura que el afluente arrastra.